Al cumplir los 40 nuestros ojos empiezan a perder rendimiento. La presbicia, o vista cansada, hace aparición en nuestra vida. Y viene para quedarse. De hecho, se va a intensificar con el paso del tiempo.
Si ya tenemos problemas visuales, toca revisar la graduación. Si sólo hemos usado gafas de sol, ahora tendremos que llevar un par de gafas adicional. La edad no perdona.
Menos del 40% de las población española de 35 años usa gafas o lentillas. Pero entre los mayores de 45 este porcentaje se dispara por encima del 70%. Y a partir de los 55 utilizan anteojos casi nueve de cada 10 españoles.
La vista envejece. Pero también lo hace la población, por lo que no cabe duda de que cada vez será más habitual (y necesario) el uso de anteojos.
En 1979 el 37,8% de los residentes en España tenía 40 o más años. En 2019 ya son el 56,8%. En número absolutos, la población mayor de 40 años casi se ha duplicado en este periodo. Ha pasado de 13,9 a 26,6 millones.
En los cinco últimos años el gasto de los españoles en gafas graduadas y lentes de contacto ha crecido un 36% hasta alcanzar los 3.246 millones de euros.
Por su parte, el gasto por persona ha subido casi 20 euros desde 2013, al pasar de 51,73 a 70,13 euros.
Ante este panorama, el sector de la óptica se presenta con mucho futuro. En 2018 aumentó un 1,5% sus ventas, según datos de la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico.
También está creciendo el número de ópticos-optomestristas colegiados. En 2018 había 17.641 profesionales de este sector, un 11,5% más que en 2013, según datos del INE.
Un aumento que no sorprende, ya que la profesión es la tercera de España con mayor tasa de empleabilidad. El 90,6% de los que finalizaron estos estudios en el curso 2013-2014 estaban trabajando en 2018, según un estudio sobre inserción laboral de titulados universitarios del Ministerio de Educación.
Si se quiere tener buen ojo no se puede dejar de lado este sector. Eso sí, cada vez seremos más los que lo veamos con gafas.