David Valls es el representante en España de la empresa australiana Infinity Lithium. Es la empresa que ha lanzado el proyecto de extracción y refino en el segundo depósito de litio más grande de Europa a unos pocos kilómetros de la ciudad de Cáceres.
Hay reticencias entre los ciudadanos por su cercanía a la ciudad y los posibles problemas de contaminación. “La única forma de garantizar el derecho de toda la población es permitir que las tramitaciones administrativas lleguen hasta las resoluciones finales”, apunta. A eso se suma ahora la polémica sobre la ubicación de la fábrica de baterías avalada por el Gobierno español en Cataluña. “Es un debate que no existe porque Cáceres va a tener fábrica: una industria de transformación del litio que aún no existe en Europa”.
Pregunta: ¿Qué le parecen las declaraciones del alcalde de Cáceres, Luis Salaya, afirmando que la fábrica de baterías de Cataluña no se nutrirá del litio de su depósito?
Respuesta: Creemos que es un debate que no existe. San José Valdeflórez ya representa un desarrollo industrial único, no sólo por la materia prima, sino por una transformación de alto valor añadido en hidróxido de litio. Por tanto, Cáceres tiene la oportunidad de generar ya esta industria única, que no existe en Europa ahora mismo. A eso hay que añadir el polo de atracción que supondrá para el desarrollo industrial del resto de la cadena de valor del vehículo eléctrico. Es decir, pasos intermedios como los ánodos, cátodos, electrolitos, los ensamblajes, su envoltorio metálico...
P: ¿Puede decirle el alcalde a una industria lo que puede o no hacer con sus productos?
R: El alcalde está manifestando una posición política. Sin base de informes técnicos ni resoluciones definitivas, no tiene capacidad de decisión. Si el proyecto tuviera todos los informes encima de la mesa, estudio medioambiental y todas las declaraciones favorables, no la tendría. El proyecto, para estar basado en la legalidad, tiene que tener unas resoluciones. Si esas resoluciones son declaraciones de impacto positivas, proyectos de explotación concedidos, etc, entonces cualquier argumento que fuera en contra de esas declaraciones habría que enfocarlo de otra forma, desde un punto de vista político.
P: ¿La polémica es sí hay fábrica de baterías en Cáceres habrá mina y si no hay fábrica no habrá mina?
R: Es que fábrica va a haber en Cáceres, porque desarrollo industrial de hidróxido de litio ahora mismo no existe en Europa. Además, que Cáceres pueda contar con cualquier otra industria del sector de las baterías de los coches eléctricos va a depender de los dos primeros eslabones: la obtención del litio y su procesamiento. Si no se hacen realidad será difícil que Cáceres, que no dispone de otro tipo de industria relacionada con la automoción ni con el vehículo eléctrico, sea atractiva.
P: Pero el litio y las baterías tienen muchos usos y aplicaciones diferentes a las de automoción.
R: Efectivamente, porque hablamos no ya sólo de aparatos como portátiles, móviles, tabletas y otros aparatos. Hay otro gran sector, muy importante a nivel extremeño, que es el de las energías renovables, las placas fotovoltaicas. Esa actividad necesita de un gran almacenamiento de energía y eso, a día de hoy desde el punto de vista tecnológico, sólo lo aportan las baterías de iones de litio de alta capacidad. Por tanto, Extremadura, como productor de energía solar, tiene la necesidad de contar con una capacidad de almacenaje de alta capacidad de forma urgente, en los dos o tres próximos años.
P: ¿En qué punto están todos los permisos?
R: La Comunidad Autónoma otorgó en diciembre uno de los permisos. En él se subsanaron algunos errores. Y ya está trabajando para otorgar de forma inminente los segundos permisos. Con ellos estaremos en disposición de solicitar el proyecto de explotación y el estudio de impacto ambiental. Luego, durante un tiempo, la Junta de Extremadura tendrá que hacer evaluaciones de impacto y con ellas las declaraciones para poder llevar a cabo el proyecto firmemente instaurado en la legalidad.
P: ¿Cuánto tiempo puede tardar todo este proceso administrativo?
R: El segundo permiso como decía es inminente. Una vez que se presente, se necesitan revisiones por parte de Minas y Medioambiente, ambos a nivel regional. Ellos pueden poner suficientes recursos en el estudio dada la importancia del proyecto como para otorgar las resoluciones en el corto-medio plazo, en 2022.
P: ¿Están buscando asociaciones con otras empresas para generar sinergias y ayudarse mutuamente en el desarrollo de productos?
R: Sí, desde el inicio del proyecto. Y nos hemos ofrecido a las Administraciones para trabajar con ellas para convertir proyectos en realidad y que se creen desarrollos en esta zona. Por la dimensión del proyecto hemos tenido contacto con todos los grandes fabricantes y productores de vehículos eléctricos y baterías. Hay expectación y lo que se necesita es seguridad jurídica y un ambiente óptimo para que se evalúen consensuadamente estas potenciales inversiones. Pero si se da un ambiente en el que la seguridad jurídica no está clara, y en el que se toman decisiones políticas no basadas en informes técnicos, ese no sería un buen caldo de cultivo para atraer otras inversiones importantes para la región.
