Un shock de demanda. Para los expertos económicos eso es lo que está sufriendo la economía española desde mediados de marzo. En solo 15 días multitud de indicadores económicos han retrocedido siete años, mostrando una evolución y unos niveles que no se observaban desde 2013.
La declaración del estado de alarma y el consiguiente confinamiento de la mayor parte de la población ha paralizado los comercios, las industrias, el turismo… El consumo de los hogares ha caído hasta niveles nunca vistos y sólo el gasto público y el aumento de la demanda de alimentos ha frenado algo la situación.
El primer trimestre de 2020 ha sido devastador. Pero el segundo, con muchos más de 15 días de shock de demanda (ya llevamos todo el mes de abril) podría ser aún peor a no ser que se produzca un cambio radical de la actual situación provocada por el COVID-19.
En los últimos días hemos empezado a conocer indicadores del mes de marzo y del primer trimestre del año que reflejan como los efectos de la crisis sanitaria van a desembocar en una crisis económica muy severa.
El más representativo es el Producto Interior Bruto (PIB) del Instituto Nacional de Estadística, que registró su primera tasa interanual negativa desde 2013 en el primer trimestre de 2020. En sus cifras se observan que indicadores como la inversión o la demanda nacional sufren sus mayores caídas en siete años.
En cuanto al empleo, tanto la Encuesta de Población Activa como los datos de la Seguridad Social reflejan aumentos del paro y descensos de la ocupación no vistos desde 2013.
La bajada de los precios hoteleros o la caída de las ventas de coches también muestran la delicada situación económica de España.
Indicadores que han sufrido la mayor caída desde 2013:
La evolución de otros indicadores refleja que no sólo se han perdido siete años en 15 días, sino que en algunos casos el hundimiento económico no tiene precedentes.
Por ejemplo, nunca el PIB se había desplomado un 5,2% entre dos trimestres. Y gran parte de ello se debe a la caída del consumo de los hogares, también sin ningún antecedente en la serie histórica, que comenzó en 1970.
A nivel empresarial, la confianza se ha hundido como nunca, y lo mismo ha sucedido con la evolución de los beneficios, expresados como excedentes de explotación y rentasmixtas en las cuentas nacionales.
Las pernoctaciones hoteleras y las ventas del comercio minorista también se han derrumbado en marzo. Y los precios industriales han registrado el mayor desplome de su historia ante la debilidad de la demanda.
Indicadores que han sufrido la mayor caída en la serie histórica:
En el cuadro macroeconómico de España sólo está creciendo de forma robusta el consumo en alimentación y el gasto público. Este último impulsado por el aumento de recursos destinados al sector sanitario.
Por sectores, la Administración Pública, la educación, la sanidad y las actividades financieras son los únicos que están aportando algo positivo a la economía. La agricultura, la industria y las actividades profesionales mantienen el tipo.
Pero el comercio, la hostelería, y la mayor parte del sector servicios, presentan una triste realidad y un futuro muy incierto. Y en España el sector servicios supone el 67,7% del PIB. Esperemos que la situación se revierta lo antes posible para recuperar el terreno perdido.