El número de mujeres que han dejado de ser amas de casa para incorporarse al mercado laboral no para de descender. A finales de 2021 había menos de tres millones, una barrera nunca rota a la baja hasta ahora en la Encuesta de Población Activa (EPA). Y un mínimo que podría no ser el último.
La tendencia no es nueva. Pero se ha visto incrementada notablemente, primero con la crisis financiera, y más recientemente con la pandemia de Covid-19.
El efecto conjunto de estas dos crisis ha reducido en casi un millón y medio el número de mujeres que se dedican al cuidado de la casa y de los niños como causa principal de inactividad.
Ahora bien, ¿Qué ha sido de estas amas de casa? Los datos de la EPA ayudan a comprender lo que ha pasado desde que comenzaron estas dos crisis hasta ahora. Y son bastante concluyentes:
Es decir, las mujeres han optado por una intensiva incorporación al mercado laboral para contribuir en mayor medida a la economía familiar, que se ha visto muy afectada por estas dos crisis.
Si observamos los datos por grupo de edad, el número de amas de casa se está reduciendo a mínimos en todos, excepto entre las mayores de 70 años, según los datos de la EPA que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En algunos grupos la reducción ha sido notable.
Por el contrario, 790.000 mujeres de 70 y más años se declaran inactivas por cuidar la casa o familiares. Una cifra muy cercana al máximo del primer trimestre de 2019, cuando 792.900 féminas se encontraban en esa situación.
Aunque el número de mujeres inactivas no ha variado mucho desde finales de 2007 (hay unas 300.000 más), ya se ha apuntado que sí lo ha hecho el de las que se dedican a labores del hogar. Sin embargo, esta caída se ha visto compensada por otras razones de inactividad reflejadas en la EPA, sobre todo por la jubilación. Desde que comenzó la crisis financiera hay un millón más de mujeres jubiladas o prejubiladas.
Otra clase principal de inactividad femenina son los estudios. Ahora hay 400.000 estudiantes más fuera del mercado de trabajo. Pero existe una clara tendencia entre las mujeres por potenciar su formación, en detrimento de ser ama de casa.
A finales de 2021 había un millón más de mujeres amas de casa que estudiantes. En 2007 eran tres millones más.
De continuar esta evolución quizás llegue un momento en el que haya más mujeres dedicadas a estudiar que a cuidar la casa y la familia.
Pese a que los hombres se están implicando cada día más en las tareas domésticas, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares. Y los roles tradicionales no terminan de compartirse.
Según la última Encuesta de Calidad de Vida Eurofound las mujeres españolas dedican 38 horas semanales al cuidado y educación de los hijos (los hombres 23) y 20 horas a cocinar o hacer labores domésticas (frente a 11 de los varones). Y utilizan entre cuatro y seis horas más cada semana a cuidar familiares enfermos o con discapacidad.
Si la mujer se incorpora de forma masiva al trabajo remunerado para ayudar a la renta familiar, el hombre debe asumir más responsabilidades en las tareas domésticas. Sólo así podrán liberarse en parte de esas labores y seguir aumentando su peso en el mercado laboral. Antes de la crisis financiera, el 41% de las personas ocupadas eran mujeres. Ahora ya son más del 46%.