A. Cabrales, economista: “Hay bastante acuerdo sobre cómo reformar la educación, pero luego encalla en el terreno político”

  • El Gobierno destinará el 18% de los recursos europeos a mejorar la educación y la formación

  • Cabrales es catedrático en Economía y uno de los mayores expertos en cuestiones educativas

En el decálogo de prioridades del Gobierno para invertir los fondos europeos, la educación y el conocimiento se llevan el 18% del dinero. Es el mayor porcentaje dentro de las llamadas “políticas tractoras”. “El refuerzo del capital humano es fundamental para que el plan de inversiones y reformas tenga el impacto deseado”, explica el plan.

España es uno de los países de Europa con menor número de jóvenes con titulaciones medias (bachiller y ciclos). Solo un 23% frente a la media del 44% de la UE, según un informe de EsadeEcPol publicado hace unos meses y dirigido por Antonio Cabrales catedrático de economía y experto en la cuestión educativa.

Si nuestro país aspira a reformar su modelo económico, hacerlo más resiliente, más inclusivo, más verde y sostenible... ¿puede hacerlo sin cambiar verdaderamente la educación de los futuros trabajadores? “El diagnóstico y las reformas que hay que hacer tiene un amplio consenso. Pero luego encallan en el terreno político”, sostiene Cabrales.

Pregunta: ¿Hay que tener muchas personas formadas para transformar el modelo productivo?

Respuesta: Tener gente más formada sin duda ayudaría. Tenemos el caso de Corea del Sur donde la formación jugó un papel fundamental. Cuando el país se empezó a industrializar de manera muy acelerada a partir de los años cincuenta, ya tenía ya una mano de obra muy cualificada. En general esto se ha visto en todos los países asiáticos: la educación ha ido muy de la mano del desarrollo de la economía.

P: Sin esa base, ¿no es posible la transformación?

No es una condición necesaria. Si la tienes, te irá bien. En España tuvimos una extensión de la educación durante más tiempo en los años 60 y 70 pero no hubo un cambio de modelo educativo.

R: ¿Y qué pasó entonces?

R: La educación te marca un límite, la frontera tecnológica a la que vas a llegar depende en parte de la formación de los trabajadores. Y como España no dio un salto de calidad en el sistema educativo eso hizo difícil que nos especializáramos en áreas más potentes.

P: Con los planes para los fondos europeos, ¿vamos a poder cambiar el modelo económico sin cambiar el modelo educativo?

R: Yo creo que se puede. Las personas que te falten las puedes traer de fuera. España no es un país donde la gente se resista a venir. Pero hay que montar equipos e invertir en I+D de manera sostenida. Lo que no puedes hacer es que si viene una crisis, entonces deja de invertir. Eso no.

P: ¿Cuál es el ejemplo de este caso?

R: Es el caso de California y su Silicon Valley. Allí no es que cambiaran el sistema educativo de manera radical pero tenían dos o tres universidade de élite. Se dedicaron a importar científicos y personal de manera masiva. En un mundo globalizado se podría transformar el sistema productivo simplemente importando científicos de todo el mundo.

P: Se pueden tomar decisiones...

R: Es mucho más rápido cambiar el sistema de ciencia y tecnología, generar carreras de investigadores estables y predecibles. Es mucho más barato y se puede hacer ya mismo. Y al mismo tiempo se pueden sentar las bases para que el sistema educativo genere los científicos del futuro. Pero eso lleva mucho tiempo. Los premios Nobel de dentro de 40 años están ahora en el colegio.

P: Dentro de 40 años el político de turno ya estará jubilado... Los incentivos de reformar no están muy alineados con los tiempos en política.

R: Es una lástima. Cuando hablas con gente que sabe de educación el nivel de acuerdo sobre lo que hay que hacer es casi total. El diagnótico, los tratamientos... no hay mucha discusión sobre esto. Pero cuando entra en el ámbito politico se descarrila por razones que no son las más importantes.

P: ¿Qué razones?

R: Si hay que enseñar en castellano, en catalán o en euskera. Si el control es central o automómico. Si hay que enseñar religión. Si hay que tener o no colegios concertados.... No digo que estas cuestiones no sean importantes pero no es lo que va a cambiar el modelo educativo.

P: ¿Qué proponen los expertos?

R: Cambiar la formación de los profesores, eliminar la repetición, poner refuerzos para evitar que los alumnos abandonen la escuela...

P: ¿Nuestro tejido productivo favorece el abandono escolar?

R: Hace unos años había una combinación de esto. En la construcción se ganaba bien sabiendo poco. Ahora eso ya no está y en parte explica por qué hemos reducido el abandono escolar en la última década.

P: Aún así tenemos la mayor tasa de abandono de toda Europa...

R: El dato que todo el mundo te repite cuando habla del sistema español es que el 10% de los estudiantes con peores resultados en las pruebas PISA no es muy diferente al de Francia o el Reino Unido. No lo hacen peor. Pero nuestro sistema educativo los termina echando cuando en otros países consiguen mantenerlos dentro. No a todos, pero a muchos. Hay algo raro en nuestra educación que los expulsa demasiado pronto. Esto tiene que ver con muchas cosas: se les ayuda menos, se les enseña cosas menos prácticas, aburridas, se les obliga a repetir más...

P: También se habla también mucho de destinar más recursos a la Formación Profesional (FP).

R: Es verdad que se gasta menos por cada estudiante en FP que en bachillerato. Pero no todo es gasto. En Madrid estamos viendo resultados buenos de la FP dual. Habría que conseguir ampliar el modelo, que más empresas estuvieran enganchadas.

P: Las políticas activas de empleo también acaparan discursos ahora, no sé si entran dentro del terreno de la educación.

R: La formación contínua sí estaría. En este mundo cada vez será más necesario interactuar con el sistema educativo sin parar. No sólo son importantes las políticas para reciclar a gente que está en paro. Es mejor enseñar a alguien que tiene un empleo para que lo mantenga que formar a alguien que ya lo ha perdido.