Las autopistas españolas, un modelo de concesiones viciado
La próxima semana se cumple un año del caos que vivieron muchas familias y conductores en la autopista AP-6, atrapados por la nieve y por una mala gestión de la concesionaria Iberpistas. El caso de Iberpistas, una licitación que arranca hace 50 años, plagado de denuncias e irregularidades, es paradigmático de un modelo de negocio que encadena prórrogas en las concesiones con obras que ya están amortizadas. El Gobierno quiere ahora frenar esa tendencia y no tiene en sus planes volver a licitarlas. Tras la AP-1, levantarán también las barreras en la AP7, en el tramo Tarragona-Alicante, y en la AP-4, de Sevilla a Cádiz. Pero, simultáneamente, abre el debate sobre cómo financiar el mantenimiento de todas las vías rápidas, también las autovías. Si hacerlo vía presupuestos o bien con el dinero de los usuarios de las carreteras.