El edadismo es un hecho real en el mercado laboral español en el que un parado de más de 45 años tarda de media más de dos años en encontrar un puesto. Lo dice un informe de Infoempleo y Adecco que además revela que más de la mitad de los desempleados (51,4%) considera que no encuentra trabajo a causa a su edad.
El sociólogo José Ignacio Casas, coautor del libro 'Recuperando el Talento invisible', lo confirma y habla de una "realidad" en la "que la mayoría de las empresas y las consultoras de personal en España descartan de antemano a las personas por encima de esa edad en sus procesos de selección."
El psiquiatra estadounidense Robert Butler definió el concepto de edadismo en 1969 para referirse a la discriminación de las personas por ser mayores y desde entonces el fenómeno ha ido 'in crescendo' extendiéndose a todos los ámbitos de la sociedad, como una epidemia a la que atajar desde la Empresa, las administraciones y los propios interesados.
En España, "el 42% de los parados mayores de 50 años sufre discriminación laboral por razones de edad, el mismo porcentaje que sufren las mujeres, en general, cuando se enfrentan al mercado de trabajo español", asegura Juan Carlos Delrieu, director de estrategia y análisis de la Asociación Española de Banca (AEB) que cita datos del Centro de Investigaciones Sociológicas.
"Se nos ha ido la mano con el tema de las prejubilaciones. En algún momento fueron necesarias porque España necesitaba un ajuste y era la medida menos gravosa, pero ya ha terminado la crisis y se siguen practicando prejubilaciones por parte de las empresas y las administraciones las siguen aceptando. Incluso el trabajador no lo mira del todo mal." Sin embargo, Delrieu apunta la necesidad de "empezar a concienciar que la prejubilación no es una opción y si una empresa tiene que hacer ajustes no puede seguir un criterio de edad y ponderar otro tipo de atributos más allá de la edad. La administración tendría que ser más dura cuando se le presentan ERE."
El economista no cree que el problema del edadismo se resuelva con leyes o restricciones en la edad de jubilación, sino que en la solución tendrán que participar todos los implicados: Trabajadores, Empresas y administraciones pero, sobre todo, se necesita "un cambio de mentalidad".
"También creo que el trabajador tiene una responsabilidad en este tema, tenemos que cambiar de mentalidad. La solución no va a venir de una dimensión, sino una unión de fuerzas en una dirección. Los trabajadores tiene que aceptar que en un momento dado nuestra vida profesional también cambia, ser flexibles y aceptar nuevos retos, recualificarnos. De nada servirán regulaciones, porque en esto tienen que trabajar al a vez empleados, empresa y administración." La empresa, por su parte, tiene que alinear su conciencia en sus prácticas".
Cómo es posible que las empresas menosprecien la experiencia o la valoren tan poco que cuando tengan que elegir en una situación de emergencia se decanten por deshacerse de sus trabajadores senior. Para Casas, que ha trabajado durante años en el área de Recursos Humanos de Telefónica, el factor económico es determinante en estas decisiones cuando "las ofertas de trabajo son de empleos precarios", temporalidad extrema temporalidad y salarios por debajo del mileurismo, solo personas jóvenes que inician su vida laboral y sin responsabilidades familiares pueden 'permitirse' acceder a esos empleos."
Juan Carlos Delrieu, director de estrategia y análisis de la Asociación Española de Banca (AEB), admite el problema aunque rechaza que las empresas tengan "prejuicios" con este colectivo que define como "talento senior". La explicación podría estar en que "los jóvenes tienden tienden a ser más adaptables, tiene un coste menor para las empresas y tiene un mayor potencial de crecimiento, explica este economista. "Además, aunque no es del todo cierto, existe la percepción de que los jóvenes tienen una mayor predisposición para adaptarse a la transformación tecnológica."
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo golpea a los que van cumpliendo años, aunque"los trabajadores mayores no necesariamente sean menos saludables, educados, capacitados o productivos que sus colegas más jóvenes". Los prejuicios sobre los mayores se combinan en una ecuación que los relega considerándolos, asegura Casas, "poco menos que ciberanalfabetos y sin espíritu emprendedor", con "menor capacidad para aprender y producir, sin interés por el aprendizaje ni curiosidad por incorporar nuevos conocimientos."
Este directivo de la Asociación Española de Banca, asegura con datos que la crisis ha empeorado el edadismo en las empresas. Durante "el inicio de la crisis económica y hasta el peor momento hubo un impacto brutal" tanto en los jóvenes como en los trabajadores mayores. Sin embargo, la recuperación ha sido más favorable a los trabajadores junior que han ido incorporándose al mercado laboral, mientras los que superan los 45 años se han quedado en la cola del paro.
Los trabajadores sénior lo viven en carne propia esto de sentirse relegados por empresas entusiastas en contratar fuerza laboral joven. Sin embargo, tanto para el país como para las empresas, el edadismo tiene consecuencias, no solo por el mensaje que manda de "despilfarro de recursos humanos y laborales", además como critica el sociólogo Ignacio Casas, que conoce el tema en profundidad, esta práctica discriminatoria "hipoteca el futuro de las empresas", a la par que "dificulta un trasvase de saberes entre generaciones de trabajadores".
Delrieu, por su parte, considera que "un país como España, con una demografía adversa, con un problema en el sistema de pensiones públicas, con un déficit público que se debe ir ajustando. No se puede dar el lujo de descapitalizarse al prescindir de una parte sustantiva de la población".
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La edad no es un indicador fiable para juzgar la posible productividad o empleabilidad de un trabajador. La OCDE ha recomendado la eliminación de todas las políticas de jubilación obligatoria con el fin de beneficiar a los trabajadores, los empleadores y las economías. De la misma opinión es este economista con una larga trayectoria profesional en varias multinacionales que se pregunta "por qué un profesor o un médico se tiene que retirar a una determinada edad? cuando a lo mejor podría seguir activo y a lo mejor solo tendría que cambiar su estilo de trabajo, su forma de abordar su relación laboral. Esto es real en otros países. Yo creo que hay que ampliar el sentido de empleabilidad y en España se quiere proteger tanto al trabajador que se termina estrangulándolo."
El sociólogo José Ignacio Casas, sin embargo, considera injusto culpar al eslabón más débil, porque en su opinión "la mayoría de los nuevos pensionistas ganarían más dinero si tuvieran un trabajo estable y motivador, de modo que no les importaría retrasar su jubilación. Pero -subraya- la pinza entre la discriminación laboral por edad y la situación de la caja de pensiones es esencialmente injusta, aunque quienes deberían abordar esta situación no parecen dispuestos a afrontarla."