Boeing admite el error y pide perdón por el fallo del sistema de advertencia en la cabina del modelo 737 MAX. Un fallo que fue el origen de los accidentes mortales de Indonesia y Etiopía en los que hubo 346 muertos. El presidente ejecutivo de la compañía, Dennis Muilemburg, lo ha admitido en París.

Aunque el máximo responsable de Boeing ha defendido los sistemas de ingeniería del aparato y el diseño del software de control de vuelo, la compañía ha reconocido que no hubo una comunicación adecuada con los reguladores aéreos ni con los clientes.

No es la primera vez que pide perdón por las víctimas mortales y por la pérdida de confianza de los clientes en la compañía. El cuatro de abril, el máximo responsable de Boeing enviaba sus condolencias a los familiares de los fallecidos.

Todavía no hay informe definitivo sobre los siniestros del 737 MAX, pero todo apunta a que fue un fallo del llamado MCAS (El Sistema de Aumento de las Características de Maniobra, por sus iniciales en inglés). En el despegue, corregía la elevación del morro del aparato y precipitaba su descenso sin que las tripulaciones supiesen cómo desactivarlo para hacerse con el control del avión.

Muilenburg espera que el MAX vuelva a volar este año. La compañía prepara un vuelo de certificación con los reguladores. El 90 por ciento de los clientes de Boeing ha participado en las sesiones de simulador con su actualizado software MCAS. La aeronáutica estadounidense ha admitido que "efectivamente, se pueden hacer mejoras" para detectar los fallos de software y "haremos esas mejoras", ha garantizado.

La empresa ha optado por una presencia más que discreta en el Salón Internacional del Espacio y de la Aeronáutica que acaba de inaugurarse en París. Apenas una muestra mínima de su gama y la presentación en sociedad de su filial brasileña Brasil Boeing Comercial. Airbus aprovecha para exhibir poderío con 14 modelos para celebrar su 50 aniversario.