Javier González: “La mano de obra en un diésel son 10 personas, en un gasolina entre tres y cuatro y en un eléctrico una”
“Hay que pensar si queremos ser también sostenibles en cuanto a los puestos de trabajo”
“Con los combustibles sintéticos podríamos tener para los motores térmicos un carburante que no emite CO2”
Javier González Pareja no es sólo el presidente de Bosch España y Portugal y de la Cámara de Comercio Alemana para España, sino que también tiene la responsabilidad de dirigir el departamento de Recursos Humanos de Europa, Medio Oriente y África de esta empresa. Su orientación a los RR.HH. se destapa cuando afirma que “en España tenemos que potenciar la Formación Profesional y la dual en concreto”. Y, desde el razonamiento, sorprende sin pretenderlo al afirmar que “hay que seguir mejorando el motor de combustión”.
Pregunta: Los fabricantes están dejando en masa de invertir en la I+D del motor térmico. ¿Les están dejando a ustedes los fabricantes de componentes el futuro de esta tecnología?
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Respuesta: Nosotros creemos que en 2030 entre el 50% y el 67% de los automóviles seguirán contando con motores térmicos de alguna clase, incluidos los híbridos, por supuesto. Entonces esos motores seguirán siendo sistemas de propulsión muy utilizados de aquí a dentro de nueve años. Por supuesto, tenemos que acompañar las tendencias de nuestros clientes, pero hemos de seguir mejorando todavía el motor de combustión interna.
P: ¿Están ustedes frotándose las manos porque se están quedando solos en esa tarea?
R: Puede ser, pero todas las marcas que están dejando de innovar son clientes nuestros, o sea que al final nosotros no innovamos para nosotros sino para nuestros clientes. Si llegara un momento en el que ningún fabricante invierte en este motor, pues a lo mejor habría que repensarlo, pero hoy día con esa información de que al menos la mitad del parque circulante tendrá motores de combustión interna en 2030, pues seguimos innovando.
Además, todos sabemos que los vehículos industriales, especialmente los más pesados, seguirán utilizando motores térmicos o bien electrificación con células de hidrógeno, ya que el peso de la batería es muy limitante para un camión. Y al mismo tiempo, también trabajamos en la movilidad eléctrica.
P: Es que la preocupación medioambiental es fuerte.
R: Sí, pero hasta ahora, para tener una flota de coches cero emisiones, lo que hacemos es regular lo que ocurre con los coches nuevos. Pero si bajamos a la tierra veremos que la edad media del parque español está por encima de doce años. Entonces si realmente queremos descarbonizar de verdad, lo que tendremos que hacer es dar una solución a esa flota existente. No se habla mucho de los combustibles sintéticos, pero podríamos tener un combustible que no emita CO2, ni NOx, ni otras partículas para los motores térmicos y con la red de distribución existente (unas 22.000 gasolineras). Por supuesto, nosotros también apostamos por la electromovilidad.
Y estamos posicionados mejor que otros fabricantes porque electrificamos desde bicicletas hasta camiones. Desde que empezamos hemos invertido más de 5.000 millones de euros -el año pasado 700 millones- y ya hay casi tres millones de vehículos en el mundo que tienen motores de propulsión eléctrica de Bosch. Y sí, hay que ver cómo eliminamos emisiones en la flota nueva, pero para los térmicos futuros, tendremos que seguir optimizando los combustibles.
P: ¿Los combustibles sintéticos no son hoy muy caros de producir?
R: Hoy día no se garantiza la sostenibilidad económica de la que hablábamos antes porque aún no son un producto de masas. Pero si no inviertes en esa tecnología no se va a extender y lo mismo ocurre con el hidrógeno. Hoy no es económicamente sostenible, pero si queremos mejorar las emisiones o eliminarlas tenemos que invertir en las nuevas tecnologías.
P: Cuando dicen estas cosas siempre hay quien se siente ofendido.
R: Más que centrarnos en las críticas yo me centraría en ver qué hacemos. Por ejemplo, en primavera del año pasado en las 400 localizaciones que Bosch tiene en todo el mundo alcanzamos la neutralidad de CO2, siendo la primera empresa industrial a nivel mundial que lo logra.
