“Es una idea que teníamos prevista antes de la pandemia, pero justo aprovechamos el levantamiento de la prohibición de hacer obras en casa… Nos asustaba que nos la pararan en un nuevo confinamiento, pero al final, lo hicimos”. Como María Carmen, son muchos los que se han lanzado a reformar su casa tras la primera ola de coronavirus. Ella ha renovado la cocina y los ventanales de su domicilio de Badalona (Barcelona) en un claro ejemplo de la tendencia surgida tras el confinamiento: mobiliario minimalista, colores más limpios y claros y con más luz. En definitiva, la búsqueda de espacios más agradables.
La pandemia ha puesto de relieve la importancia del hogar. Durante el confinamiento total “la vivienda ha recuperado su valor primordial del lugar donde vivimos y hacemos una actividad muy diversa”, según el coordinador general del Gremio del Mueble y la Madera. Salvador Ordóñez se refiere al domicilio como “nuestra tercera piel”. Mucha gente ha detectado que tenía un mobiliario anticuado, asegura, “y que respondía solo a un momento de su vida. Pero ahora la vida ha cambiado y hay que darle otras respuestas al mueble”.
Por este motivo, este sector ha salido más fuerte que otros tras el primer arreón de la covid-19 y tanto gremios como tiendas han detectado un gran aumento en la solicitud de presupuestos y obras. Es el caso de la empresa española de mobiliario Kibuc, que, al salir del confinamiento domiciliario, ha doblado sus ventas del año pasado, con “un boom impresionante nada esperado y que se ha mantenido a lo largo de estos meses y hasta ahora”, en palabras de Manel Cantarino, su director comercial.
Estar encerrados en casa ha hecho que muchos ciudadanos renueven la tapicería del sofá, los muebles del salón comedor y la zona de estudio de los niños para aumentar su comodidad y confort. Es decir, “el cliente está reformando donde más horas pasa consciente dentro de casa: el área con menor influencia ha sido el dormitorio”.
Asimismo, el teletrabajo ha venido para quedarse y el sector da prueba de ello. La necesidad de detener toda movilidad y socialización llevó a muchos trabajadores a improvisar un despacho en alguna de las habitaciones de su casa. “De un día para otro, tuvimos que empezar a hacer uso de cualquier silla en la que antes nos sentábamos diez minutos y ahora nos pasamos ocho o diez horas en ella, y hemos visto que no es la adecuada”, según el Gremio del Mueble y la Madera. En este sentido, se han multiplicado las propuestas de sillas y escritorios integrados con la tendencia del resto de la casa para teletrabajar y que no sea un simple mobiliario de oficina.
No obstante, muchos ciudadanos apuestan también por grandes reformas en baños, cocinas e incluso reformas integrales puesto que "han visto que hay nuevas utilidades que tenemos que darles a los espacios”. También en terrazas de clientes que no la usaban y que “han sentido la necesidad de tener otro modelo de vida”. “Estamos en un momento más minimalista, con elementos más simples, más limpios, colores más claros, positivos y menos cargados, y esto responde a esa necesidad de tener espacios saludables y agradables”, según Ordóñez. Un criterio compartido por Pilar Serrano, que ha reformado una vivienda vieja y deteriorada recién comprada en Extremadura: "He priorizado el conseguir una vivienda funcional y cómoda".
Durante la ‘desescalada’, con las posibles carencias del domicilio bien identificadas tras más de dos meses de encierro total y ante un verano sin viajes ni grandes despilfarros estivales, las familias han aprovechado para pedir presupuestos e invertir en su casa. Para Cantarino, “la decisión de compra ha variado y, en vez de gastar su dinero en otras cosas, lo está gastando en el mobiliario del hogar porque está más cómodo y pasa más tiempo en casa”. Algo que suscribe María Carmen tras conseguir la cocina de sus "sueños" atendiendo a las posibilidades de su domicilio: “El hecho de haber podido ahorrar algo de dinero nos ha permitido invertir más en la reforma y escoger materiales y muebles de otra calidad".
Asimismo, algunos negocios han apostado por campañas agresivas que facilitan que el cliente pueda tener un acceso más fácil a aquellos productos que “se les escapaba de precio”, explica el director comercial de Kibuc. Esta como tantas otras tiendas del sector espera que este cambio de tendencia en las necesidades del consumidor se asiente, “que se le empiece a dar más valor a lo que se había perdido: la comodidad y el confort en nuestra propia casa”, en palabras de Cantarino.