Batacazo este viernes de las principales criptomonedas del mercado. Tras conocerse que el Banco Central de Rusia podría prohibir su uso, el valor de las divisas virtuales bitcoin y ethereum ha caído hasta un 10%. Un episodio más que demuestra la alta volatilidad de estos productos financieros. Pero, que con la promesa de dinero fácil y rápido, atrae a muchos inversores, la mayoría sin conocimientos del riesgo que implican.
Esta característica ha puesto en alerta en España a la CNMV. El regulador anunció este lunes que comenzará a regular su publicidad, ante la creciente cantidad de reclamaciones asociadas a las 'criptos'. "Para dar una información clara, sencilla y entendible para los inversores inexpertos", explica el abogado y profesor de la Universitat Oberta De Catalunya (UOC), Sergio Juan-Creix.
Pero, ¿qué es una criptomoneda? En esencia es como una divisa al uso, pero virtual. Como el euro, solo que no tiene detrás a una entidad financiera, la economía de un país o un individuo que la respalde. A efectos prácticos, se puede hacer dos cosas con ellas:
Actualmente, dado que las criptomonedas no están extendidas como forma de pago, se asocian principalmente al primer punto que hemos mencionado: la especulación. "En todos los mercados hay burbujas. Las criptodivisas tienen la misma tendencia que se ha dado en los últimos años en el sector inmobiliario o el de las acciones. Pero no tiene un impacto tan elevado en la economía... de momento", explica Elisabet Ruiz Dotras, profesora de finanzas en la UOC.
Como, con cualquier inversión, hay gente que gana dinero y otros que lo pierden. El riesgo principal asociado a estos productos es su alta volatilidad. Al no estar respaldadas por un ente que "asegure" el valor de una criptomoneda, este depende del "interés" que haya por ella en un momento concreto. Basta ver el ejemplo ruso al inicio de este artículo. O las fluctuaciones que ha tenido este año 'bitcoin' cada vez que el magnate tecnológico Elon Musk la ha mencionado (para bien o mal) en Twitter.
Una tendencia que se confirma a pequeña escala. La Asociación Usuarios Financieros (Asufin) llevó acabo un experimento a finales de 2021 para analizar la información facilitada al inversor y los riesgos existentes. Invirtieron 100 euros en cinco plataformas de criptoactivos durante 50 días. En ese escaso periodo de tiempo, registraron desde pérdidas del 14% (86,28 euros) a ganancias del 32% (131,75 euros).
Asimismo, se han vuelto un nuevo mecanismo para timadores. Uno de los casos más recientes fue el de squid, la criptomoneda inspirada en la serie 'El juego del calamar'. Los creadores vendieron de golpe todos sus squids cuando el valor estaba alto, lo que devaluó rápidamente la divisa. "Huyeron" con casi 3 millones de euros de quienes habían invertido. "No es ilegal. Es oferta y demanda. Es como lo que pasó con las preferentes", comenta Elisabet Ruiz Dotras.
Algunas de las empresas intermediarias de inversión, además, se encuentran en otros países (con lo que están sujetas a las leyes locales) o paraísos fiscales. Una de ellas es Binance, que tiene su sede en las Islas Caimán y que es junto a Coinbase (ubicada en EEUU) una de las plataformas de compraventa más potentes.
Es decir, es la inversión en criptomonedas puede generar grandes ganancias, pero también grandes pérdidas. "Los expertos recomiendan no invertir más del 5% de nuestros ahorros en criptodivisas. El problema es que hay gente que está metiendo todo", dice Ruiz Dotras.
En España, alrededor de 4,4 millones de personas (11,2% del total) ha invertido o invierte en criptomonedas, según refleja el 'III Informe sobre conocimiento y hábitos de fintech' de Asufin. Más de una cuarta parte ha invertido por encima de los 6.000 euros.
