José Luis Olivas había tenido un breve paso por el UCD, de Adolfo Suárez, pero el desplome del grupo político lo llevó a ejercer como abogado de la patronal valenciana de hostelería.
Sin embargo, el abogado con ganas de poder regresó en 1987 a la carrera política en Alianza Popular, la semilla del naciente Partido Popular , con los que ocupó el segundo puesto en la lista de Alianza Popular al Ayuntamiento de Valencia.
Allí se convirtió en el hombre de confianza de Rita Barberá, ocupando la regidoría de Hacienda.
En 1993, Oliva ya había encontrado su lugar entre los pesos pesados del PP fue designado secretario general del Partido Popular de la comunidad Valenciana, mano derecha de Eduardo Zaplana.
Dos años después cuando este se convirtió en presidente de la Generalitat no olvidó a su fiel escudero y ocupó el cargo de Conseller de Economía y Hacienda desde 1995 a 1999 y más tarde el de vicepresidente, de 1999 al 2002.
Pero Oliva tenía misiones más altas que cumplir como militante del Partido Popular , a pesar de varias imputaciones por tráfico de influencia y contrataciones ilegales de las que salió impune.
Como Conseller de Economía y Hacienda fue el responsable de la ley de Cajas que favoreció que los políticos inundaran los consejos de las entidades financieras convirtiéndolas en instrumentos al servicio de los partidos.
Su trabajo fue tan eficiente para el Partido Popular que fue premiado en 2002 y Zaplana le dio el mando al frente de la presidencia de la Generalitat cuando José María Aznar lo designó ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.
Allí estuvo un año hasta que saltó a otra presidencia, esta vez de banquero. José Luis Olivas fue nombrado presidente de Bancaja y de Banco de Valencia, ambas en bancarrota gracias a su gestión basada en préstamos a empresarios vinculados al PP y la financiación de proyectos ruinosos con el visto bueno de la Generalitat.
Oliva, en plena crisis y con un currículo de desastres, terminó en el remolino de la fusión de Bancaja y Caja Madrid. Dos entidades hundidas que parieron Bankia, en la que se apoltronó en la vicepresidencia de la recién creada, segundo de Rodrigo Rato, otro experto en hundimientos.
Oliva en los últimos años acumula imputaciones: A las del caso Bankia y la del Banco de Valencia por falsedad documental, delitos societarios y administración desleal , se le suma la denuncia por los socios del Valencia Club de Fútbol, también por un delito societario aprovechando su posición como Presidente de Bancaja.
El exhombre de confianza del PP valenciano se ha convertido en un asiduo visitante de los tribunales. El pasado mes de noviembre el fiscal pedía para José Luis Olivas tres años de cárcel por un presunto delito fiscal y otro de falsedad documental por un pago a Vicente Cotino.
El empresario, ya imputado por financiar de forma irregular al PPCV, pagó medio millón de euros desde su empresa Sedesa a Imanol S.L., propiedad de Olivas y su esposa. Un pago sin factura, ni nada que declarar a Hacienda.
José Luis Olivas tiene ahora su próxima cita, que será ante el juez Fernando Andreu para responder por la salida a Bolsa de Bankia con cuentas que no reflejaban el estado financiero de la entidad y que hcieron perder millones a los inversores.
Por el momento, el delfín de Eduardo Zaplana tendrá que preocuparse en buscar los 800 millones de fianza en concepto de responsabilidad civil para asegurar las eventuales responsabilidades que se puedan acordar en la sentencia del caso Bankia.