"Si las acciones adoptadas por el Gobierno, el Congreso y la Reserva Federal tienen éxito al lograr cierta estabilidad financiera -y sólo si ese es el caso, en mi opinión- existe una posibilidad razonable de que la actual recesión acabe en el 2009", afirmó Bernanke durante su testimonio semestral ante el Congreso.
Según el titular de la Reserva Federal (Fed, por su sigla en inglés), si las condiciones en los mercados mejoran "la economía se verá cada vez más respaldada por los estímulos financiero y fiscal".
A eso se sumarían, en su opinión, los efectos beneficiosos de la fuerte caída en los precios de la energía desde mediados del año pasado, la mayor disponibilidad de crédito y el mayor equilibrio entre los inventarios empresariales y las ventas finales.
Aún así, alertó de que la primera economía mundial afronta importantes riesgos.
Indicó que el principal desafío es superar la retroalimentación negativa entre la economía real y el sistema financiero.
"Para superar esa adversa retroalimentación es esencial que sigamos complementando el estímulo fiscal con una robusta acción gubernamental para estabilizar las instituciones y los mercados financieros", afirmó Bernanke ante el Comité Bancario del Senado.
Destacó, además, que la naturaleza global de la crisis podría reducir las exportaciones estadounidenses y erosionar más de lo previsto la ya frágil situación financiera, la peor desde 1930.
Bernanke recordó que EE.UU. atraviesa una "severa contracción" que parece continuar durante el primer trimestre de este año.
Según las estimaciones oficiales, EE.UU. se contrajo un 3,8 por ciento en el último trimestre de 2008, una cifra que según el consenso de analistas superará el cinco por ciento cuando se conozcan el viernes los datos revisados del Producto Interior Bruto (PIB).
Buena parte de los economistas cree que el PIB podría contraerse un cinco por ciento adicional este trimestre antes de comenzar a estabilizarse a mediados de año.
Bernanke reiteró durante su comparecencia de dos días ante el Congreso las previsiones económicas divulgadas por la Fed la semana pasada, según las cuales el PIB se contraerá entre un 0,5 y un 1,3 por ciento este año.
El banco central prevé que la economía crezca entre un 2,5 y un 3,25 por ciento en el 2010.
Además, la Fed prevé que la tasa de desempleo aumente entre un 8,5 y un 8,8 por ciento para finales de este año.
Por lo demás, el presidente de la Fed dijo hoy que el sector inmobiliario sigue "muy débil".
Mencionó que los precios de la vivienda continúan cayendo y las ejecuciones hipotecarias siguen en niveles muy elevados.
Dada la gravedad de la situación, prometió que la Fed utilizará "todas las herramientas a su alcance" para estimular la actividad económica y lograr la estabilidad en los mercados.
La Reserva Federal ha rebajado los tipos de interés hasta casi el cero por ciento y el recién inaugurado Gobierno del presidente Barack Obama ha aprobado un paquete de estímulo por 787.000 millones de dólares con el fin de revitalizar la economía.
Aun así, Bernanke reconoció que persisten tensiones "significativas". Destacó que los mercados de titulización de activos continúan cerrados y algunas instituciones siguen bajo presión.
Descartó, por otro lado, que sea necesaria la nacionalización de grandes bancos como Citigroup para asegurar su viabilidad.
Sus declaraciones se producen en momentos en los que se especula con que Citigroup podría pedir al Gobierno la conversión de las acciones preferentes que tiene el Tesoro por acciones comunes, lo que, de materializarse, podría dar al Gobierno una participación de hasta el 40 por ciento.
"No necesitamos adquirir una participación mayoritaria para colaborar con los bancos", afirmó el titular de la Fed.
"No veo ninguna razón para destruir el valor de la franquicia o crear las enormes incertidumbres legales derivadas de tratar de nacionalizar formalmente la banca cuando no es necesario", añadió.