Racionar las compras en los supermercados: ¿algo necesario o una invitación a aumentar el acopio?
Facua y OCU son contrarias a que sean los supermercados los que limiten el acceso a los productos
Fuentes de la patronal aseguran a NIUS que esta medida es para evitar, precisamente, el desabastecimiento
Cinco organizaciones de consumidores sí apoyan el decreto ante "la actual situación del mercado"
Solo falta aguzar un poco el oído en la cola de cualquier supermercado para dar con la frase estrella "¡qué caro está!". "¡Pero cómo está subiendo todo!", se quejaba el otro día una clienta en el centro de Madrid. "Qué me va a contar, si en el aceite tenemos que cambiar la etiqueta con el precio prácticamente cada día", respondía la dependienta en una de las principales cadenas de supermercados en España.
En este clima de subida de precios imparable y generalizada, cualquier medida puede ser un elemento más a sumar en una tormenta cuasi perfecta así que es analizada con lupa por los sectores implicados. Es el caso del decreto de medidas de choque contra la guerra aprobado el martes por el Consejo de Ministros, según el cual, el Gobierno permite que los comercios racionen las compras si existen "circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor que lo justifiquen". Una medida aplaudida por la patronal de los supermercados y por algunas organizaciones de consumidores, aunque no todas.
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FACUA Y OCU, en contra
FACUA la considera una absoluta "irresponsabilidad por parte del Gobierno". Asegura esta asociación que ya hay supermercados que han racionado la venta de aceite de girasol, aunque la gran patronal (ASEDAS) o el presidente de Mercadona, Juan Roig, han dicho que no había problemas de abastecimiento. "Alarmados por la información en los medios, ha habido perfiles de consumidores, empresarios o pequeños hosteleros, que han podido acaparar productos, aunque no ha habido desabastecimiento", explica a NIUS el portavoz de FACUA, Rubén Sánchez.
"Lo que han hecho muchas superficies comerciales, unilateralmente y saltándose la ley, porque estaba prohibido hasta ahora, es limitar la venta a un número máximo de unidades por persona de aceite de girasol. Las hemos denunciado ante las comunidades autónomas y la reacción del Gobierno central, en lugar de pedir que se abra una investigación y un expediente sancionador porque esto está prohibido, fue decir que podría estar justificado. Han dado la cara por los empresarios cuando estaban inflando el precio del aceite y el margen de beneficio en esa coyuntura de alta demanda", considera el experto.
Racionar las ventas "potencia el desabastecimiento"
Según el portavoz de FACUA, el Gobierno debería haber aprendido la lección y entender que la colocación de carteles limitando las ventas, unida a una subida de precios, es lesiva para el consumidor porque potencia el desabastecimiento, potencia que los consumidores tengan miedo, compren el máximo permitido y acaparen. De esta forma, "están lesionando sus intereses doblemente: comprando innecesariamente y pagando más caro", denuncia.
En el caso de que hubiese que limitar ventas por desabastecimiento, explica Rubén Sánchez, "el Gobierno debería determinar qué, cuándo y cómo, o incluso si tiene que intervenir los precios". "Lo que se ha hecho es dar carta blanca al mercado que podría hacer lo mismo con la leche. ¿Lo va a hacer? Ya lo ha hecho con el aceite de girasol", indica.
La patronal niega la táctica comercial, "nada que ver"
Aunque desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) niegan que sea una estrategia para aumentar beneficios. "Pensar que este sector, que ha garantizado el abastecimiento en los peores momentos, está empleando el racionamiento de productos como una táctica comercial, no tiene ningún sentido. Se trata de evitar molestias a los consumidores", explica a NIUS Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS.
Fuentes del sector consultadas por este medio justifican la decisión del Gobierno ya que la ley del 1996 prohibía limitar las unidades vendidas en los establecimientos para evitar las promociones fraudulentas. Una ley que, aseguran, no ha dado problemas hasta ahora. Con la llegada de la pandemia, los distribuidores se vieron obligados a establecer ciertas condiciones de venta en productos como las mascarillas o acceso a los establecimientos. Entonces todo el mundo lo entendió, explican a NIUS.
El objetivo: "evitar el acaparamiento"
El problema ha surgido en el último mes y medio, con la crisis de Ucrania, se empezó a correr la voz de que algunos productos procedentes de allí podrían escasear y, además, con la subida del IPC podrían subir los precios. Se inició un acaparamiento de aceite de girasol, empezando por la hostelería y la restauración, y algunas cadenas de supermercados pusieron carteles "de buena fe" para limitar la compra a cuatro unidades por persona, precisamente para evitar el acaparamiento. Pero, con la ley del 96 en la mano, algunas asociaciones de consumidores lo denunciaron. Lo que ha hecho el Gobierno es contemplar que, "en circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor", se pueda garantizar el abastecimiento y el acceso en condiciones equitativas, ¿alguien puede pensar que no es sensato?". "El mayor efecto psicológico en un consumidor es llegar a un lineal del supermercado y que esté vacío, eso es precisamente lo que se quiere evitar con esto", insisten.
De hecho, las mismas fuentes indican que "nadie espera que sea necesario racionar productos en los próximos meses", aunque después de la pandemia, Filomena, el volcán, la guerra...; "Como vivimos en este mundo en el que ya lo único que nos falta es que aterrice un platillo volante, pues dar un instrumento para racionalizar el consumo es lógico, lo que ha hecho el Gobierno con esta actualización es dar seguridad jurídica a los supermercados y tranquilidad al consumidor", aseguran desde el sector.
Consumidores en contra y a favor
Aunque desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no esperan que este real decreto ayude a tranquilizar los ánimos. Porque, se pregunta Eva Jiménez, "¿quién determina la situación de desabastecimiento? ¿Vale para cualquier tipo de producto? Demasiados interrogantes para un mercado que precisamente necesita unas normas de venta y comercialización claras", considera la portavoz de esta organización.
Por el contrario, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI), Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop) y la Federación UNAE han hecho público un comunicado conjunto apoyando la nueva modificación de la normativa aprobada por el Gobierno. Una medida que, consideran, "contribuye a paliar los posibles desabastecimientos puntuales y de determinados productos que la actual situación del mercado puede generar".