Estas cifras remarcan los números de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2018, que reflejó que más del 50 por ciento de los trabajadores confesaron tener jornadas laborales semanales superiores a las 40 horas, debido en parte a las horas extras.
Asimismo, el estudio de IWG reafirma que la medida de fichar del Gobierno entra en contraposición con la tendencia de flexibilizar el trabajo. En esta línea, el 83 por ciento de los encuestados rechazarían un oferta laboral que no incluyera trabajo flexible. Para llevar a cabo el estudio se contó con más de 15.000 participantes de 80 nacionalidades.
Las cifras arrojados por el estudio muestran que la flexibilización ha ayudado a un 77 por ciento de las empresas, a nivel mundial, a ser más productivas. Además, al menos el 62 por ciento de las compañías tienen implantadas políticas de flexibilidad.
La flexibilidad laboral, y no el fichar, mejora la calidad de vida de los trabajadores, ya que les ayuda a conciliar su vida profesional y personal. Una de las principales mejoras es que se suprimen los desplazamientos al trabajo y el estrés que estos generan.
“Las nuevas tecnologías permiten que tengamos la posibilidad de realizar nuestro trabajo desde cualquier lugar y momento. Las compañías son cada día más conscientes de todos los beneficios que tiene el trabajo flexible y de su positivo impacto en el rendimiento, la motivación y la satisfacción en el trabajo", indica el country manager de IWG Group España, Philippe Jiménez.