El Gobierno implantó un sistema de control horario para los empleados con el objetivo de reforzar el derecho de los trabajadores y que no se cometan abusos por parte de las empresas. Solo unos días después de establecerse dicho decreto se conocieron varias injusticias que denunciaban los propios trabajadores sobre la forma de realizar ese estricto control en los negocios. El sector de la hostelería es uno en el que se han cometido varios abusos, antes y después, de que se instalará esta lucha contra la precariedad laboral.
Elisa Castiello, estudiante de derecho, denunció su caso tras darse cuenta de que el bar en el que trabajaba cotizaba por ella dos horas diarias cuando trabajaba unas doce. Ella solo quería sacarse un dinero extra los fines de semana, sin embargo, se encontró con unas condiciones abusivas: "te llamaban media hora antes y te querían allí", además, asegura que tras avisar sobre su situación al propio negocio la dieron largas sin ofrecerle ninguna solución.
Esta estudiante de derecho ha conseguido que la inspección de trabajo le dé la razón, pero asegura que su caso no es aislado y que hay mucha gente que se encuentra en esa misma situación pero que no se atreve a denunciarlo.
Pero no todo son abusos en el sector de la hostelería, Francisco Fernández es camarero y declara que trabaja en buenas condiciones. Al contrario que Elisa, conoce su horario con antelación, trabaja ocho horas con turnos fijos y cotizados, asimismo, asegura que si realiza horas extra la empresa les paga por ellas. Sin embargo, Francisco conoce de cerca casos como los de la estudiante de derecho y reconoce que en su sector es cada vez más habitual encontrarse con situaciones de precariedad laboral.