P: ¿Qué le diría usted a los ciudadanos de Cáceres que se ven en esta incertidumbre en la que parece que le quieren quitar cosas que son suyas?
R: No se va a quitar nada, se va a poner en valor. Este recurso lo que va a hacer es generar industria en Extremadura, que necesita un cambio en su desarrollo socioeconómico para modificar su tendencia. Pondría a Cáceres y Extremadura como referente en las baterías de ion-litio dentro de la necesidad de la transición ecológica y la reducción de CO2 y emisiones de efecto invernadero.
P: ¿Temen que otras explotaciones de los alrededores como Salamanca, Portugal o de la misma Extremadura puedan verse favorecidas por todos sus problemas?
R: Por la importancia del sector, todos los proyectos que tenemos en España son necesarios y deberían hacerse realidad porque los necesitamos. Somos el segundo productor de vehículos de Europa y por tanto la demanda final va a ser suficientemente grande para todos los proyectos que se mencionan. Ahora mismo no hay competencia, todos somos necesarios.
P: ¿Tienen intención de exportar parte de la producción de litio?
R: Nuestro objetivo es el mercado español y el mercado europeo. Cuando San José Valdeflórez produzca el hidróxido de litio, creemos que estará ya dispuesta la cadena de valor completa en España. Esto quiere decir que aunque tuviéramos fábricas de baterías en España pero no fabricantes de cátodos, ánodos o electrolitos, el hidróxido de litio aquí no se podría consumir nuestro litio. Nosotros estamos trabajando con nuestra red de contactos y el Gobierno también ha anunciado esos consorcios público-privados y el interés de atraer estas industrias, de forma que tengamos la cadena de valor completa dentro del país.
P: Han hablado con todos los productores de automoción. ¿Lo han hecho en concreto con Volkswagen, con Seat o con Iberdrola y cuáles han sido sus sensaciones?
R: Hemos hablado con todas las grandes firmas. Por confidencialidad no podemos poner nombres encima de la mesa. Pero sí, estamos trabajando con la Administración y con esas grandes empresas que han mostrado interés.
P: Según algunos informes, la necesidad de litio para las baterías bajará a la mitad en 10 años y que de esa mitad una quinta parte al menos procederá del reciclaje. Por otro lado, se han descubierto nuevos depósitos de litio. ¿Será su proyecto rentable?
R: Estas predicciones de mercado no coinciden con las de especialistas como Bloomberg y otras grandes firmas. Pero, incluso en ese escenario, sería necesario poner de forma urgente en marcha este proyecto. Tenemos que mirar los miles de millones que todos los fabricantes de automóviles están invirtiendo en el vehículo eléctrico. La demanda se va a desarrollar en un horizonte temporal de muchos años. Esto no quita que aparezcan nuevas tecnologías. Pero igual surgen otras tecnologías o necesidades en productos que requieran aún más litio que el que actualmente se demanda. Por ejemplo, las baterías de litio de estado sólido. Todos los proyectos que tenemos en España, van a ser necesarios para las próximas décadas. Probablemente más de las que pensamos, pues las baterías de ion-litio, una vez que se hayan hecho las inversiones, tendrán continuidad.
P: ¿Qué les diría a los ecologistas que se niegan en rotundo a que se concedan los permisos?
R: Independientemente de las posiciones que se tengan, lo que hay que ser es garantista a la hora de cumplir toda la legislación y conocer el proyecto en todo su alcance. Cuando se tomen posiciones hay que hacerlo con los datos reales del proyecto y con informaciones sin tergiversar. La única forma de garantizar el derecho de toda la población -la parte no mayoritaria que está en contra, una mayoría que todavía no se ha posicionado y otra parte que está a favor- es permitir que las tramitaciones administrativas se lleven a cabo hasta tener las resoluciones finales. No tenemos que olvidar que son trámites administrativos con periodos de exposición pública, en los que se recogerán todas las dudas, cuestiones, sugerencias y potenciales modificaciones de todas las partes interesadas que la Administración tiene que revisar, contestar e incluir para modificar el proyecto. Esto supone que toda la sociedad vea garantizados sus derechos.
P: Una de las grandes razones de la plataforma “Salvemos la Montaña” es que el acuífero de El Calerizo quedaría por debajo de la mina con lo que debido a la roca caliza y porosa, el terreno permitiría filtraciones que podrían contaminar el agua.
R: No es posible. Si esto se diese, ninguna declaración de impacto de ningún proyecto tendría las licencias encima de la mesa. Además, se genera confusión, pues nuestro proyecto no está encima de El Calerizo. Esto lo dice la Confederación del Tajo que es la responsable y lo ha declarado: debajo del yacimiento no está El Calerizo, por tanto no hay que ahondar más en esta cuestión.