El fuerte aumento de los precios de la electricidad y los planes para impulsar las energías renovables están provocando un aumento imparable de las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico. El pasado año se instalaron 1.203 MW de potencia, lo que supone el doble de las que se habían instalado el año anterior. Y el mayor crecimiento se produjo en instalaciones de autoconsumo doméstico, que llegaron a suponer un tercio del total, cuando un año antes representaron el 19%. El sector industrial y comercial representaron, respectivamente, el 41% y el 26% de la potencia puesta en marcha.
El principal motivo para decidir instalar este sistema, a parte de las implicaciones medioambientales, es el ahorro que puede llegar a suponer en la factura eléctrica y que se calcula que está entre el 30 y el 50%. Pero este puede ser aún mayor si se opta por una instalación con excedentes: es decir, que genere más energía de la que se consume. Si no se cuenta con un sistema de almacenamiento, esta energía se puede inyectar a la red.
Esta energía inyectada en la red forma parte del sistema eléctrico y por la misma, se puede obtener una retribución.
Desde la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) explican que lo más importante para un consumidor que esté pensando en poner autoconsumo en su casa, en su establecimiento o en industria, es solicitar presupuestos a varias empresas. Estos deben indicar el espacio donde se va a colocar la instalación y las características técnicas de la misma como el tamaño, la orientación y la inclinación.
Las empresas instaladoras les solicitarán el consumo de energía para poder dimensionar la instalación, y diseñarla en base a ese criterio, calculando el porcentaje energía que se autoconsumirá y la parte que se podrá verter a la red. En función de eso, el consumidor tendrá que conocer las diferentes modalidades de autoconsumo dependiendo del tratamiento que se dé a los excedentes.
Cuando un consumidor instala un sistema de energía fotovoltaica puede hacerlo sin excedentes, en el que la tramitación es más sencilla, sobre todo para las grandes instalaciones, o con ellos. En este caso, como explican desde UNEF, el propio consumidor puede elegir entre dos opciones, en función de la retribución que se quiera obtener por la inyección de los excedentes en la red:
“En el caso de las instalaciones residenciales, cuando se instala un sistema de autoconsumo, el cliente ha de hacer un nuevo contrato con la comercializadora. En el caso de los clientes que estén en el mercado regulado, el precio del excedente es, básicamente, el precio de la energía; cuando está cara los excedentes, también. En el mercado libre, cada compañía valora el excedente al precio que considere", dice Francisco Valverde, responsable de Renovables de Menta Energía.
Este experto señala, no obstante, que una instalación bien diseñada no debería tener demasiado excedente, sino ajustarse a su dimensión óptima. "Siempre va a haber excedentes, pero no deberían ser gigantescos con respecto al consumo. Si se pone una instalación sin baterías lo normal es aprovechar entre el 35% y el 45% de lo que generan las placas; lo que no se consume de manera directa, es lo que va a la red. Si se hace una instalación muy grande tiene un coste más elevado, y si tienes muchos excedentes, por mucho que te los compensen, una vez completan la factura, el resto se está regalando" explica Valverde.
Todo este proceso se complica un poco más cuando las placas fotovoltaicas se van a instalar en una comunidad de vecinos en régimen de propiedad horizontal. En este caso de autoconsumo colectivo, UNEF recomienda que el primer paso sea tener claro el espacio disponible en el que se puede llevar a cabo la instalación. En el caso de que la instalación se desarrolle en un tejado, será imprescindible tener en cuenta la orientación del mismo.
Para aprobar el desarrollo de la instalación, la Ley de Propiedad Horizontal establece que se necesita mayoría de un tercio para implantar este tipo de sistemas. Si además se pretende que los gastos de realización y mantenimiento de la instalación sean repercutidos a todos los propietarios, la norma requiere un acuerdo por mayoría simple.
El reparto de la energía generada, y de sus excedentes, se podrá hacer mediante acuerdo de los consumidores o bien en función de la potencia contratada por cada uno.