Qué significa que Bruselas prolongue la eliminación del 'roaming' hasta 2032
Desde 2017 la UE eliminó el roaming con la opción de que se revisara a los cinco años
La eliminación del roaming conlleva que los ciudadanos no tendrán que pagar costes extra por llamadas o mensajes en otros países de la UE
El fin del roaming solo es válido para el uso de móviles y no incluye ordenadores, ni tablets
La UE ha acordado extender hasta el 2032 el fin del roaming. Es decir el uso de llamadas o consumo de datos en otros países comunitarios no tendrán un coste adicional, como ya ocurre desde 2017. ¿Pero qué significa la eliminación del roaming y cómo repercute en las usuarios de móviles?
La eliminación del roaming en concreto significa que si una persona viaja a cualquier país de los 27 que forman parte de la Unión Europea, disfrutarán de las mismas condiciones de uso de su teléfono móvil, sea para realizar llamadas, mensajes o conectarse a internet. El usuario no tendrá que pagar un coste adicional, como ocurría hasta 2017 cuando si se viajaba a un país extranjero.
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El roaming ha sido una de las grandes polémicas a lo largo de los años por el coste extraordinario en muchos casos exorbitante cuando se usaba el telefono desde cualquier país de Europa. Finalmente, la UE ha decidido prorrogar la extensión de la eliminación del roaming hasta dentro de 11 años, y no se descarta que sea la última, puesto que las revisiones de estas condiciones son anuales.
El fin del roaming, que ventajas trae para el usuario
Los ciudadanos podrán realizar llamadas sin sobrecoste, pero además, tendrán derecho a navegar en internet con la misma velocidad que tengan contratada en su país de residencia, siempre y cuando haya redes disponibles, algo que actualmente no siempre ocurre.
Aquellos que viajen a otro país de la UE también podrán acceder de forma gratuita a los servicios de emergencia, ya sea a través de una llamada o del envío de un mensaje de texto, y se les deberá facilitar la opción de enviar su localización.
Las compañías telefónicas estarán obligadas a informar a los viajeros de los sobrecostes que podrían pagar si llaman a teléfonos de atención al cliente, por ejemplo de compañías aéreas o de aseguradoras, un servicio al que se recurre en ocasiones de emergencia cuando se viaja.