La crisis impulsa la fabricación de equipos médicos, motos y bicicletas

  • La producción de aparatos de radiación, escáneres y resonancias magnéticas está creciendo un 21,9% este año. La de vehículos de dos ruedas, un 9,2%

  • El calzado y la confección de prendas de vestir se encuentran entre las industrias que peor están evolucionando durante la pandemia

La industria española está siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia. Pero hay unos pocos sectores a los que las cosas no les están yendo tan mal. De hecho, a alguno les van bastante mejor que otros años.

Este es el caso de la industria de fabricación de equipos de radiación, electromédicos y electroterapéuticos, que ha crecido un 21,9% de media en los nueve primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2019, según datos del Índice de Producción Industrial.

El dato es llamativo, ya que se trata de su mayor aumento en 23 años. El impulso viene de la mano del fuerte incremento de la demanda de este tipo de material por parte de médicos y hospitales para afrontar el covid.

Este grupo engloba las empresas que fabrican aparatos y tubos de radiación —tanto para uso industrial como para diagnóstico médico o investigación—, y las que producen equipos de rayos X, escáneres, resonancias magnéticas, láser médico o audífonos, entre otros instrumentales clínicos.

Sobre ruedas, pero sólo dos

También está evolucionando positivamente este año la fabricación de motos y bicicletas. Hasta septiembre ha aumentado un 9,2%, lo que contrasta con la negativa trayectoria de la industria del automóvil, que ha caído un 28,9% en estos nueve meses.

Esta evolución se ha visto influida por las reiteradas limitaciones de movilidad registradas en todo el territorio nacional. Ante ellas, los españoles han optado por moverse sobre dos ruedas. Y la producción se ha ajustado a este mayor interés, sobre todo en lo que respecta a las bicicletas.

Farmacia, limpieza y belleza

El poker de sectores que más están incrementando su producción este año lo completan la industria de especialidades farmacéuticas, con un crecimiento del 4,9%, y la de fabricación de jabones, detergentes, perfumes y cosméticos, con un aumento del 3,1%.

Estos dos grupos también están directamente relacionados con la mayor demanda de ciertos productos con motivo de la pandemia. El primero incluye la fabricación de medicamentos, sueros, vacunas y pruebas de diagnóstico. El segundo contiene artículos de limpieza, mucho más usados ahora que antes de la pandemia, y productos diversos de belleza.

De los 103 grupos que publica el Índice de Producción Industrial solo tres más presentan tasas positivas este año. Y son escasas. El resto está reduciendo su actividad, en muchos casos con descensos muy pronunciados.

Entre lo que más ha caído, la fabricación de fibras artificiales y sintéticas, y la de productos cerámicos de uso doméstico, sanitario o técnico se han desplomado más de un 40% en los nueve primeros meses de 2020.

Por su parte, la fabricación de artículos de joyería y bisutería, la industria de productos electrónicos de consumo, la de carrocerías, la fabricación de calzado y la confección de prendas de vestir presentan descensos superiores al 30% este año.

El declive se acentúa

Como consecuencia de que la mayoría de empresas industriales presentan tasas negativas este año, el sector está acentuando su declive. Ha caído un 2,8% en tasa interanual y un 3,6% si se compara con los niveles de finales de 2019, según datos de la contabilidad nacional del INE. En términos de rentas, la industria ha perdido casi 2.000 millones de euros.

El sector ha aumentado un 33,4% su número de parados y cuenta con 128.100 ocupados menos que hace un año. Aunque es probable que estas cifras empeoren cuando las personas que están en ERTE dejen de estarlo.

El peso de la industria en el PIB mantiene una clara tendencia a la baja desde finales del pasado siglo. En 1995 el sector representaba casi el 20% de la economía española. Actualmente, menos del 15%.

Si se compara con otras economías europeas hay grandes diferencias con países como Alemania, donde el valor añadido bruto del sector industrial alcanza valores cercanos al 22% del PIB.

Muchos expertos apuntan a la necesidad de que España potencie su industria y deje de ser un país tan dependiente del sector servicios. Circunstancia más necesaria que nunca en momentos como el actual, en el que los sectores relacionados con el turismo —como el transporte o la hostelería— están sufriendo fuertes caídas. Pero para ello primero hay cambiar una tendencia que dura ya más de 25 años. Y no es una tarea fácil. Ni rápida de poner en práctica.