En el año en el que perdimos los abrazos, los besos, en el que las cenas familiares navideñas están en peligro, en el que las cabalgatas no serán, si son, como siempre. En el año sin cenas de empresa lo que sí parece que no van a faltar las cestas. Este 2020 parece que las empresas van a darlo todo para las cestas de Navidad, aunque la crisis ha golpeado a las empresas, pero este año la cesta pueden ser una inversión: sentirnos valorados en estos momentos, también por nuestra empresa, es una forma de incentivarnos y motivarnos como personas y como profesionales”.
Inspirada en la época romana, la sportula, desde mediados del siglo XIX, algunos departamentos públicos en España comenzaron a regalar una cesta con dulces, embutidos y bebidas a sus empleados; una costumbre que se extendió a la empresa privada un siglo después, según desvela RRHHdigital.com. Actualmente se prefiere la calidad frente a la cantidad. Las empresas prefieren incluir producto nacional, gourmet y optar por una presentación más personalizada y cuidada.
Juanjo Guissona, gerente comercial de Eurolotes, cree que reducirán la facturación un 15%, debido a las empresas de restuaración y turismo, pero considera que las que no fallarán serán las empresas de industria electrónica ni farmacéuticas. Sí ha notado más que los clientes están solicitando más el envío a domicilio para evitar que el trabajador vaya a recoger la cesta a la empresa. David Balado de Terra Ibérica considera que las empresas no van a escatimar y aunque todo el sector es prudente tienen confianza. El jamón sigue siendo el producto estrella.