Las transferencias bancarias son uno de los métodos más seguros para realizar movimientos de dinero que hay en la actualidad. Esta afirmación es clave para no alarmar a los usuarios que habitualmente las utilizan, ya que sí que existen algunos peligros ocultos en torno a ellas. Sin embargo, hay que recordar que estos problemas suponen un porcentaje pequeño y que con un poco de vigilancia y atención, se pueden evitar muchas estafas o situaciones no deseadas. Eso sí, lo que parece claro es que han perdido cierta relevancia con respecto a Bizum, ya que esta plataforma de pagos cada vez se emplea con mayor asiduidad para realizar pequeñas transferencias.
Sobre los riesgos que acechan a las transferencias bancarias, los hay de todo tipo, aunque buena parte de ellos se aprovechan del eslabón más débil de la cadena cuando hablamos de seguridad y protección: las personas. De hecho, prácticas como el phishing no tendrían efectividad si no fuera por los despistes humanos. Así las cosas, los principales peligros de hacer una transferencia son los siguientes.
Si hablamos de fraudes y estafas:
Estos problemas pueden llevar a pensar que las transferencias electrónicas no son seguras, sin embargo, existen medidas que consiguen precisamente todo lo contrario, es decir, que sea un canal fiable para enviar y recibir dinero. Sobre ellas informa Kaspersky Lab, mencionando las capas múltiples de cifrado de datos o la verificación de identidad para garantizar la seguridad en las transferencias.
Los errores humanos no solo se refieren a caer en la trampa de los delincuentes, sino también a la posibilidad de introducir incorrectamente el número de cuenta o los detalles del beneficiario, de modo que se realice una transferencia de fondos a la cuenta equivocada. Sobre este caso se pronuncia el Banco de España, avisando que esas cantidades que se han abonado “no podrán ser retrocedidas por nuestro banco o caja de ahorros sin el consentimiento del beneficiario”. Por lo tanto, el dueño del dinero no lo recuperará sin la buena voluntad de quien lo ha recibido erróneamente. “Si el perceptor del dinero se negara a la devolución y se quedara con todo, siempre podremos acudir a la vía judicial por un posible delito de apropiación indebida, con el fin de recuperarlo”, apuntan también desde el propio Banco de España.
Otro de los escenarios a los que se puede enfrentar el cliente de un banco es que se haga una transferencia desde su cuenta sin que lo haya autorizado. “Estaríamos ante una transferencia no autorizada en el caso de que la operación no haya sido consentida por el ordenante, sino que habría sido ordenada por un tercero no autorizado. Si, como cliente no reconoces la autoría de la operación de pago, ni la falta de diligencia en el cumplimiento de tus obligaciones de custodia —tarjeta de coordenadas, etc.—, tu banco deberá reembolsarte de inmediato los fondos detraídos, salvo que pueda acreditar que se actuó de manera fraudulenta o incumpliendo, de manera deliberada o por negligencia grave, las obligaciones que te incumben; y ello con independencia de que la entidad pueda llevar a cabo, una vez efectuado el reembolso, las investigaciones que estime oportunas en defensa de sus legítimos intereses”. De este modo explica el Banco de España otro de los peligros de hacer una transferencia bancaria, que la haya solicitado un tercero. Esto sucede en algunas ocasiones y, si se trata de cantidades bajas, a veces el usuario no se percata de ello. Por esta razón hay que poner mucha atención en los movimientos que se producen en nuestras cuentas bancarias.
Finalmente, como riesgo también podemos mencionar las comisiones ocultas que puede haber en algunas transferencias poco habituales, como las de carácter internacional. Estas pueden ser demasiado elevadas, algo de lo que el usuario se entera una vez que no hay vuelta atrás.