Y para ello hemos hecho cuatro cosas: aumentar la eficiencia energética de las instalaciones, es decir, gastar menos energía; expandir la producción de energías renovables en nuestras instalaciones; obtener más electricidad verde (desde 2019 toda la electricidad que usa el Grupo Bosch en España procede de fuentes renovables) y, si esto no es posible, compensarla a través de certificados de CO2, lo que afortunadamente ha sido mucho menos necesario de lo que se pensaba. Además, somos el primer suministrador automovilístico en unirse a la iniciativa llamada 'Science Based Target' (Objetivos Basados en la Ciencia) con el objetivo de reducir en 2030 un 15% en todas las emisiones de CO2 en las actividades previas y posteriores a la fabricación en toda la cadena de valor.
P: Eso es sostenibilidad...
R: Nosotros la escribimos con “S” mayúscula, porque para nosotros tiene como poco tres aspectos. Uno es el ecológico, pero también hay un equilibrio económico y otro social. Es decir, primero los productos que se generan tienen que tener una demanda. Hay que preguntarse bajo qué condiciones se adquirirá un coche eléctrico y un consumidor se hace al menos tres preguntas. La primera es cuánto cuesta en total (coste de adquisición, combustible, mantenimiento...) para comparar con uno de combustión interna. La segunda es cuánto tardaré en recargarlo. Y finalmente, qué infraestructura de recarga tengo.
¿La respuesta a esas tres preguntas será positiva? Seguro que sí, pero ahí tiene que haber un esfuerzo no sólo de la industria del automóvil, sino también de crear puntos de recarga, que la recarga sea a una velocidad adecuada...
P: ¿Y el aspecto social?
R: La industria de automoción da trabajo a 1,2 millones de personas directamente en Europa [en total se estiman más de 14 millones, según ACEA]. Y está cuantificado que, en términos técnicos, la mano de obra asociada directamente a un motor diésel son diez personas, del motor a gasolina son entre tres y cuatro personas y del motor eléctrico es una persona. Entonces tenemos esa descarbonización, pero hay que ver si queremos también ser sostenibles desde el punto de vista social, tenemos que ver cómo jugamos con el aspecto de los puestos de trabajo asociados, que también es un aspecto muy importante de la sostenibilidad.
P: Pero históricamente las innovaciones siempre han generado más puestos de trabajo y riqueza de los que había anteriormente...
R: Claro, siempre ha pasado en todas las revoluciones industriales. Al final el número de personas empleadas ha sido mayor. Nos dicen que la inteligencia artificial o la industria 4.0 [Bosch lleva años trabajando en ella] va a hacer desaparecer puestos de trabajo. Pues desaparecerán y aparecerán otros. Lo que ocurre es que también hablamos de factor tiempo, cómo podemos reconvertir a las personas y no sólo en términos de cualificación, sino también demográficos. No es lo mismo que esto ocurra en un periodo de tres años a que ocurra en quince. Este es uno de los mayores retos de los Recursos Humanos, la recualificación de las personas. Formar a las personas en todas las áreas para que seamos empleables en toda nuestra vida laboral, que como vemos todos va a ser cada vez más larga.
P: ¿España cómo se encuentra en este proceso de reubicación laboral?
R: Uno de nuestros objetivos estratégicos en RRHH es la Bosch Learning Company (Compañía de Aprendizaje de Bosch) para poder recualificar a las personas. Y me preguntan, ¿van a poder recualificar a todos? Pues desgraciadamente seguro que no, pero en ello estamos. Y una vez más depende del tiempo. Yo digo muchas veces que uno de los factores principales de los negocios es el tiempo. Ver cuál es la velocidad del cambio y tratar de anticiparse.
P: ¿Ayuda el sistema educativo español a estos propósitos?
R: En España tenemos una desconexión entre las empresas y lo que ofrece la universidad. Para mí el mayor reto es la formación profesional. Siempre ha sido la hermana pobre y lo cierto es que la demanda de profesionales en áreas como informática, analistas de datos o mecatrónicos a nivel de FP puede ser mayor que muchas licenciaturas. Tenemos una clara descompensación entre el número de estudiantes universitarios y el número de estudiantes de FP. Hay que potenciar la formación profesional y la dual, en concreto.
P: Sigo en España para preguntarle si con los nuevos fondos europeos se prevé que pueda haber alguna inversión de Bosch en nuestro país.
R: Una nueva fábrica en España en el área de movilidad, en principio no. Pero nunca se puede descartar una adquisición que Bosch hiciera a nivel mundial y que ya tuviera producción en España. Por poner un ejemplo de software, hace tres años Bosch compró una empresa alemana, ITK, que tenía una sucursal en Barcelona con cinco personas y ahora ya son más de 30. ¿Abrir algo de cero? No, que yo conozca, pero una adquisición de una empresa que ya tuviera presencia en España por supuesto podría ser.