El informe, redactado por el representante de la OIT en Myanmar, Steve Marshall, fue presentado hoy en el comité de estándares laborales de la institución, que durante tres semanas celebra la 98 Conferencia Internacional del Trabajo.
La OIT y Myanmar acordaron en el 2007 un mecanismo por el cual los trabajadores birmanos podrían quejarse oficialmente ante la entidad internacional en caso de violación de sus derechos.
Según el documento, el Gobierno de Myanmar distribuyó 10.000 copias traducidas del acuerdo, en un país de 53 millones de personas, y poco más se ha hecho desde entonces.
Marshall señaló hoy que muchas de las personas que se quejaron a la OIT y aquellas que las ayudaron padecieron acoso.
De hecho, destacó el caso de cuatro personas que están en prisión precisamente por haber ayudado a denunciar casos de trabajo forzoso.
En dos años, la OIT sólo ha recibido 152 denuncias, indica el texto.
"El número de quejas no puede interpretarse como la realidad del alcance del trabajo forzado en Myanmar", señaló Marshall.
No obstante, el funcionario internacional aclaró que en dos casos su oficina denunció a las autoridades abusos cometidos con empleados que trabajaban en la reconstrucción de los destrozos causados por el ciclón Nargis, y el Gobierno paró las obras.
Sin embargo, no se conocen casos de investigación contra funcionaros gubernamentales que cometen abusos.
Es por ello que la agencia de la ONU solicita una vez más a la junta militar que lidera el país asiático que prohíba el trabajo forzoso, y que persiga las prácticas de abuso laboral existentes.
La OIT celebra sesiones especiales sobre Myanmar desde el año 2000.