Cuando ganar la lotería se convierte en una condena: agraciados que han terminado en la ruina
Ganar la lotería puede convertirse en toda una condena para los agraciados: las peticiones de familiares y amigos tienen mucho que ver
Los casos más sonados de ruina tras ganar un gran premio coinciden en la necesidad de dejarse asesorar por profesionales
Se calcula que un 70 por ciento de los ganadores terminan en la ruina, probando la máxima de que el dinero no da la felicidad
Parece difícil pensarlo pero, para muchas personas, ganar la lotería en cualquiera de sus versiones puede llegar a convertirse en toda una condena. Al menos así lo consideran muchos de los afortunados que, tras una temporada de excesos (y algún que otro golpe de mala suerte), se vieron sumidos en la más absoluta de las ruinas. Si piensas que a ti no te ocurriría, toma nota de este dato: alrededor del 70 por ciento de los agraciados terminan con la cuenta bancaria en negativo. Estos son algunos ejemplos de premiados con la lotería que se han arruinado.
Agraciados que han terminado en la ruina
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No hay persona que no haya fantaseado en algún momento de su vida con todo lo que haría si ganara un premio millonario como la lotería. Viajar por todo el mundo, comprar una mansión, dejar de trabajar para siempre, dar forma al negocio soñado... Sin embargo, existen muchos ejemplos de personas que no supieron gestionar bien su buena suerte y terminaron en la ruina por diferentes motivos: despilfarro y consumo excesivo, adicciones, compañías interesadas, disputas matrimoniales, infidelidades... Para ellos, la máxima de que el dinero no da la felicidad se ha convertido en profecía cumplida.
La lista de ejemplos es larga: inversiones arriesgadas que no llegaron a buen puerto, depresión, timos... Y es que no todo el mundo está dispuesto a ser conservador si de pronto recibe miles de euros en su cuenta bancaria. La mayoría de los casos de ruina tienen que ver precisamente con la filosofía del despilfarro, es decir, con aquellos casos en que se dio prioridad a gastar sin pensar y disfrutar mientras durara la fortuna. También existen supuestos en los que la falta de un asesoramiento adecuado, unido a ciertas dosis de improvisación e ingenuidad, acabaron con el mismo resultado.
La realidad es que, tal y como asegura el Fondo Nacional para la Educación Financiera (NEFE), el 70 por ciento de los ganadores de una lotería se gasta todo el premio en solo cinco años. La euforia y el impacto emocional inicial pueden jugar una mala pasada a los premiados, por lo que lo mejor es asesorarse con un equipo de confianza antes de llevar a cabo ningún movimiento financiero.
- Ganar la lotería con 16 años. Un caso muy sonado fue el de Callie Rogers, quien ganó nada menos que 1.8 millones de libras esterlinas con tan solo 16 años. A los 33 ya no le quedaba nada y tuvo que comenzar a vivir de ayudas gubernamentales. El dinero fue a parar a operaciones estéticas, ropa de diseñador y un estilo de vida de despilfarro. Además, repartió medio millón de libras entre su familia y amigos. Ella misma relata haber sentido presión para compartir su dinero sin saber en quién confiar, y asegura que alguien debería ayudar a quienes ganan una cantidad tan importante de dinero a gestionar su fortuna.
- El peligro del juego. Otro caso sonado fue el de la estadounidense Evelyn Marie Adams, empleada en una tienda 24 horas que ganó no una, sino dos veces sendos premios millonarios. Como en el caso anterior, la gestión de las personas que se acercaban a ella por su dinero fue parte del problema y, de hecho, tuvo que huir de su ciudad abrumada por las peticiones de dinero de familiares, amigos y conocidos. Además, Adams sufrió un problema de ludopatía que la llevó a despilfarrar gran parte de su importante fortuna en los casinos de Atlantic City. Acabó en la ruina y con dos trabajos. ¿Su recomendación? Lo primero de todo, contactar con un abogado y un contable.
- Alcohol, robos y estafas. No es raro que en estos casos la sensación de poder pueda desembocar en la comisión de delitos de todo tpo. Es el caso del norteamericano Andrew Jack Whittaker Jr, un empresario de la construcción de Virginia Occidental que ganó a sus 55 años nada menos que 314 millones de dólares que se sumaron a su fortuna previa. Todo empezó bien: Andrew donó parte de su dinero a distintas obras benéficas, pero la situación se fue torciendo poco a poco. Varios intentos de robo, un divorcio, la muerte de su nieta en extrañas circunstancias, problemas de alcoholismo y una demanda del casino Caesars Atlantic City por rebotar cheques por valor de 1.5 millones de dólares para cubrir pérdidas de juego. Años más tarde, su conclusión es que "debería haber hecho pedazos ese boleto".
- El complejo de 'Papá Noel'. Muchas veces son los familiares y amigos los que complican la situación, y esto es precisamente lo que pasó en el caso de Billie Bob Harrell Jr. Los problemas financieros de este estadounidense desaparecieron (al menos momentáneamente) en 1997 tras ganar un premio de 31 millones de dólares (26,5 millones de euros) en un concurso de lotería de Texas. Sin embargo, lejos de sufragar sus deudas y sanear sus cuentas, Bille se dedicó a despilfarrar el dinero y a convertirse, tal y como lo describió su propia madre, en una especie de 'Papá Noel' para sus conocidos: compró varios coches nuevos y unas cuantas casas para su familia. También dedicó dinero a causas solidarias. Al final, volvió al punto de partida inicial: la ruina. Al cabo de un tiempo, y tras un divorcio, acabó suicidándose.
- La lotería como causa de divorcio. Otro caso muy conocido es el de Lara y Roger Griffiths. En este caso, fue un incendio lo que acabó con su riqueza, sumergiéndoles en una espiral de deudas. Tras ganar una lotería millonaria, decidieron invertir en la casa de sus sueños, que costó alrededor de un millón de dólares. Todo se torció cuando su casa sufrió un extraño incendio que el seguro no cubrió. Las reparaciones y alojamientos provisionales hicieron menguar su fortuna, y la pareja se resintió. A ello se le unieron posibles infidelidades por parte del marido de Lara. Finalmente, la pareja se acabó divorciando.
- Infidelidades y despilfarro. En el caso de Adrian y Gillian Bradford, la lotería también se convirtió en motivo de desconfianza, despilfarro e infidelidades. Esta pareja británica ganó un total de 148 millones de libras (más de 187 millones de euros) y su tren de vida cambió radicalmente desde entonces: viajes en primera clase, una nueva casa, coches deportivos... Sin embargo, ello no supuso más felicidad para la pareja, sino todo lo contrario: se separaron tan solo 15 meses después de ganar el premio, tras rumores de infidelidades. Además, la fortuna abrió una brecha con sus familiares: la pareja aseguraba que, por mucho que entregaran bienes a su familia, éstos siempre pedían más. El resultado: soledad absoluta.
- Ganar el la lotería... y morir a los tres días. El último caso de este listado no tiene que ver con el despilfarro y la ruina, sino con la peor de las suertes. El agraciado, en este caso, español, falleció tan solo tres días después de ganar el' Gordo' de la Lotería de Navidad. Le sucedió a un comerciante textil de Huesca llamado José Luis Rodrigo, de 84 años, que ganó un total 800.000 euros.