La economía española tocó fondo en abril con los peores indicadores de su historia
Vivienda, industria, comercio, turismo, empresas y empleo superaron, de largo, los registros más negativos de las anteriores crisis
España nunca había registrado tantos indicadores en mínimos en tan poco tiempo. Nunca tantos sectores habían caído como lo hicieron en abril. Los datos de ese mes, que se van conociendo estos días, confirman que los efectos económicos de la crisis sanitaria originada por el COVID-19 son los peores de la historia.
Muchos de los principales indicadores económicos tocaron fondo en un abril que, más que lluvioso, fue tormentoso. En algunos casos, las caídas doblaron e incluso triplicaron las registradas en los peores meses de las crisis de 2009 y 1992.
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En la relación que se va a mostrar faltan variables que, al ser trimestrales, aún no han reportado datos. Pero los resultados que muestren para este segundo trimestre se verán muy afectados por el desplome del mes de abril. Aún no se sabe si superaran los peores registros de la historia, pero parece que muchos de ellos también lo harán.
Actividad general
El mejor indicador de actividad económica es el Producto Interior Bruto (PIB). Su evolución en el segundo trimestre no se conocerá hasta finales de julio, cuando se confirmará si bate o no los peores registros históricos que tuvo en el primer trimestre.
Pero indicadores de actividad general que anticipan la evolución económica han sufrido caídas históricas o fijaron mínimos en abril. Por ejemplo, el indicador de sentimiento económico de la Comisión Europea sufrió un desplome sin precedentes (de 99 a 73 puntos). Y lo mismo sucedió con el índice PMI compuesto de IHS Markit.
A nivel empresarial la creación de sociedades sufrió su mayor caída en abril (un 73,4%, según el INE). Se constituyeron 2.311 empresas, también el mínimo de la serie, cuando lo habitual en los últimos años eran, como poco, más de 8.000 al mes.
Las bajadas del 17,0% en el consumo de energía eléctrica (datos de Red Electrica Española) y del 40,4% en el crédito concedido a las familias (según el Banco de España) tampoco se habían observado previamente.
Castigo al sector Servicios
El sector Servicios, el más importante de la economía con un peso del 60% en el PIB, fue uno de los más castigados en abril por las consecuencias de la pandemia.
El índice PMI Servicios, que mide la actividad del sector, cayó de una media de 53 puntos sobre 100 en los últimos meses a apenas 7,1 puntos. Los datos de abril del Indicador de Actividad que elabora el INE se conocerán en 15 días, pero nadie duda que superarán la bajada de marzo, que ya fue la mayor de la serie.
Tanto las ventas al por menor como el índice de confianza del comercio minorista registraron caídas históricas. El primero descendió un 31,5%. El segundo se hundió 38,5 puntos.
El desplome del turismo fue aún mayor. Con las fronteras cerradas no llegó ni un turista internacional. Y, por lo tanto, su gasto fue de cero euros. No hubo pernoctaciones en hoteles, en apartamentos turísticos, en campings ni en alojamientos de turismo rural. Todos los indicadores turísticos del INE registraron un descenso del 100% en un mes que ni el peor de los augurios podía haber imaginado.
El confinamiento de la población residente y el cierre de fronteras también hundió el transporte público. El número de viajeros cayó un 99% en el transporte aéreo, un 98,5% en el AVE y un 91% en los metros y autobuses urbanos de toda España. Todos ellos registros nunca vistos hasta ahora.
Freno al automóvil
Si desde el punto de vista de la oferta el sector Servicios es el más importante. En el lado de la demanda el consumo de los hogares representa también el 60% del PIB. A falta de conocer su evolución en las cuentas nacionales trimestrales, uno de sus indicadores más representativos también se derrumbó de manera histórica en abril.
Se trata de la venta de coches a particulares, que se frenó un 98,2%, según ANFAC. En todo el mes las familias apenas compraron 823 vehículos, menos de los que se matriculaban en un solo día antes del confinamiento.
Construcción y vivienda, de la mano
Otro indicador muy representativo de la economía es la venta de vivienda. Y, de nuevo, en abril sufrió una bajada histórica. Según datos de los notarios, las compraventas cayeron un nunca visto 71,3%. Ello, a su vez, tuvo reflejo en los créditos solicitados por los hogares para comprar vivienda, que se precipitaron un 50,6%.
De la vivienda a la construcción. Y de mínimo a mínimo. El consumo de cemento cayó un 50%, hasta el nivel más bajo de la serie histórica de este representativo indicador. Casi con la misma intensidad, la producción industrial de materiales de construcción se desplomaba un 50,2%.
Y, hablando de industria, muchos indicadores de este sector también tuvieron en abril el peor mes de su existencia. La producción industrial se despeñó un 33,6%, lo que, a su vez, arrastró a los precios industriales a una bajada histórica del 8,4%. El indicador de Confianza de la CE reflejó la negativa evolución del sector en ese fatídico mes con una caída sin precedentes de 30,7 puntos.
Mercado laboral
Los datos del mercado laboral del primer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA) ya eran negativos. Y eso que los tres millones de afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) computaban como ocupados.
Cerca de medio millón se han ido reincorporado a sus trabajos, pero del futuro de los otros 2,5 millones dependerá si el paro y la ocupación fijan nuevos récords negativos en el segundo trimestre. La caída histórica del 61,9% de los contratos registrados en abril que reportó el Ministerio de Trabajo tampoco ayuda mucho.
Luz al final del túnel
Pese a esta retahíla de malos indicadores, parece que se empieza a ver luz al final del túnel. El regreso a la actividad de muchos trabajadores, la apertura de comercios y las expectativas generadas para sectores como el turismo están animando el consumo de los hogares en las últimas semanas.
No obstante, en el dato del segundo trimestre, que conoceremos a final de junio, el gasto privado no se calculará con 15 días de “parálisis” económica. Sino con casi 40, por lo muy previsiblemente se batirá el desplome del 6,7% de los tres primeros meses del año.
El Banco de España, consciente de ello, ha empeorado sus previsiones de crecimiento económico para este año. Ahora, estima que el PIB bajará entre el 9,0% y el 11,6%. E incluso dibuja un temible escenario en el que se desplomaría un 15%.
De confirmarse este pronóstico, la caída sería el doble e incluso el triple que la mayor registrada nunca en la economía española -que fue del 3,7% en 2009-, en línea con los descensos de los indicadores comentados. El PIB sintetizará así en un solo dato los peores indicadores de la historia económica de España.