Bancos y clientes pendientes del Supremo
Un Supremo dividido afronta la sentencia del impuesto de las hipotecas que tiene en vilo a miles de hipotecados y a la banca, que se juega mucho dinero. Se barajan varios escenarios:
Que el Supremo dé marcha atrás y el impuesto vuelva a pagarlo el cliente.
Que el Supremo ratifique la sentencia y la banca asuma el impuesto y aquí se abre un abanico de posibilidades y de cifras dependiendo de hasta dónde llegue la retroactividad. Puede darse el caso de que el banco asuma el impuesto pero solo a partir de ahora. De ser así el coste para la banca llegaría a los 640 millones de euros anuales. También puede ocurrir que pague la banca pero con una retroactividad de cuatro años, que es el período en el que pueden reclamarse en España los impuestos. En este caso afectaría a más de un millón de hipotecas y el sector tendría que desembolsar 2.300 millones de euros. Hay un tercer escenario, más improbable y es que el Supremo considere que la retroactividad va más allá de los cuatro años. En este caso se calcula un coste para la banca de 16.000 millones de euros y una avalancha de demandas que pueden colapsar los juzgados.