Las decenas de euros en comisiones que la mayoría de los bancos han cobrado en junio a los clientes menos vinculados ha provocado el descontento que muchos de ellos han vertido en las redes sociales. Muchos consumidores se han planteado ante esta situación alternativas como, por ejemplo, guardar el dinero en casa. Pero es ¿realmente esta una solución viable? Y, sobre todo, ¿es legal guardar los ahorros en casa?
No está claro que sea la alternativa más viable, pero lo cierto es que sí es legal. Ninguna ley prohíbe guardar dinero en efectivo en casa, sean cien, mil o diez mil euros, siempre y cuando los fondos tengan una procedencia legítima y hayan sido debidamente declarados.
Sin embargo, que sea legal no significa que no tenga sus riesgos. La inflación, los ladrones o los desastres naturales son los principales enemigos de esta práctica, según advierten los expertos del comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com. Además, retirar el dinero del banco y volverlo a ingresar pasado un tiempo puede llamar la atención de Hacienda.
El pasado año se produjeron algo más de 70.000 robos con fuerza en domicilios, según las estadísticas del Ministerio del Interior. Los robos son uno de los principales riesgos a los que nos exponemos al guardar dinero en efectivo en casa, aunque no es el único. Los desastres naturales como incendios o inundaciones también pueden acabar, de un plumazo, con todos nuestros ahorros.
Ocultar el dinero en lugares poco habituales nos ayudará a protegernos contra los ladrones. Por ejemplo, debajo de una baldosa, en un armario con doble fondo, enterrado en una maceta, tras un enchufe falso, etc. Contratar un sistema de seguridad también podría ahuyentar a los ladrones. En el caso de los incendios, una caja fuerte ignífuga podría mitigar los daños.
En caso de robo, conviene comprobar si el seguro del hogar cubre únicamente el continente o también el contenido, concretamente el dinero en metálico sustraído. En cualquier caso, la compensación de la compañía dependerá de las coberturas del seguro que se tenga contratado y de los límites que establezca el contrato.
Otro peligro que acecha a los ahorradores es la inflación. Guardar el dinero en casa puede significar una pérdida de poder adquisitivo. Nuestros ahorros no podrán luchar contra el IPC desde una caja fuerte. “Si nuestro dinero no crece al mismo ritmo que la inflación, nos empobrecemos”, explican desde HelpMyCash. El IPC se situó el pasado mes de mayo en el 2,7%, la tasa más alta desde febrero de 2017.
Guardar el dinero en casa es legal, por lo que podemos sacar la cantidad que queramos del banco para guardarlo debajo del colchón. El problema llegará después, cuando queramos volverlo a ingresar en una cuenta corriente y Hacienda comience a hacer preguntas. “La realización de una retirada y de un posterior ingreso de dinero en efectivo en una cuenta bancaria no tiene, en principio, trascendencia a efectos del Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas”, aclara la Dirección General de Tributos. Eso sí, debemos poder acreditar la procedencia del dinero que ingresamos en el banco.
Los líos con Hacienda son uno de los principales inconvenientes de guardar el dinero en casa, ya que cuando queramos ingresarlo en una cuenta, nos podría solicitar que demostrásemos el origen de los fondos, algo que no siempre resulta fácil. Por ello, conviene guardar toda la documentación oportuna: justificantes de los reintegros, nóminas, etc.
Si no conseguimos demostrar la procedencia del dinero, Hacienda podría considerarlo como una ganancia no justificada y obligarnos a tributar por ella. Al fin y al cabo, si sacamos dinero del banco y al cabo de unos años lo volvemos a ingresar, Hacienda no tiene por qué creer que se trata de la misma cantidad, sino que podría pensar que se trata de un patrimonio que todavía no ha tributado, por ejemplo de un premio.
Además, no debemos olvidar que no se puede pagar en efectivo transacciones por un importe igual o superior a 2.500 euros cuando una de las partes sea un profesional, un límite que próximamente podría reducirse a mil euros. Así que si se quiere hacer una compra de ese importe y el dinero está guardado en casa, será necesario ingresarlo en una cuenta, con el posible inconveniente de tener que informar a Hacienda sobre su procedencia.
Guardar el dinero en casa es una opción, pero los riesgos están ahí. Si la única motivación para guardar los ahorros debajo del colchón es dejar de pagar comisiones, los expertos de HelpMyCash recuerdan que hoy en día varios bancos comercializan cuentas sin comisiones con las que el cliente no tendrá que pagar nada ni por el mantenimiento ni por la operativa básica (transferencias SEPA, tarjeta de débito, reintegros…).
“Incluso los consumidores que no tienen una nómina pueden librarse de pagar comisiones si abren una cuenta sin gastos y sin vinculación obligatoria”, aclaran los expertos. En general, este tipo de cuentas son gratuitas y no exigen ningún tipo de vinculación, aunque están pensadas para clientes con un perfil digital que operen a través de la banca a distancia y la apertura, generalmente, se realiza a través de la web o la app de la entidad.
El segmento de usuarios menos familiarizado con la banca a distancia, generalmente personas mayores, o bien los que buscan una atención más personalizada pueden preferir una experiencia presencial y en oficinas.
La clave es conocer qué requisitos se deben cumplir para eliminar los gastos de la cuenta actual si queremos seguir disfrutando de las oficinas de nuestro banco. Es probable que realizando algún movimiento con la tarjeta de crédito o domiciliando recibos se pueda esquivar el gasto de mantenimiento de la cuenta. No obstante, dependerá de la entidad. Algunos bancos exigen la contratación de seguros o productos de inversión para esquivar las comisiones de la cuenta.