La carrera por el podio de los hombres más ricos del mundo tiene por ahora un claro ganador: Elon Musk. En 2024, el magnate sudafricano volvió a recuperar el puesto en una dura pugna con otros milmillonarios del planeta como suelen ser Jeff Bezos, dueño de Amazon, o el Presidente de Oracle, Larry Ellison. En este ascenso al Olimpo de los megarricos, Musk cuenta ahora con una baza añadida, su cercanía al poder de Donald Trump que este 20 de enero vuelve a convertirse en presidente de Estados Unidos.
La proximidad al dinero le viene de familia a Elon Musk, nacido en 1971 en Pretoria, Sudáfrica, Musk creció en una familia acomodada ya que su padre, Errol Musk, era propietario de minas de esmeralda.
Pero a lo largo de su vida, Musk ha sabido rentabilizar la fortuna familiar convirtiéndola en lo que es hoy. Y todo gracias a seis empresas que son la base de su imperio con Tesla como la joya de la corona a la que cada vez se suman nuevas compañías como SpaceX o Neuralink.
En marzo de 2021, Tesla anunció en un documento presentado a la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos que su consejero delegado, Elon Musk, pasaba a ostentar el título de «Technoking de Tesla».
Y aunque el título de ‘rey tecnológico’ es una muestra más del característico sentido del humor del empresario, también simboliza el sistema de monarquía absoluta con el que Musk reina sobre su creciente imperio empresarial.
La base de ese imperio es Tesla, de sus seis empresas es la única que cotiza en bolsa y que tiene la obligación de presentar periódicamente al público los resultados de su gestión.
El resto son compañías ‘privadas’, opacas al escrutinio público y de las que solo se conocen algunos detalles de su gestión y la composición de su accionariado.
Bajo la tutela de Musk, Tesla se ha convertido en la compañía más valiosa del sector automotor a pesar de que en 2023 solo produjo 1,8 millones de vehículos. A fecha del 12 de diciembre de 2024, el valor del fabricante de automóviles se situaba en 1,33 billones de dólares.
En comparación, Toyota produjo 10,3 millones de automóviles y su valor bursátil se sitúa en 237.000 millones de dólares, una quinta parte.
Musk es el principal accionista de la empresa, con alrededor del 20 % de sus títulos. Por detrás se sitúan tres inversores institucionales: Vanguard Group, con un 7,5 %; BlackRock 6,1 %; y State Street Corp., 3,5 %.
Recientemente se supo que la empresa espacial fijó su evaluación en 350.000 millones de dólares, lo que la convierte en la segunda más valiosa del imperio Musk. Se estima que el empresario tiene algo más del 50 % de sus acciones y controla un 78 % de sus derechos de voto.
Entre sus inversores se encuentran varios nombres que se repiten en otras empresas de Musk, como el empresario Peter Thiel, cofundador de PayPal y destacado activista conservador.
SpaceX, que depende en gran medida de contratos estatales a través de NASA, cuenta con un subsidiaria, Starlink, que proporciona telecomunicaciones por satélite.
La empresa de más reciente creación para el imperio de Musk es la tercera más valiosa. Se dedica al desarrollo de inteligencia artificial para competir con iniciativas como ChatGPT, en cuya creación estuvo involucrado el empresario.
xAI, que ha desarrollado el ‘chatbot’ Grok de la red social X, está valorada en estos momentos en unos 50.000 millones de dólares.
Como en SpaceX, Musk posee algo más del 50 % de xAI. El resto se lo reparte un grupo de inversores privados e institucionales entre los que destacan Qatar Investment Authority, Kingdom Holding (Arabia Saudí) y la firma de inversión canadiense Fidelity.
Musk adquirió la red social Twitter por 44.000 millones de dólares en 2022. Dos años después, su valor se ha desplomado a unos 9.000 millones de dólares según Forbes. Y aunque económicamente es el mayor fracaso del empresario, la red social renombrada como X se ha convertido en un poderoso altavoz de sus ideas y su agenda que no ha dudado en usar para impulsar sus intereses ideológicos y políticos como ha sido el caso de la victoriosa carrera de vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca
Entre sus socios hay nombres que se repiten de otras empresas: Qatar Investment Authority, Kingdom Holding (Arabia Saudí), Larry Ellison (fundador de Oracle), Sequoia Capital y Andreesen Horowitz, entre otros. Otro de sus socios es el músico Sean ‘Diddy’ Combs, actualmente detenido acusado de abusar sexualmente de hombres y mujeres.
La compra de Twitter sigue dando quebraderos de cabeza a Musk. Esta semana se ha conocido que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) ha demandado al magnate sudafricano por no haber revelado en el plazo legal exigido su propiedad de la red lo que le habría permitido adquirir acciones de la compañía a "precios artificialmente bajos".
"Si Musk y su administrador de riqueza hubieran revelado su propiedad como se requería, el precio de las acciones probablemente habría aumentado significativamente", señala la denuncia recogida por la cadena de televisión estadounidense CNN.
Según explica la SEC en el escrito presentado ante un tribunal federal de Washington, los hechos denunciados preceden a la adquisición, en octubre de 2022, de Twitter por 44.000 millones de dólares (algo más de 42.700 millones de euros) y permitieron a Musk pagar "menos de 150 millones de dólares (145 millones de euros) a los inversores" de la red social "por sus compras de acciones entre el 25 de marzo de 2022 y el 1 de abril de 2022".
Musk fundó Neuralink en 2016 y en estos momentos la compañía ha desarrollado un implante cerebral que permite controlar ordenadores a individuos con tetraplejia. En estos momentos su valor se sitúa entre 5.000 y 8.000 millones de dólares.
Peter Thiel, a través de su firma Founders Fund, ha invertido en Neuralink. Google Ventures, Vy Capital y Valor Equity Partners entre otros, han participado en ronda de financiación de la compañía.
Es quizás la compañía menos conocida del imperio Musk. Dedicada a la perforación de túneles es también a la que quizás el empresario dedica menos tiempo.
Se estima que Musk posee el 90 % de la tuneladora fundada en 2016 y cuya principal obra es LVCC Loop, un túnel bajo el centro de convenciones de Las Vegas que transporta pasajeros con una flota de vehículos Model 3 de Tesla y que consta de cinco estaciones.
El valor de The Boring Company, que también ha vendido 20.000 unidades de un lanzallamas personal (un capricho de Musk), se sitúa en unos 5.675 millones de dólares.
Entre sus accionistas está Founders Fund (Peter Thiel). Vy Capital, Valor Equity Partners y Sequoia Capital, entre otros, han participado en ronda de financiación.
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