¿Frenar la creación de empleo es destruirlo? La respuesta es “no”, si se le pregunta a Yolanda Díaz. La titular de Trabajo insistía en este punto a la hora de valorar el informe del Banco de España (BdE) sobre el impacto de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). “No habla de destrucción de empleo”, insistía la ministra.
Según Díaz, lo que dice el análisis, es que se podría haber “dejado de crear el -0,0003% de empleo”. No parece mucho, aunque ese dato no termina de reflejar una de las conclusiones del estudio.
El caso es que ha vuelto el debate sobre la cuestión del SMI. Para el sindicato UGT el análisis del supervisor bancario es una “injerencia”. Otros han ido mucho más lejos al decir que “habría que correr a gorrazos” al gobernador del BdE. En breve el Gobierno presentará su propio análisis encargado a un grupo de expertos, recordaba la ministra Díaz.
Por qué es importante. Desde el punto de vista político a nadie se le escapa que es una de las medidas estrella del Ejecutivo.
Lo que dice el informe. Básicamente, la principal conclusión es que el empleo creció menos en el grupo de trabajadores con menores salarios. Se pudieron dejar de crear hasta 190.000 empleos (y eso no es el 0,0003% que decía la ministra). Este impacto máximo en el empleo está por encima de otras estimaciones anteriores, tanto del BdE, como BBVA o la autoridad fiscal independiente, AIReF.
Más detalles sobre a quién afectó. El 10% de los trabajadores se ve afectado por la subida del SMI. Estas cifras parece que cuadran con las del Gobierno. Serían entre un millón y millón y medio de trabajadores. Antes de 2019 el porcentaje era del 5%.
Una de las cuestiones que se analizan es si la subida del salario mínimo aumenta las probabilidades de ser despedido.
¿El resultado significa que subir el SMI fue una mala idea? No, porque tal y como dicen los autores del estudio, “podrían existir argumentos de mejoras en la equidad que podrían compensar el incremento de desempleo involuntario que podría derivarse de un aumento del SMI”. Este es un aspecto que ha valorado muy positivamente la ministra de Trabajo. “Nos habla por primera vez de equidad”.
La economía no es una ciencia exacta pero sí es poliédrica. El Banco de España reconoce la limitación de sus conclusiones porque solo se centran en uno de los planos. ¿Qué ocurre con la desigualdad, la brecha salarial, la productividad de los trabajadores, los perfiles de los empleados…? Esas cuestiones no son objeto de este estudio pero pueden ser igual de importantes.
Otras cosas que quedan fuera del estudio. El análisis no tiene en cuenta a dos colectivos especialmente afectados por el SMI.
Una curiosidad… Resulta que cuando uno analiza la subida del 8% del SMI del Gobierno de Mariano Rajoy y la del 22% aprobada en 2019 por el de Pedro Sánchez, el impacto en el empleo es muy parecido. ¿Cómo es posible?
Entonces, ¿a quien la da la razón el BdE? Los que esperen encontrar respuestas simples en el informe podrán elegir argumentos tanto a favor como en contra. “Lo relevante no es tanto dar con cifras exactas sino la metodología para estudiar qué efectos tienes sobre el empleo neto, la probabilidad de perder el trabajo o de encontrarlo”, explica Raül Segarra, estadístico del Observatorio de Trabajo de la Generalitat de Cataluña.
La gran mayoría de los expertos consideran que es importante analizar el impacto de las políticas para valorar sus costes y beneficios, saber cuáles son las ventajas y desventajas y poder así hasta mejorar su diseño. Es por este motivo por el que, en este terreno más académico, el informe del BdE ha sido tan bien recibido.