Los efectos de la crisis del covid en el mercado laboral están todavía lejos de despejarse. A pesar del repunte de la economía tras el confinamiento, los rebrotes han ralentizado la recuperación del empleo. El pasado año acabó con el desempleo disparado, una lenta aunque estable mejoría de las afiliaciones y más de 755.000 trabajadores pendientes de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs). Estas son seis claves que explican lo más destacado que ha dejado 2020 en el mercado laboral.
La crisis del covid ha provocado un aumento del paro en España que no se veía desde la crisis de 2009. El pasado año el número de desempleados inscritos en las oficinas del Servicio Público de Empleo llegó a los 3.888.137, es decir ha crecido un 23% en los últimos doce meses con 724.532 parados más. El año pasado descendió un 1,2%.
Con el aumento del desempleo se rompe la tendencia de siete años a la baja de este indicador, que arrancó con la salida de la anterior crisis en 2013.
El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, ha señalado que el importante aumento del desempleo tiene que ver dos fenómenos que se han producido de forma paralela:
Estas circustancias administrativas han provocado, según Pérez Rey, "que haya un mayor número de personas inscritas en el SEPE". Sin embargo muchos expertos dudan del impacto real de estos fenómenos en el importante aumento del paro registrado.
Al igual que ocurrió en verano con el turismo, el covid ha impedido que la campaña de navidad se haya desplegado con todo su potencial en términos económicos y de empleo. En diciembre de 2019 el paro se reducía en 34.579 personas respecto al mes anterior, este año ha aumentado en 36.825 trabajadores. "Las navidades más difíciles y complejas de la historia", para el segundo del Ministerio de Trabajo, que dejan también un aumento moderado de la creación de empleo.
En el último mes de 2020 la Seguridad Social ha registrado de media 26.432 nuevos cotizantes, un 0,1% más que en noviembre. No se veía un dato tan negativo en afiliaciones para está época del año desde 2012, cuando cayeron un 0,5%. Aun así el Gobierno espera que la ausencia del efecto de la campaña navideña equilibre la estacionalidad de los datos. "Diciembre suele ser un mes positivo para el empleo porque se producen altas por la campaña navideña que se convierten en bajas en enero, así que podríamos pensar que este enero no será tan negativo como en otros años", ha pronosticado el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo.
En el mercado laboral está lo que se ve... y lo que no se ve. El mejor indicador para entender esto es el número de contrataciones que se registran. El pasado mes de diciembre se firmaron 1.355.147 contratos, un 22% menos que en el mismo mes del pasado año. Aquí se observa una recuperación algo estancada.
En el acumulado de 2020 la caída de la contratación ha sido a final de año de un 30% respecto a 2019. Este porcentaje, que permanece prácticamente estable desde el verano, demuestra según Miguel A. Malo, profesor de Economía de la Universidad de Salamanca, que "las empresas siguen teniendo bastantes dudas a la hora de contratar".
Además, de los 6,5 millones menos de contratos que se firmaron el año pasado, el 90% corresponden a contratos temporales. Seis millones de contratos no realizados que han dejado sin ingresos a trabajadores precarios que fueron quienes se han llevado la peor parte de la crisis: de todo el empleo destruido por el covid, el 65% eran contratos temporales.
Aunque en términos anuales, la Seguridad Social ha perdido 360.105 cotizantes en 2020, la cifra es aun mayor si nos centramos en lo sucedido desde el estallido de la crisis del coronavirus. El pasado año acabó con 450.000 afiliados menos de que los que había el 12 de marzo, el último día laborable antes de la declaración del primer estado de alarma, lo que supone una caída del 3%.
Estos empleos corresponden al régimen general, porque a pesar de la crisis el Régimen de Trabajadores Autónomos sí ha logrado recuperar el empleo perdido en los peores meses y cierra 2020 con 2.922 cotizantes más que antes del confinamiento (0,09%).
Diferentes previsiones advierten de que la economía española no recuperará los niveles de empleo previos a la pandemia hasta finales de 2022.
Entre el mes de febrero y el de marzo del pasado año más de 121.000 empresas con trabajadores desaparecieron del Régimen General de la Seguridad Social. El mayor descenso se produjo entre las que contaban con entre dos y cinco trabajadores, seguidas de aquellas que llegaban hasta los 50 empleados.
“Al principio de la pandemia era hibernar la economía y proteger el empleo y el tejido productivo”, explica Raül Segarra, estadístico del Observatorio de Trabajo de la Generalitat de Cataluña. “Vemos una caída de esas cuentas de cotización, que no son exactamente empresas, pero es un aproximación al tejido productivo, y han descendido un 6,8%. En diciembre de 2008 se perdió menos, un 5,4%, pero se destruyó mucho más empleo”.
Este experto apunta a que todo sugiere que esas pérdidas corresponden pymes o micropymes. “Si aplicamos lo que hemos visto en Cataluña las empresas que no han sobrevivido tenían pocos trabajadores. No es lo mismo que cierre una tienda del barrio que cierre una empresa grande. Las implicaciones son diferentes”.
Solo hay un tipo de compañías cuyo número ha crecido a pesar de la pandemia: las que tienen más de 500 trabajadores. A finales de noviembre había 2.438 inscritas en el Régimen General, 12 más que un año antes.
Todos los datos anteriores serían muy diferentes sin los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo aprobados al inicio de la crisis. Llegaron a proteger a más de 3,5 millones de trabajadores a comienzos de mayo y todavía hoy 755.613 personas permanecen acogidas a este sistema. Hasta el pasado mes de noviembre habían supuesto un gasto de 14.170 millones de los más de 35.000 empleados en el llamado "escudo social" puesto en marcha por el Gobierno para reducir el impacto de la crisis.
Una tercera parte de los trabajadores que actualmente mantienen su empleo gracias a los ERTE proceden de la hostelería, un 15% de los servicios de alojamiento, y un 13% del comercio. Si la afectación del covid está concentrada sobre todo en estos sectores, por áreas geográficas lo está en Cataluña (23%), Madrid (16%), Andalucía y Canarias (10%).
Respecto a los tipos de ERTE, al acabar el año, un tercio de ellos se debían al impedimiento o limitación de la actividad por decisiones administrativas y una cuarta parte correspondía a aquellas actividades ultraprotegidas que no han podido reabrir sus negocios por culpa de la pandemia
Gracias a este mecanismo de protección la tasa de paro media del año de la crisis del covid se situará por debajo del 16%, pero está por ver cómo se mantiene el esquema en los próximos meses. El Gobierno ya ha asegurado en numerosas ocasiones que los ERTE se extenderán mientras sea necesario, pero muchas voces -entre ellas la del Banco de España- ya han alertado sobre los posibles efectos negativos de prorrogar este sistema en negocios que no tengan asegurada la viabilidad tras la crisis.