La riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) se situó en 1,572 billones de euros en el segundo trimestre del año, lo que supone un 5,2% más respecto al mismo periodo de 2018 y un nuevo máximo histórico, según las Cuentas Financieras publicadas por el Banco de España este martes. En relación con el PIB, la estadística del organismo supervisor refleja que los activos financieros netos representaron el 128,4%, ratio 2,1 puntos porcentuales superior a la de un año antes.

De esta forma, la riqueza de los hogares se sigue manteniendo por encima de los niveles previos a la crisis económica, ya que en el primer semestre de 2007, justo antes del comienzo de la recesión, rozaba el billón de euros, con lo que marca un nuevo máximo histórico.

Los activos financieros de hogares e ISFLSH alcanzaron hasta marzo los 2,34 billones de euros, un 3,5% más que un año antes, debido a una adquisición neta de activos financieros de 45.000 millones de euros durante el último año y a unas revalorizaciones netas de 35.000 millones por el incremento de los precios de los activos de renta variable. Respecto al PIB, los activos financieros totales de los hogares e ISFLSH representaron un 191,6% al finalizar el segundo trimestre, una décima menos que un año antes.

Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos (el 39% del total), seguido de participaciones en el capital (27%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (14%).

El efectivo y depósitos y los fondos de pensiones fueron los componentes que más incrementaron su peso en los activos financieros de los hogares (+0,4% en ambos casos) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en fondos de inversión fue el que más cayo (-0,6%).

Mientras, la deuda consolidada de los hogares e ISFLSH y de las empresas alcanzó 1,617 billones de euros al término del segundo trimestre, el 132,1% del PIB, 5,2 puntos porcentuales por debajo de la ratio registrada

un año antes.

Desglosando el dato, la deuda consolidada de las empresas representó un 73,4% del PIB (si se incluyese la deuda interempresarial, la ratio sería un 94,5%), mientras que la de los hogares e ISFLSH se situó en el 58,6% del PIB, más o menos los mismos porcentajes que el trimestre anterior.

Al término del segundo trimestre, en términos acumulados de los últimos cuatro trimestres, el flujo neto de financiación consolidada recibida por las empresas y los hogares e ISFLSH fue de 9.000 millones, lo que representó el 0,1% del PIB. La financiación nueva captada por los hogares representó el 0,2% del PIB, mientras que la recibida por las empresas registro, en términos netos, un flujo equivalente al 0,1% del PIB.

Por último, las operaciones financieras netas de los sectores residentes (empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas) registraron en el último año un superávit de 27.000 millones de euros, equivalente al 2,2% del PIB, frente al 2,5% observado en el conjunto de 2018. En concreto, obtuvieron un saldo positivo las instituciones financieras (2,8% del PIB), los hogares (1,9%) y las empresas (0,5%), mientras que las administraciones públicas mostraron un déficit del 2,9% del PIB.