A prueba, Toyota C-HR GR Sport: consume poco, corre mucho, va muy bien y está indicado para parejas

  • La potencia de 180 caballos y la mezcla de motores térmico y eléctrico le dotan de una conducción dulce y de rápida respuesta

  • Es un excelente rutero, pero se siente muy cómodo en la ciudad, donde los ajustados consumos le hacen destacar

Hoy tocaba darse un pequeño lujo y probar un coche que atendiera algo más a la diversión. Para ello elegimos el Toyota C-HR GR Sport, un turismo sobreelevado de diseño espectacular cuya última actualización lleva con nosotros desde 2020. Visualmente sigue resultando fresco y llamativo y además sigue poniendo sonrisas en la boca a Toyota por su buen nivel de ventas. Unas ventas que consigue sobre todo por una estética sin complejos -incluso algo “manga”- que condiciona su espacio interior, pero que le ha hecho ganarse el favor del público.

Su condición de híbrido convencional (dos motores uno a gasolina y otro eléctrico y autorrecargable, pero no enchufable) le otorgan la deseada etiqueta ECO de la DGT, con la que esquivar las restricciones de los centros urbanos. Pero además le aportan unos consumos muy contenidos, que le hacen un gran coche para esos mismos entornos ciudadanos y que también cuando sales a carretera, te deja con la satisfacción de haber hecho una buena compra. Veamos todas sus ventajas y algún condicionante.

Cómo es

Hemos elegido el Toyota C-HR GR Sport que es la versión deportiva y de gama alta de este modelo. Para centrarlo es necesario comentar que es su potencia de 180 caballos lo que le da su carácter deportivo, además de su diseño en el que destacan los dos alerones traseros (Nota: ahora parece obligado decir “spoilers”, que si no parece que no entendemos de coches).

- Mide 4,39 metros de largo por 1,8 m de ancho y 1,57 metros de alto. Su carrocería, según la moda es de “crossover” es decir, de algo entre un todocamino y un turismo convencional (es decir, de turismo sobreelevado, pero volvemos a lo de antes, hay que usar la expresión inglesa para “posturear”). La distancia entre ejes alcanza los 2,64 metros y pesa 1.560 kilos (debido sobre todo a su motor y sistema eléctrico y a la batería que le acompaña).

- El maletero cuenta con 358 litros de capacidad y tiene un doble fondo para depositar algún pequeño objeto y el kit reparapinchazos. No es el mejor de su segmento. El depósito de combustible acoge 43 litros, lo que nos obligará a parar para repostar con algo más de frecuencia en viajes largos.

- Como decíamos tiene un motor a gasolina y otro eléctrico que en conjunto ofrecen una potencia de 180 caballos y un par de empuje de 190 Nm. El motor eléctrico apoya siempre al gasolina de forma que a pesar de que el térmico es atmosférico (no cuenta con un turbopropulsor que inyecte mayor cantidad de aire en la cámara de combustión) el aporte de la potencia eléctrica que le llega desde cero, hace que el empuje inicial sí se encuentre presente.

- La tracción es delantera, con una caja de cambios de variador continuo que destaca por no parecer una caja de este tipo: permite una entrega de potencial mucho más natural y gracias a la combinación con el motor eléctrico la falta de inmediatez en la respuesta al acelerador queda prácticamente anulada. También el ruido que suelen producir queda muy eliminado, una mejora notable que incrementa el confort de marcha. Aporta una palanca de cambios secuencial para usar en el modo de conducción Sport (no cuenta con levas o palancas selectoras tras el volante).

- Tiene dos barras estabilizadoras delante y detrás y sus frenos son de disco, que son ventilados en el eje delantero. Todas sus ópticas son LED.

- Respecto a sistemas de asistencia a la conducción, como en todos los Toyota modernos cuenta con el Toyota Safety Sense, un conjunto de ayudas que incluyen la frenada de emergencia con reconocimiento de peatones, la alerta de cambio involuntario de carril que aporta corrección en la dirección y centrado en el carril desde su última modificación de 2020, el programador de velocidad, conexión automática de luces de carretera, aparcamiento semiautomático y reconocimiento de señales de tráfico.

- En cuanto a conectividad tiene una pantalla interior de ocho pulgadas, sencilla de manejar y ergonómica gracias a los botones físicos que la rodean y hace que no haya que fijar tanto la vista (apartándola de la carretera) como en las táctiles. Se combina con una pequeña pantalla de servicio en el centro de la instrumentación tras el volante, que cuenta con relojes y medidores analógicos. Esta pantalla es personalizable, ofrece mucha información y tiene un manejo sencillo desde el volante. Aporta Android Auto y Apple CarPlay de serie.

