"Trump todavía puede cargarse el mundo". Con este titular abría su portada 'The Economist' este viernes en alusión a la decisión del presidente de EEUU de imponer aranceles a las importaciones de socios como México, Canadá, China o la UE. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos explica en qué precios vamos a notar esta guerra comercial y qué hay realmente detrás de las amenazas del mandatario norteamericano.
El método de Trump se parece mucho a una amenaza de guerra con voluntad de pacto. El presidente está amedrentando a todas las economías del planeta con castigar a quien no se arrodille. México y Canadá han conseguido aplacarle comprometiéndose a frenar el ingreso a través de la frontera de inmigrantes ilegales y el tráfico de fentanilo. Pero hay quien no se pliega, como China, que ha respondido al recargo de un 10% de arancel a sus productos con más aranceles y sanciones a ciertas empresas estadounidenses. Lo que tenemos es una amenaza de guerra y en cualquier caso un suicidio económico colectivo.
Si la amenaza de aranceles del 25% a Europa se concreta en las próximas semanas, tenemos mucho que perder, pero ambas partes. Es un pulso entre gobiernos que terminamos pagando los ciudadanos. Se trata de la visión más obtusa que he visto nunca. Trump solo entiende que si él gana los demás pierden. O que si ganan los demás, él pierde. No comprende que la economía no es un juego de suma cero, que todos pueden ganar simplemente especializándose en lo que cada uno es mejor.
Es cierto que si Trump impone los aranceles el grado de dolor es mayor para otros países de Europa que para España. Alemania sería la más tocada, como la mayor fabricante de vehículos del mundo con Mercedes-Benz, BMW y Audi. Nuestro país le compra a EEUU el 28% del gas natural, pero su dependencia , en general, es menor que la de otras economías. Sin embargo, los aranceles también duelen más a quienes son más débiles.
Al final es un daño económico para todos, que vamos a pagar en ropa, bienes intermedios y bienes esenciales más caros: desde los calzoncillos de Calvin Klein hasta el Iphone, pasando por el medicamento que necesitamos si nos resfriamos o la gasolinas que necesitamos para coger el coche.
Mi impresión es que Trump ha decidido que si es necesario se carga la economía con tal de demostrar quién manda. Si los aranceles se generalizan y se sostienen en el tiempo estaremos ante un suicidio económico voluntario. Pero la mayoría de expertos estiman que esto no deja de ser una táctica negociadora y que no va a llegar la sangre al río. En cualquier caso, sea un cosa o la otra, esto genera una enorme inseguridad jurídica que debería ser inasumible ideológicamente desde la derecha, la izquierda y el centro. Puedes ver en el vídeo la charla completa de ¡Money Talks'.