Avlo, el servicio ferroviario de alta velocidad a bajo coste de Renfe que funcionará desde el próximo 6 de abril entre Madrid, Zaragoza y Barcelona, nace con una política comercial muy cuestionable desde el punto de vista de la Organización de Consumidores y Usuarios.
Primero, por la frustración que está generando la promoción de venta de billetes en su web: 1.000 billetes cada día por 5 euros desde el 27 de enero durante 10 días consecutivos. Las quejas son continuas: muchos miles de usuarios han intentado adquirir uno de los billetes promocionales sin éxito, y en muchos casos ni siquiera han podido entrar en la web, que se colapsa y queda “colgada” ante la alta demanda. Cómo muestra, un dato: solo el 3% de quienes han intentado comprar un billete lo han conseguido, según una encuesta realizada por OCU en la que han participado 1.775 personas a través de Facebook y Twitter.
Segundo, por una política de precios cuando menos poco transparente. Y es que tal y como sucede con algunas compañías aéreas low cost, el precio final de los billetes no está completo: elegir asiento cuesta 8 euros más; la conexión wifi será de pago; y aunque está permitido llevar un bulto de mano y una maleta de cabina, cualquier equipaje adicional debe pagarse aparte, a un precio que varía entre 10 y 30 euros, según el momento de comprarlo. Es más, Avlo carece del compromiso de puntualidad característico de Ave.