Cómo va

Decíamos en el título que este C-HR está especialmente indicado para dos ocupantes. Esto se debe a ciertos condicionamientos que le impone en parte su estética y en parte su mecánica. La primera hace que sus puertas no tengan un gran ángulo de apertura, pero sobre todo que para entrar haya que agachar bastante la cabeza para no rozar el marco superior. Además, si bien los dos pasajeros delanteros irán bastante cómodos y amplios, atrás no es tanto así. Yo mido 1,82 y tanto de piernas como de altura de cabeza me sentí atrás algo excesivamente recogido con el asiento delantero situado en mi posición de conducción habitual. Las ventanillas traseras son pequeñas, dejan entrar poca luz y afianzan esa sensación de ligero enclaustramiento. Entendemos que es un coche ideal para dos personas (la misma Toyota así lo postula), pero que puede acoger bien a cuatro adultos si no son de gran volumen.

Por otro lado, la mecánica hace que el maletero quede algo reducido frente a sus “hermanos” de 120 CV de potencia que llegan a los 377 litros de capacidad frente a los 358 de este. Además, carece de cierre automático del portón trasero. Las manecillas de apertura de las puertas traseras son también peculiares, y quedan algo altas para ser manejadas cómodamente por niños.

Dicho esto, su diseño exterior resulta muy atractivo y deportivo, con unas llantas de 19 pulgadas y poco perfil (el ancho de la goma del neumático) que acentúan su aspecto “sport”. En cuanto al interior, es correcto, algo sobrio y con materiales de buena calidad. Sus asientos recogen bien el cuerpo y hay numerosos huecos portaobjetos.

En cuanto a la conducción, destaca sobremanera por sus contenidos consumos. Su consumo combinado oficial en ciclo WLTP es de 4,9 litros a los cien kilómetros. En un tramo mixto de ciudad, carreteras de circunvalación y algo de autopista mi consumo fue de 5,4 litros. Y aunque en un viaje largo de más de 1.200 kilómetros el consumo subió a 6,7 l/100 km, el ritmo alegre hubiera justificado alrededor de un litro más de media en la gran mayoría de modelos de su tamaño y peso. En ciudad ronda los 3,8 l/100 km, al ser el hábitat perfecto para sacarle partido a su sistema híbrido. Francamente, lo hace muy bien en este importante apartado.

En cuanto a sensaciones, no se trata de un deportivo al uso. Es decir, su altura y peso condicionan también su dinámica. Pero sin embargo, empuja muy bien, es muy cómodo y es de esos modelos en los que “su” velocidad media de confort en autovía está muy por encima de las velocidades legales. Se trata de un rutero excelente, con una dirección eficaz, de tacto directo y unas suspensiones firmes sin ser intrusivas. Sujeta bien la carrocería sin permitirle las incómodas inercias, que pisa firme y que aunque se siente algo pesado tiene un comportamiento de los que te alegran los viajes.

En ciudad es muy cómodo de llevar y se aparca muy bien gracias a su cámara trasera y a un buen ángulo de giro.

Resulta confortable, no es ruidoso y, por decirlo de algún modo, tiene una conducción “amable y dulce” que se hace querer, con un manejo siempre fluido y nunca áspero.

¿Interesa?

El Toyota C-HR GR Sport se encuentra desde 31.000 € en los concesionarios de la marca. Es un precio bastante ajustado para lo que ofrece y todavía es posible encontrar la versión de acceso al modelo desde 25.900 €. Eso sí, con un motor de 122 CV, pero que puede resultar suficiente para muchos interesados.

En el C-HR hay que tener en cuenta algunas cosas a la hora de planteárselo como compra. Este no es un coche muy familiar, sino que está pensado más bien para su uso por adultos e incluso, si me apuran es ideal para parejas o parejas con niños pequeños. Eso no quiere decir que su uso no se pueda ampliar al menos a otros dos pasajeros traseros, pero quizá hay otros modelos que ofrecen mejores condiciones en la segunda fila de asientos.

A cambio ofrece tres grandes ventajas: es un coche de estética muy atractiva; tiene una conducción de rápida respuesta que enamora. Y lo último y quizá lo más importante, cuenta con unos consumos muy contenidos que nos harán alegrarnos todos los días que lo conduzcamos, sobre todo últimamente que los precios de los carburantes parecen tender infinitamente al alza.

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