Camiones secuestrados y flotas aparcadas: así viven el paro los empresarios del transporte
El paro indefinido de los pequeños transportistas ha obligado a interrumpir la actividad de miles de empresarios que no deseaban secundar la protesta
Las movilizaciones de los autónomos del sector, que han impactado en numerosas industrias, cumplen once días este jueves
Pablo (nombre ficticio de este empresario de transportes) lleva once días con su negocio prácticamente parado. Es el tiempo que dura ya el paro indefinido convocado por los pequeños transportistas, y que ha logrado paralizar buena parte de la actividad productiva del país.
Dice que en esta semana y media no ha dejado de “apagar fuegos y soportar presiones”. Por un lado, las de los clientes exigiendo que se muevan las mercancías; por otro, las de los piquetes que se han encontrado los pocos camiones que han salido. A ellos les han mantenido horas inmovilizados o les han pinchado las ruedas en mitad de la carretera.
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“Desde hace una semana tengo un camión parado en Asturias. Intentamos llevar a un hospital una carga que nos dijeron que era necesaria y allí nos destrozaron las ruedas. Cuando las reparamos, obligaron al conductor a llevar el vehículo a una campa y se quedaron con las llaves. Me han prometido que me devuelven el camión en perfecto estado cuando acabe el paro, pero por ahora está secuestrado y la situación, denunciada”, relata sobre uno de los momentos más tensos vividos estos días.
En este tiempo ha sacado adelante menos de una décima parte del trabajo habitual, y en ocasiones, teniendo que llamar a la Guardia Civil que se está encargando de escoltar a los transportistas que no han querido sumarse al paro. Otros de sus trabajadores, que siguen acudiendo a las instalaciones, procuran no salir mucho para no tener que seguir soportando las amenazas de los piquetes.
Los motivos de los autónomos
Los cerca de 60 autónomos con los que Pablo trabaja habitualmente han decidido unánimemente secundar el paro convocado por la Plataforma de Defensa del Transporte de Mercancías por Carretera. “Muchos por miedo, otros por convencimiento”, señala. Aunque, en su caso, hace semanas que les incrementó un 11% la tarifa de los viajes para afrontar la subida del precio del gasoil de los últimos meses.
Un aumento de los carburantes que, sumado a otras muchas situaciones de los pequeños transportistas, puede hacer inviable la actividad. “Hay muchos autónomos parados porque quieren protestar, pero otros es que no pueden ni comprar carburante”.
Asegura que quienes secundan el paro “tienen razón” en algunas de sus reivindicaciones, y que hay “mucho abuso” por parte de los grandes cargadores internacionales que ni siquiera tienen un vehículo. “Ellos lo que tienen es el trabajo y explotan al transportista. Aun así, a ningún autónomo se le obliga a coger un viaje”.
Recuerda que hace años existían unas tarifas fijadas y la intermediación no podía superar nunca el 15%. Tras una desregularización, se puede ofrecer al autónomo el precio que el empresario considere. Él está en su derecho aceptarlo o no.
“Hay que tener también en cuenta que los autónomos no tienen posibilidad de atender a un gran cliente que reclama decenas de viajes a cualquier hora del día y de la semana. Las empresas nos tenemos que buscar la vida para atenderles como sea, y eso implica, a veces, perder dinero con el transporte. Tampoco para los transportistas grandes es todo ganar”, reflexiona Pablo.
A la situación actual se ha llegado, opina, por diferentes aspectos que afectan solo al trabajo de los autónomos. Entre ellas, una tributación beneficiosa que usaban como ventaja para abaratar sus precios y que se ha reducido mucho. También, por errores a la hora de fijar sus precios sin incluir costes como la amortización de los vehículos y los seguros… Y, por último, por aceptar en ocasiones, viajes por debajo de costes con tal de llegar a casa. El remate a todo esto, dice, ha sido la subida del precio del gasoil. "Todo junto, es la ruina"
Repercutir la subida de los carburantes
El aumento del precio del carburante, que en los últimos meses ha pasado de suponer un tercio de los costes del sector a ser casi la mitad, lo están sufriendo igualmente los empresarios del transporte. Y esa subida de las tarifas que Pablo aplicó a los autónomos con los que trabaja, para mitigar los efectos del encarecimiento, está ahora poco a poco negociándola con sus clientes.
“Lo hice poniéndolo de mi bolsillo y pensado que hablando con ellos se lo podría repercutir. Y muchos están accediendo”, explica, Reconoce, eso sí, que esta forma de actuar no es generalizada en el sector.
En cualquier caso, en los contratos que firma su empresa, se incluye ya la obligatoria cláusula de revisión de precios por el carburante. Una medida que está recogida en el acuerdo al que llegaron antes de las navidades el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte por Carretera, que representa a las asociaciones mayoritarias del sector, pero no a los convocantes del paro.
En ese pacto se contemplan también otras reivindicaciones como la prohibición de que los conductores tengan que ocuparse de la carga y descarga, la limitación a una hora de los tiempos de espera o el refuerzo de la inspección de transporte.
Sobre un próximo fin del paro indefinido, considera que “se tiene que llegar a un entendimiento” para reconducir esta situación en la que muchas empresas, desesperadas, buscan como sea un medio de transporte. “Ahora ofrecen pagarme hasta tres veces más por un viaje, pero me niego. Les ofrezco los viajes para siempre, con la cláusula de revisión del gasoil cuando corresponda. En algún caso he firmado un contrato de continuidad”, explica Pablo. Con todo, espera poder retomar cuanto antes la actividad de sus camiones y dejar atrás un paro que, calcula, puede haberle provocado ya unas pérdidas de 25.000 euros.