Caixabank ‘se come’ a Bankia: veinte preguntas y respuestas sobre esta operación
La fusión no se hará efectiva hasta el primer trimestre de 2021. Hasta entonces, ambas entidades operarán de manera independiente
Se ha superado una primera fase difícil pero queda mucho por hacer. “Tenemos seis o siete meses con mucho trabajo por delante”, reconocía el que será el nuevo presidente de la unión de Bankia y Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri. ”Nacemos con fuerza y esto, en el entorno de incertidumbre que hay, nos permite avanzar”, defendía el que será el número dos, Gonzalo Cortázar.
Ambos directivos han explicado este viernes en Valencia los principales puntos de la operación. Estas son algunas de las claves para entenderla:
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Y ahora, ¿qué?
Los dos bancos continuarán funcionando de manera independiente. Ahora los consejos tienen que volver a reunirse para aprobar los informes de la fusión. Eso será en octubre. Y para noviembre se convocarán las juntas de accionistas para someter la operación a votación. Se da por hecho que no habrá problemas con ninguno de estos trámites.
¿Por qué?
Porque los dos principales accionistas de las dos entidades, CriteriaCaixa y el Estado (a través del FROB), se supone que están de acuerdo.
¿El Estado ya ha dicho que sí?
No. Bankia es pública porque el FROB controla el 62% de sus acciones. Pero se da la circunstancia de que no hay nadie en representación del FROB en el consejo actual de Bankia. Con lo cual, oficialmente el Estado no opinará nada hasta que no vote en la junta de accionistas.
Pero, el Gobierno estaba al tanto de esto...
Sí, claro. Tanto Isidro Fainé (el presidente de CriteriaCaixa, que a su vez es el principal accionista de Caixabank), como la ministra Nadia Calviño “han jugado un papel relevante, dada su posición”, admitía Goirigolzarri. Pero el directivo ha negado que el Gobierno “interviniera o pusiera condiciones”. “Les informamos de las cifras el miércoles”, añadía.
¿Alguien más tiene que opinar?
Un montón de reguladores: el ministerio de Economía, las autoridades de competencia, la dirección general de Seguros, la Comisión del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España, el Banco Central Europeo...
¿Algo se puede torcer?
Bueno, no se puede descartar que aparezca un comprador interesado en Bankia en este tiempo. Sería raro, pero no es imposible. En ese caso el Gobierno tendrá que valorar esa nueva oferta.
Esto, ¿de quién ha sido idea?
Se lleva tiempo hablando de fusiones en la banca española. Bankia, por su tamaño, era una de las ‘novias’ candidatas. “Esta operación la han buscado los accionistas”, comenta una persona del sector financiero. Tanto unos como otros querían juntarse. Oficialmente las conversaciones comenzaron el pasado 25 de agosto.
¿Fusión, absorción o compra?
En realidad es una compra. Caixabank es más grande y compra Bankia. Las acciones que ahora son de Bankia se convertirán en títulos de Caixabank. A ese intercambio se conoce como “ecuación de canje”.
¿Canje?
Por cada titulo de Bankia se darán 0,6845 acciones de Caixabank. ¿Eso es mucho? Supone pagar a los accionistas de Bankia un 20% más del precio que tenían los títulos el pasado 3 de septiembre (justo antes de que se supiera que estaban negociando la unión). A este 20% se le llama “prima”.
¿Quién mandará?
Pensemos en el nuevo banco como una tarta. Caixabank representará el 74,2% y Bankia, el 25,8% restante. Luego, dentro de cada una de esas porciones hay accionistas mayoritarios. CriteriaCaixa controlará el 30% del nuevo banco. Será el mayor accionista. Y el FROB tendrá el 16,1%. ¿El resto hasta llegar a 100%? Estará en manos de otros inversores (grandes y pequeños) pero en porciones mucho más pequeñas.
¿Cómo se llamará?
Caixabank. Bankia desaparecerá como marca en algún momento de 2021 o 2022, cuando se culmine la fusión. “Me da mucha pena”, admitía su presidente José Ignacio Goirigolzarri, tras resaltar la recuperación de la marca en los últimos años.
Todo este lío, ¿para qué?
Los números que han hecho dicen esto: se ahorran 770 millones al año juntas y generarán unos ingresos de 290 millones anuales que no existirían si no se unieran. Juntos serán el banco más grande en el mercado español, con cerca del 25% de cuota de mercado en créditos y un 24% en depósitos.
¿Ahorros son despidos?
“Toda fusión genera duplicidades”, reconocían los directivos. “Pero sobre los trabajadores es pronto para hablar de una cifra. Siempre hemos llegado a acuerdos con los sindicatos. Tenemos experiencia en esto”, destacaba el que será consejero delegado de la nueva Caixabank, Gonzalo Cortázar.
¿Serán todo prejubilaciones?
Ese ha sido el método digamos ‘tradicional’ de adelgazar plantillas en la banca. Pero “no es la única manera”, explicaba Cortázar. “Trataremos de ser creativos y conseguir el mejor resultado para la entidad y las personas”.
Se habla de problemas de competencia porque se reduce el número de bancos...
Es cierto. Pero tanto las entidades como otros reguladores han indicado que el menor número de actores no se tiene que traducir necesariamente en menor competencia (que básicamente supone que los clientes pagan más). “No creemos que genere problemas de competencia y hay que tener en cuenta a los nuevos jugadores que están entrando en el sector”, defendía Cortázar.
¿Qué pasa con las ayudas públicas que recibió Bankia?
Todavía no se sabe. El Gobierno en lugar de ser accionista mayoritario de Bankia pasará a tener el 16,1% del nuevo banco. Esas acciones tendrán un precio y evolucionarán. ¿Tanto para recuperar los 22.000 millones? No es muy factible. El Estado tendrá que decidir cuándo vende su parte de Bankia en la nueva Caixabank.
Entonces, ¿todo esto un error?
“No estoy de acuerdo en esa idea de que si no se recuperan todas las ayudas es porque se han tomado malas decisiones”, contestaba Goirigolzarri. “Cuando se rescató Bankia estábamos hablando de salvar a los depositantes. Si no se hubiera hecho, en lugar de 22.000 millones, estaríamos hablando de 60.000 millones”.
¿Qué cambiará para los clientes?
De momento nada. Ambas entidades tienen diferentes políticas de comisiones, una oferta de servicios... Hasta que no se materialice la unión (como pronto en el primer trimestre de 2021), todo seguirá igual. Es decir, no por ser cliente de Bankia podrá sacar todavía gratis dinero en el cajero de Caixabank.
¿Dónde estará la sede, en Madrid o en Barcelona?
La sede social seguirá en Valencia. Caixabank la trasladó allí en 2017 por la incertidumbre que generaba el referéndum de independencia catalán. La de Bankia también está en Valencia. Luego se habla de ‘sede operativa’, que es donde están los directivos. Preguntados por esto la contestación es: “estaremos en todas partes”.
La pandemia, ¿ha jugado algún papel?
La crisis ha acelerado un movimiento que ya estaba en marcha. “Ha hecho que esta operación tenga más sentido. No quiere decir que sin el coronavirus no lo hubiera tenido”, explicaban los directivos. “Esta es una unión que anticipa otras operaciones”. Tanto en Bankia como en Caixabank están convencidos de esto. Ellos ya lo verán desde la barrera... O no. Queda pendiente el tema de las fusiones bancarias transfronterizas en la Europa del euro. Todavía se espera la primera.