Adam Neumann: el multimillonario excéntrico en apuros del que habla todo el mundo
Adam Neumann ha presentado su dimisión como consejero delegado de WeWork
La startup ha suspendido sus planes de salida a bolsa
Adam Neumann cumple con todos los estándares del triunfador del siglo XXI. Emprendedor, atractivo, multimillonario antes de los 40 y con una idea empresarial con la que pretendía cambiar el modo en que trabajamos: espacios compartidos en edificios de oficinas rehabilitados, recién redecorados y llenos de frases motivacionales.
Su empresa, WeWork, llegó a estar valorada a principios de año en 47.000 millones de dólares, pero ahora apenas es una tercera parte de esa cantidad. La historia de esta caída tiene todos los ingredientes para ser la comidilla empresarial del otoño porque incluye montones de dinero, grandes expectativas y un giro de guión que esta semana ha dejado a Neumann fuera de la cúpula directiva de su empresa.
¿Qué ha pasado en estos meses? Tras anunciar que WeWork quería salir a bolsa, el negocio de este visionario que aspira, dice, “a elevar la conciencia del mundo” ha sido observado con lupa. Y lo que se ha visto ha generado bastantes dudas: los ingresos por realquilar oficinas en 110 ciudades de una treintena de países (también en España) alcanzaron el pasado año los 1.821 millones de dólares, pero no son suficientes para sostener su modelo de negocio.
No solo eso, la compañía no da un plazo sobre cuándo podrá ser rentable, y en el primer semestre de 2019 sus pérdidas superan los 900 millones de dólares. La personalidad de Neumann tiene que ver con todo, tanto con el despegue fulgurante de su negocio, como con las dudas que ahora se ciernen sobre él. Porque además de las cifras, se han conocido operaciones financieras poco claras entre este emprendedor y su propia empresa.
Nacido en Israel hace 40 años, ha explicado en varias ocasiones que el origen de su negocio de coworking está relacionado con su estancia en un kibutz, explotación basada en el trabajo y la gestión colectiva. Ese sentimiento de pertenencia y de integración en la comunidad es lo que, dice, echó de menos al llegar a Estados Unidos. Otros hitos de la biografía de Neumann incluyen una infancia itinerante, una dislexia por la que no aprendió a escribir hasta los nueve años, un periodo al servicio del ejército israelí y una hermana modelo que se convirtió en Miss Tel Aviv. Tampoco faltan en su triunfal historia, el profesor que le desanimó cuando Neumann le explicó el germen de lo que acabaría siendo su gran negocio y el primer éxito empresarial con una compañía de ropa para niños. Por sacar ese proyecto adelante dejó la universidad cuando estaba a punto de graduarse y regresó hace apenas dos años para poder obtener su título.
Para entonces WeWork, fundada en 2010 en Nueva York con el arquitecto Miguel McKelvey ya era una de las empresas más valiosas de Estados Unidos. Junto a ellos estaba también la mujer de Neumann, con la que tiene cinco hijos. Rebekah Neumann aparece en el folleto de la salida a bolsa de la compañía como la “compañera de pensamiento estratégico de Adam”. No solo eso, por si a la historia le faltara un poco de glamour, la es la prima de la famosa actriz y empresaria de éxito, Gwyneth Paltrow.
Rebekah ha asegurado en varias publicaciones que ha ido guiando a su marido a lo largo de estos años. Se encargaba de la gestión del personal en WeWork y estaba previsto que heredara el poder en la empresa si su esposo le pasaba algo. Pero los planes de Nuemanm, que según el Wall Street Journal incluían excéntricos proyectos como convertirse en el primer trimillonario del mundo o expandir su negocio a Marte, podrían estar a punto de saltar por los aires.
De momento las dudas sobre la valoración de la empresa de alquiler de oficinas han llevado al holding japonés Softbank, uno de los mayores inversores de WeWork, a cancelar los planes bursátiles. Esta precaución no es extraña si tenemos en cuenta que en los últimos meses grandes compañías han sufrido importantes tropiezos en su salida a bolsa. Uber ha perdido un 30% de su valor desde su estreno en mayo; Slack, la empresa de mensajes, ha caído un 34% después de haber subido un 48% y la gran estrella de la temporada, Beyond Meat llegó a revalorizarse un 163% en su salida, pero muchos analistas ya advierten de que no podrá mantener ese crecimiento.
En este escenario y con públicas dudas sobre su gestión al frente de la empresa Neumann cedió las riendas del negocio el pasado 24 de septiembre. “Si bien nuestro negocio nunca ha sido más fuerte, en las últimas semanas, el escrutinio dirigido hacia mí se ha convertido en una distracción importante, y he decidido que lo mejor para la compañía es que dimita como consejero delegado", aseguró el empresario que se mantiene como presidente no ejecutivo.
Quizá a este emprendedor, con una fortuna personal de 2.200 millones de dólares, este duro revés no le haya afectado demasiado. Porque como él mismo dice entre risas en el vídeo de WeGrow, su escuela infantil “consciente y emprendedora”, el éxito es tener amigos a los que quieras, el éxito es ser feliz todos los días.