Octubre apenas ha comenzado y ya ha revolucionado los precios del gas natural y, a causa de ello, también los de la luz. El precio medio del megavatio hora (MWh) en el mercado mayorista de gas en estos primeros días ha sido de 93,6 euros. El de la electricidad ha sido 204,72 euros. Ocho y seis veces más que en el mismo periodo del año pasado, respectivamente, como se desprende de los datos los operadores de ambos mercados.
El Gobierno de España puso en marcha medidas para frenar la subida de la energía y está insistiendo para que Europa haga lo mismo a nivel comunitario. Pero, ¿será suficiente con estas máximas históricas?
Desde abril, la subida ha sido vertiginosa: el coste de la luz se ha triplicado en seis meses. Y octubre se puede proclamar como el mes de los récords. De las ocho jornadas que llevamos de calendario, siete de ellos están en el top 10 de días con la luz más cara desde que se tienen registros, según el operador de mercado eléctrico designado (OMIE).
Si hacemos una comparación en 2020, entre el 1 y el 8 de octubre, el precio de la electricidad fue de 32,86 euros/MWh. Este año ha sido de 204,72 euros el megavatio hora. Es decir, seis veces más alto. El día más caro, este jueves, rozó los 290 euros.
Pongamos un ejemplo práctico. Una lavadora gasta al mes unos 20 kilovatios hora (kWh). En octubre de 2020, con un precio promedio de 36,56 euros el megavatio hora, nos hubiese costado unos 73 céntimos ponerla. Este año, con la media de esta semana, el precio mensual subiría hasta los 4,3 euros.
Detrás del aumento del precio de la luz está el gas natural, que se usa como combustible para generar electricidad. Además, aunque solo supone el origen de un 13% de la electricidad española, marca el coste de referencia para todas las energías del mercado. Incluso el de las renovables, mucho más baratas. Y su precio también está por las nubes: cuatro veces más caro que en abril.
Si nos fijamos en la primera semana de octubre el precio del gas hace un año rondaba los 11,92 euros/MWh de media. En 2021 son 93,6 euros. Casi se ha multiplicado por ocho.
Una subida que se enmarca en la escasez de gas y los problemas de suministro que puede haber de cara al invierno. La preocupación es tal que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó a Argelia, el mayor suministrador de gas de España, para asegurar el abastecimiento ante el cierre del gasoducto Magreb-Europa. Incluso la central térmica de As Pontes, en pleno proceso de desmantelamiento para su cierre, ha comprado carbón ante la incertidumbre energética.
Un problema que tiene visos de alargarse, a medida que avanzamos en la descarbonización a nivel nacional y europeo. Según los expertos, implicará un déficit energético transitorio durante toda la década. El gas ofrece solución a corto plazo ya que emite menos CO2 que el carbón y cubre las intermitencia de las renovables.
Pero esto incrementa su demanda en todo el mundo. Lo que aumenta la volatilidad del precio. Tanto que cuando este miércoles Vladimir Putin aseguro que Rusia era un proveedor "fiable" para Europa, los precios de los futuros del gas, que habían subido su cotización un 30% en la sesión, se dieron la vuelta bruscamente y sufrieron caídas superiores al 7%.
El Gobierno aprobó a mediados de septiembre un paquete de medidas con las que espera reducir un 22% la factura eléctrica hasta final de año. Una reducción que según anunció la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, llegaría hasta el 30% incluyendo el efecto de las rebajas fiscales ratificadas en junio. En concreto, la reducción del IVA y la supresión del Impuesto a la generación eléctrica.
Asimismo, España lleva semanas instando a la Comisión Europea a adoptar medidas comunitarias para frenar la escalada que asola a gran parte del Viejo Continente. Parece que por el momento han dado el visto bueno a la compra conjunta de reservas de gas para momentos de crisis como esta.
Pero, ¿se puede alcanzar esa rebaja? De acuerdo con cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las facturas para un hogar medio (con 4,6 kW de potencia contratada y 292 kWh de consumo mensual) no han parado de subir. Incluso con las propuestas implementadas desde principios de verano. Desde junio la mensualidad se ha encarecido un 27%.
Así, la factura de septiembre de un hogar medio se disparó hasta los 87,40 euros. Un 49% más de lo que se pagó el año pasado por estas mismas fechas. Una cifra que hubiese subido hasta los 107,2 euros sin las rebajas pertinentes.
Un incremento de los precios que no solo afecta a los hogares. La industria también comienza a notar los efectos del elevado coste energético. Sectores como el de la cerámica empiezan a paralizar su producción. Calculan que su factura sectorial puede incrementarse este 2021 en 700 millones de euros.