Además, es un mercado que atrae especialmente a la gente joven. Como nativos digitales (o casi) no es de extrañar el interés por estas divisas. Según un estudio llevado a cabo en la Eurozona por la fintech 2gether en 2019, el 56% de los usuarios de criptomonedas tienen entre 26 y 45 años y un nivel educativo alto.
Aunque no necesariamente en temas financieros. En el último estudio PISA España obtuvo valores por debajo de la media. Un dato respaldado recientemente por un estudio del Banco Central Europeo (BCE), que nos pone por detrás de alemanes y franceses. Por lo tanto, el de las criptomonedas es un mundo del que puede salir escaldado más de un incauto. Sobre todo ante publicidad que promueve la idea de "hacerte rico fácilmente y al instante".
Ante esta avalancha de mensajes, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha decidido regular la publicidad sobre estos activos financieros. "Hasta ahora no se los consideraba como tal y estaban al margen de todo", explica Juan-Creix. Una posición que también ha adoptado esta semana el regulador de Reino Unido. No se prohíbe, sino que se le imponen limitaciones.
En España, a partir del 17 de febrero, la publicidad sobre estos productos deberá llevar la siguiente advertencia: "La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido". Es como las advertencias de "fumar mata" en una cajetilla de tabaco o "consulte a su farmacéutico" cuando sale un anuncio de medicamentos en la tele.
La campaña de la CNMV busca atajar la expansión de la actividad especulativa principalmente. De hecho, se establecen exenciones para los criptoactivos que no sean susceptibles de ser objeto de inversión.
Asimismo, cualquier campaña considerada como 'publicidad masiva', es decir, que llegue a más de 100.000 personas, deberá reportarse antes a la CNMV. Si un personaje público o influencer publicita y promociona criptoactivos de forma remunerada también está sujeto a la norma. La sanción por incumplimiento es una multa por importe de hasta la mayor de las siguientes cifras:
Una decisión que ya se vislumbraba en el horizonte. La CNMV ya "reprendió" al exfutbolista Andrés Iniesta por no avisar a sus seguidores de los riesgos que conllevan las criptomonedas. Más adelante, el presidente del regulador, Rodrigo Buenaventura, hizo un llamamiento generalizado a los influencers y personajes públicos.
Pero, ¿y una regulación de las propias criptomonedas? No solo es una cuestión que ha planteado Rusia. China lo hizo, aunque acabó retractándose de su decisión. Y la Unión Europea prepara una norma (llamada coloquialmente MiCa) aunque no verá la luz antes de 2024. A los gobiernos nacionales y otros organismos bancarios les interesa controlar estas transacciones. "Es un mundo que está generando mucho dinero. Y ahora se están 'escapando' impuestos", dice Ruiz Dotras.
Y es que el interés de las administraciones públicas no para de crecer. En 2021 El Salvador ha sido el primer país en aprobar el bitcoin como moneda de curso legal. El Banco de Inversiones Europeo anunció que emitirá 'criptobonos' en colaboración con Ethereum. Los alcaldes de Miami y Nueva York han pedido cobrar su sueldo en bitcoin.
Los expertos coinciden en que es una pregunta difícil de responder. En el caso de bitcoin, por ejemplo, la profesora Ruiz Dotras señala que habrá que esperar a que se emita el máximo que han establecido sus responsables. Cuando se llegue a los 21 millones, no habrá más. "Aparecerán nuevas y desaparecerán otras", añade.
Es probable que a medida que se generalice el uso de las criptomonedas como forma de pago, la parte especulativa pierda relevancia. "Tarjetas como Visa o Mastercard ya ofrecen este servicio, con criptomonedas más 'estables' asociadas a divisas como el dólar", ejemplifica Ruiz Dotras. E incluso está llegando al pequeño comercio. De cuerdo con el mapa de CoinMap, en Madrid hay al menos 130 comercios o cajeros que permiten comprar con bitcoin (en Barcelona unos 80). "Acabaremos teniendo billeteras virtuales con diferentes criptodivisas", augura la profesora.