Lleva días muy activo en las redes sociales aportando datos, gráficas, documentos y hasta chistes para explicar por qué bajar impuestos a las gasolinas es una pésima idea. Juan Luis Jiménez, profesor titular de la universidad de las Palmas de Gran Canaria no piensa parar ahora que ha perdido esta batalla. Este viernes entra en vigor la reducción de 20 céntimos el litro en los carburantes.
El siguiente objetivo de Jiménez es demostrar que tenía razón: que serán las petroleras las que se queden con la mayor parte de esta rebaja.
Pregunta: No es una rebaja del IVA, pero sí una bonificación. ¿Te sigue pareciendo una mala idea?
Respuesta: Sí, pero no me gusta decir lo que pienso, sino lo que la evidencia dice. Aquí hay dos ingredientes que hacen que la medida no llegue a los consumidores: una demanda inelástica y una oferta oligopolística y, en muchas ocasiones, cartelizada.
P: Entonces, ¿qué hacer?
R: Me atrevo a decir que era más eficiente no hacer nada. En ese caso, al menos no comprometes dinero público. Si lo haces, no garantiza una bajada de precios.
P: Pero otros economistas argumentan: con lo que se está ingresando de más Hacienda por el IVA a los carburantes, se puede destinar a reducir los precios...
R: Ese razonamiento sería magnífico si se supiese que el dinero va a los contribuyentes. Pero los precios no van a bajar esos 20 céntimos. Al final, el dinero se lo estás dando a las petroleras.
P: Algo sí que irá al consumidor, ¿no?
R: No todo irá necesariamente a los ingresos de las petroleras, pero una buena parte, sí. Y ese no debe ser el fin del dinero público.
P: Con la cantidad de datos diarios que tenemos de precios por cada estación de servicio,
R: Claro que se puede hacer, pero hay que esperar a que salga el dato. ¿Lo hacemos nosotros desde la universidad? Montarlo lleva su tiempo. Supongamos que lo hace el ministerio: anticipan 20 céntimos y luego demuestran que los precios no se mueven de su nivel inicial. ¿Y?
P: ¿Y?
R: Te dirán: “a mí me lo dijo el de arriba (la petrolera)”. “Oiga esto es el resultado de la materia prima muy cara”. Y así sucesivamente. No existen precios de referencia sobre los que se pueda descontar. Cuidado, no estoy diciendo que los tenga que haber. ¿Qué precio miramos? ¿El que tú ya has establecido utilizando tu poder de mercado como oligopolista?
P: Las compañías también tienen que bajar cinco céntimos de su parte.
R: El hecho de que se les haya exigido esto y ellas no se hayan quejado implica que el Gobierno conoce que están generando un margen de cinco céntimos que no existiría si hubiera competencia.
P: Pero algunas incluso han anunciado bajadas superiores…
R: Les interesa para atraer clientes a su tarjeta fidelización y, además, recomendar precios de forma colectiva.
R: De todas, las que menos margen tienen son las independientes y las low cost. Son las únicas que compiten. Todas ganan, sí, pero estas son las que menos beneficios tienen. Sería ya el paradigma de la ineficiencia que la medida del Gobierno las abocara al cierre. No creo que ocurra, de todas formas.
P: Son estas gasolineras las que, según vuestros estudios, introducen algo de competencia en el mercado en las zonas en las que se ubican.
R: Sí. En las áreas donde están instaladas estas estaciones independientes a las grandes no les queda más remedio que competir algo más.
P: Respecto a la correcta aplicación de la rebaja, se dice: que lo estudie la CNMC (las autoridades de la competencia).
R: Creo que deberían. Tienen capacidad y conocimiento para hacerlo. No sé si están en ello, pero tampoco tienen que decirlo…
P: Quiero insistir con el inicio de la entrevista. ¿No hay nada que se pueda hacer?
R: Lo único que se me pasaría por la mente en una situación como esta es utilizar ayudas específicas para las rentas que lo necesiten y, en ningún caso, utilizar dinero público para subsidiar a rentas altas y petroleras.