La irrupción de las criptomonedas en la economía global tiene su último capítulo en la fiebre de los memecoins a raíz del escándalo de $Libra, el activo digital promocionado por el presidente argentino Javier Milei que tras subir como la espuma en pocos minutos se convirtió en un desastre para las inversionistas. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos explica lo ocurrido, qué otros memecoins se han puesto en circulación y cómo evitar criptoestafas.

Lo ocurrido en Argentina es lo que ahora se conoce como 'rug pull', un caso en el que los propios impulsores del token lo abandonan después de recaudar los fondos suficientes y dejan el activo sin valor. O dicho de otra forma, toman el dinero y corren. Tras la promoción de Milei, $Libra llegó a alcanzar una valoración de 4.500 millones, para después quedarse en nada. El resultado, 44.000 argentinos han perdido su dinero.

Milei lo primero que hizo fue negarlo, después borró el tuit en el que había animado a adquirir el token, y finalmente vino a justificarlo comparando el drama de esos miles de argentinos con ir al casino y perder el dinero. Pero si huele a estafa, sabe a estafa y suena a estafa, lo más probable es que sea una estafa. El único recurso que les queda ahora a los agraviados, aparte de llorar, es ir a los tribunales y reclamar. Está por ver dónde llega todo esto. Difícilmente acabará en una condena, pero Milei sí podría terminar en el banquillo por haber participado en la estafa a 44.000 argentinos.

El caso de $Libra no solo implica un problema financiero, sino uno político. Un presidente que juega a ser 'criptobro' también tiene en sus manos a los reguladores, lo que significa un obsceno conflicto de intereses. Lo hemos visto también con Donald Trump y su propia cruptomoneda, el $TRUMP, de la que posee el 80%, o con Nayib Bukele en El Salvador, y en la República Centroafricana. Estamos empezando a tener presidentes que hacen política y negocios a la vez.

Precisamente con el $TRUMP tenemos un ejemplo de otro tipo de estafa, el 'pump and dumb'. El mandatario llamó a los suyos a invertir cuando lanzó su criptomoneda, y a los pocos minutos una persona compró 6 millones de activos, disparando su valor de 18 céntimos a 75 dólares. Y poco después 109 millones fueron retirados del mercado, con lo que la moneda empezó a caer. 813.000 inversores perdieron 2.000 millones de euros. Es un fraude patrocinado por presidentes de Gobierno.

Entre los memecoins y las las criptomonedas tradicionales no hay técnicamente ninguna diferencia, salvo el volumen y la antigüedad. Pero ninguna de las dos tiene nada detrás, no hay ninguna base que los sustente. Ambas se trata de pura especulación en una especie de salvaje Oeste. Quienes juegan a esto están a merced de las ballenas blancas, los grandes tenedores que pueden llegar a tumbar por sí solos el rumbo de una divisa.

Mucho cuidado, por tanto, con lo que te venden los 'criptobros', porque no hay regulación ni vigilancia. Esto no significa que invertir en criptomonedas sea siempre una estafa, pero sí es siempre un enorme riesgo. Si decidís meter dinero, hacerlo solo con el que os sobre porque hay altas posibilidades de perderlo todo. Si lo necesitáis, esta es la peor inversión posible. Aplicad el sentido común. Y recordad que cuanto mayor sea la posible rentabilidad, mayor es el riesgo. En el vídeo de arriba puedes ver la charla completa de 'MoneyTalks'.