La Generalitat catalana ha actualizado su plan de ayudas a los negocios afectados por las restricciones contra la pandemia y ha ampliado a 8.500 euros la subvención a comercios grandes o que operan en centros comerciales. También ha aprobado una línea de más de 618 millones destinados a empresas con trabajadores en ERTE y autónomos. Un plan que los comercios de centros comerciales agradecen puesto que servirá para que "la mayoría frenen el desastre", pero advierten: "Excluye a muchos otros".
Así lo considera Francesc Casanovas, propietario de las 20 joyerías Fina García, de las que tiene cerradas 17 puesto que están en centros comerciales. Estos están cerrados al público desde el 7 de enero y lo estarán hasta al menos el 21 de febrero. 45 días con un gasto de unos 18.000 euros de media por tienda que se suman a los meses de cierre de la primera y la segunda ola de coronavirus: "He hecho un gran esfuerzo para que mi empresa sobreviva y he enviado a muy pocos trabajadores al ERTE, pero o abro ya y comienzo a vender o 32 años de trabajo se irán al traste".
El Govern ha ampliado la línea de ayudas a comercios no esenciales de más de 400 metros cuadrados o que se encuentran en centros comericales y a medida que ha prorrogado su cierre en el tiempo. Lo ha hecho desde los 2.500 euros iniciales previstos el 27 de enero hasta los 6.000 después y, finalmente, los 8.500 actuales por tienda, de un solo pago y para los que todavía no hay fecha de cobro, a pesar de que "este es el momento de hacer frente los pagos", critican los comercios, que deben hacer el trámite por internet hasta este 10 de febrero; los que ya lo hayan hecho, no deben hacer ninguna gestión añadida tras la ampliación anunciada por el Govern.
Unas ayudas que "han llegado cortas de cuantía y tarde porque no ha habido ninguna para el cierre de octubre, noviembre y parte de diciembre", lamenta el responsable de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales en Cataluña, Víctor García. Algo que comparten desde la Associació de Comerciants de Centres Comercials de Catalunya, cuyos miembros ya perdieron las seis semanas de mayor facturación del año aquellos meses: "Estos 8.500 euros no cubren lo que hemos perdido, ni siquiera nos llegarán para cubrir el 50% del alquiler de nuestras tiendas", critican.
"Por mucho que los propietarios puedan hacer un esfuerzo y bajar el alquiler, este se debe seguir pagando... los ERTE también son una ayuda, pero no implican que se eliminen los gastos de personal, ni de mantenimiento de la tienda o impuestos, de los que no ha habido ninguna reducción", insiste García, que agrega: "Si a eso le sumas que la gran mayoría de empresas tienen un préstamo o alternativas de financiación que todavía no se están devolviendo, la situación es peor".
El presidente de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales, Eduardo Ceballos, por su parte, señala que "toda ayuda es bienvenida y de agradecer", pero considera que "más que ayudas puntuales, lo que necesitan los comerciantes es poder trabajar, poder volver a abrir sus negocios, aún con las restricciones al aforo que se consideren".
Por otro lado, el Govern ha aprobado un plan de más de 618 millones de euros, de los que 415 serán transferidos en ayudas directas de hasta 2.000 por trabajador en ERTE para pequeñas (aquellas con menos de 50 empleados y un balance anual menor de 10 millones) y medianas empresas (las de menos de 250 trabajadores y un volumen de negocio inferior a 50 millones). Cubrirán unos 104.000 empleados y cada empresa puede recibir hasta 30.000 euros; estas deben mantener el mismo volumen de trabajadores hasta finales de año y, en caso de incumplirlo, deberán devolver el pago con intereses.
La línea también incluye 2.000 euros para el mantenimiento de la actividad económica de los autónomos y microempresas que los soliciten, hasta alcanzar 280 millones de euros; unas ayudas que se podrán solicitar a partir de la semana que viene. Técnicos del Departament d'Empresa i Coneixement insisten en "haber aprendido" de los errores de planes anteriores, como el dirigido a los autónomos y cuyas ayudas se agotaron al cabo de unas horas, y que antes de aprobar una línea de ayudas calculan el "universo de beneficiarios" a los que se dirigen para tratar de cubrirlo al máximo.
No obstante, los comercios y centros comerciales se sienten "excluidos porque hay muchos que se quedan fuera, las condiciones mínimas no son todo lo generales que deberían ser", según Víctor García. Francesc Casanovas añade: "Ha creado malestar porque otros sectores sin tanta afectación como el nuestro y que tengan empleados en ERTE puede entrar en la ayuda".
En este sentido, los comercios de este tipo acusan cierta "discriminación" tras las ayudas y las restricciones. Para el propietario de las joyerías Fina García, el de los comercios es "el único sector discriminado por formato", por lo que lamenta un agravio de mercado: "Los gimnasios han cerrado todos o han abierto todos, así que los clientes no se pueden ir a otros gimnasios y, mientras que esta semana hay San Valentín, yo estoy cerrado y mi competencia está abierta", lamenta Casanovas: "Ellos mejoran sus datos y yo los empeoro y hasta San Valentín del 2022 no voy a vender nada". Un "agravio" y una "discriminación" que Ceballos comparte al empeorar una situación "dramática y de muchísima preocupación".
Por ello, y tras haber perdido las semanas de mayor facturación, los comercios de los centros comerciales exigen ayudas que "equilibren este agravio" para evitar su quiebra. "Es una adulteración total de las normas del mercado con la excusa de la covid", insiste el propietario de Fina García, "a pesar de que solo 271 casos diagnosticados han tenido su origen en los comercios hasta noviembre en datos del Ministerio de Sanidad", y concluye: "Otros sectores pasan por delante nuestro aunque su actividad implica estar sin mascarilla en un interior mientras que nuestros clientes están 10 minutos y con mascarilla, y seguimos cerrados".