Las acciones de los bancos españoles cotizan a la baja desde que se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo, que supone un desembolso de unos 18.000 millones de euros en cobros indebidos que tendrán que devolver a los clientes afectados. ¿Cómo se traduce esto?
"La sentencia del Tribunal Supremo, si se lleva hasta sus últimas consecuencias, golpea en la línea de flotación de las personas que quieran comprar una vivienda y necesiten hipoteca. La banca está bajando en bolsa, porque los inversores no sólo ven el dinero que haya o no que devolver, si no que uno de sus mejores productos de fidelización de clientes se va a ver encarecido considerablemente si quiere seguir siendo rentable, y lo que es peor, es que la propia banca aún no sepa cómo puede resolver el problema que se le viene encima", ha afirmado Ricardo Gulias, CEO de tusolucionhipotecaria.com y experto en iAhorro.com a Informativos Telecinco
Según el experto, la banca buscará recuperar rentabilidad tras los primeros años de compensación a los ocho millones de afectados. Para ello la concesión de préstamos hipotecarios será bajo condiciones más difíciles y más caros. “Si la banca se tiene que hacer cargo a partir de ahora del gasto del impuesto, se va a pensar mucho el dar operaciones hipotecarias, pues la rentabilidad del producto estará en negativa los primeros años, a no ser que busquen algún tipo de compensación o acuerdo con los clientes futuros y eso va repercutir directamente en el precio y en la concesión de préstamos”, ha asegurado.
La banca, por lo tanto, se va a preguntar cómo rentabilizar un producto “en el que para empezar tiene que pagar unos impuestos. Es decir, ¿cómo puedo compensar esta pérdida?”. Además, considera que en los últimos años se les está metiendo mucha presión “anulando las comisiones de apertura, repercutiendo los gastos notariales y eliminado las vinculaciones obligatorias”.
En su opinión, y a pesar de lo que recoge la sentencia, los principales interesados en la inscripción de la hipoteca son los consumidores en general. “Si las cargas no se inscriben (cosa que no pasará) perjudicaría a todo el sistema, porque generaría una inseguridad jurídica total y podríamos estar comprando viviendas con hipotecas no inscritas pero vigentes”, ha sentenciado.