Más de 15.000 estudiantes viajan a Mallorca para celebrar que ya han terminado las pruebas de acceso a la Universidad. Pagan entre 500 y 600 euros por un todo incluido, además, los mayores de edad pueden beber alcohol. Para los hosteleros supone una ‘inyección’ económica en un mes de junio flojo de turistas.
Los estudiantes buscan escaparse de su rutina y olvidar esos momentos sentados delante de los apuntes o de sus dispositivos digitales para estudiar. En estos viajes les esperan una nueva vida postselectividad llena de planes, y en ocasiones, mezclados con alcohol.
Aunque aseguren que “no hace falta el alcohol para pasárselo bien”, los hosteleros ponen medidas a su desenfreno con pulseras que indican con diferentes colores quien puede y quien no puede beber alcohol para que los menores de edad no puedan acceder a este tipo de bebidas.
Palma y Magaluf son los destinos estrellas para este tipo de estudiantes que buscan viajes ‘low cost’ y pasárselo bien para olvidarse de los malos tragos.