La crisis de Lehman Brothers: ¿estamos condenados a repetirla?
telecinco.es
21/09/201810:35 h.Han pasado 10 años y nos preguntamos ¿va a ocurrir otra crisis similar? ¿Nos vamos a encontrar algo que vaya a generar un problema en los mercados financieros y en las economías similar a las hipotecas subprime o a la burbuja “puntocom”?, ¿hemos aprendido la lección?
Si algo hemos aprendido es que debemos incorporar la planificación financiera en nuestras inversiones para que una crisis como la del 2008, o un cambio de ciclo, no sean tan duros. La diversificación, el análisis prudente y evitar las estimaciones de burbuja son esenciales.
Se producirá una crisis, pero no de la misma manera.
Las crisis no se forman en aquellos activos en los que percibimos que hay un enorme riesgo. Las crisis se forman siempre en los activos en los que nos “repiten”, una y otra vez, que no hay riesgo aparente.
Por eso se acumula el riesgo en esos activos. Y ahí reside el foco desencadenante. Es en estos activos en los que se toman las decisiones más agresivas, como en el sector inmobiliario (“las casas nunca bajan”) o cualquier otro sector que esté en plena ebullición, como el tecnológico (“es un nuevo paradigma “).
¿Cuál es el gran problema actualmente?
Sin ninguna duda, el mayor inconveniente de la economía reside en la deuda soberana, que en la actualidad incluye más de 9 billones (con “b”) de dólares en bonos con rentabilidad negativa y tiene además, unas elevadísimas valoraciones que no se corresponden con el riesgo real soberano. La consecuencia es que la represión financiera –tipos desproporcionadamente bajos y enorme liquidez- hace que los activos de menor riesgo, la renta fija soberana, sean prohibitivamente caros y esto genera un gran aumento de los múltiplos de otros activos de mayor riesgo.
Cuando la crisis estalla no lo hace en esos mismos bonos, ya que los bancos centrales y los gobiernos son los primeros que los rescatan. Por lo tanto, donde tenemos que pensar que se puede generar mayor riesgo es en los activos aparentemente de baja volatilidad o de bajo riesgo, pero con valoraciones extremadas.
Este es el problema actual.
Otra cuestión que debemos tener en cuenta es que hemos solucionado una crisis de alta deuda y exceso de liquidez, inyectando a los mercados mayor liquidez y más deuda, paradójicamente.
Por lo tanto, si se da un cambio de ciclo, los bancos centrales no tienen herramientas para solucionar los problemas de la manera que lo han hecho hasta ahora.
La tendencia no será a generar una crisis abrupta como la del 2008, sino más bien a que se produzca un estancamiento parecido al japonés, en el que se rescate constantemente a los activos de aparentemente bajo riesgo de manera que se haga el menor daño, pero también se reduzca dramáticamente el crecimiento potencial, la mejora de la productividad y se penalice el ahorro.
Daniel Lacalle
Economista Jefe de Tressis
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