Chari, con 50 años, se ve obligada a compartir habitación: "He visto sitios en los que no se merecía vivir ni una rata"

  • Se disparan los alquileres de habitaciones y crecen las empresas que intermedian entre los propietarios y los inquilinos

  • Es más fácil desalojar a un inquilino de una habitación que a una familia de una vivienda, nos explican un agente inmobiliario

  • El alquiler de una habitación en ciudades como Madrid cuesta de media 500 euros

Este fin de semana las manifestaciones por una vivienda digna se han repetido en distintas ciudades de España. Cada vez es más complicado encontrar un hogar para vivir. Es difícil hasta pagar una sola habitación. Los precios están en torno a los 500 euros en ciudades como Madrid. Muchos han encontrado un negocio muy rentable en el alquiler de habitaciones. Mientras, otros, con 40 o 50 años, se ven obligados a compartir habitación, cuenta Edurne Arbeloa.

Juan paga 690 euros mensuales por 12 metros cuadrados, una habitación, que comparte con su chica.

Con un sueldo de 1.000 euros, Natalia paga 600 euros por una habitación de ocho metros cuadrados con baño. Asegura que ha estado en sitios más pequeños y oscuros.

Un piso con siste inquilinos

Juan y Natalia viven en un piso en el que son siete inquilinos. Entre ellos está Chari, de 55 años y que no se puede permitir vivir sola en un piso. “Yo he visto habitaciones por 400 euros en las que no se merece vivir ni una rata”.

La empresa de Roberto reforma pisos para alquilarlos por habitaciones. El piso de Juan, Natalia y Chari si se alquilara a una persona costaría 1.700 euros, por habitaciones deja 3.200 euros al mes, nos explica Roberto.

Es intermediario entre los dueños de los pisos y los inquilinos en ciudades como Madrid. Gestiona unas 350 viviendas.

¿Son legales los alquileres por habitaciones?

Muchos propietarios recurren a empresas que le aseguran el pago del alquiler de habitaciones. Los contratos de arrendamientos por habitaciones se rigen por el código civil y no por la ley de arrendamientos que protege al inquilino. “Es más fácil desalojar a una persona de una habitación en caso de impago que a una familia de un piso”, cuenta José Torres, que trabaja en la inmobiliaria Valorcasa.

La oferta de habitaciones se ha disparado. Los propietarios esquivan las restricciones de la ley de la vivienda. Y empresarios intermediarios como Roberto duplican facturación. Roberto, que era mozo de almacén, factura al año por encima del millón de euros. La necesidad de muchos es el negocio de unos pocos. 

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