Los detalles de la investigación de la UE sobre el bajo precio del coche eléctrico chino
Von der Leyen, presidenta de la Comisión: “Su bajo precio se sustenta de manera artificial en enormes subsidios gubernamentales”
El ministerio de Comercio chino: “Acto proteccionista que distorsionará la cadena de suministro, con impacto negativo en la economía”
La investigación podría durar más de un año y terminar imponiendo a estos productos aranceles superiores al 10% actual
“Los mercados internacionales están inundados de coches eléctricos chinos baratos, cuyo bajo precio se sustenta de manera artificial en enormes subsidios gubernamentales”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo durante su discurso anual sobre el Estado de la Unión. “Esto está distorsionando nuestro mercado. Y si no aceptamos que esta distorsión se produzca dentro de nuestro mercado, tampoco vamos a aceptar que venga desde fuera” . Y por tanto se ha anunciado una investigación para determinar si estos productos se benefician de subvenciones gubernamentales excesivas que permiten a sus fabricantes vender sus coches en nuestros mercados a unos precios que son inalcanzables por los productores “locales”.
La investigación podría durar más de un año, según informaron fuentes desde Bruselas. También se llegó a plantear la adopción de medidas arancelarias excepcionales. Aunque por supuesto se desconoce el resultado de la investigación, esta podría determinar que los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China se incrementasen por encima del 10% actual. En principio parece que esto incluiría a todos los coches fabricados allí, incluyendo los de Tesla, Smart (50% de Mercedes) o Polestar por ejemplo.
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Las acciones de prácticamente todas las firmas automovilísticas chinas cayeron en la bolsa de Hong Kong tras el anuncio europeo, así como la de algunos fabricantes de baterías como CATL. Pero a la par también cayeron las de los fabricantes europeos en el índice bursátil de la zona euro.
El aviso
“Europa hará lo que sea necesario para mantener su ventaja competitiva”, dijo Von der Leyen refiriéndose al conjunto de la industria europea. Y añadió al final de su exposición que pretende mantener la cooperación con China porque “también hay temas en los que podemos cooperar. Mi enfoque sería reducir el riesgo, no desacoplar las economías”.
Pero lógicamente, las declaraciones de la presidente no han tenido buena acogida en el país asiático. El Ministerio de Comercio chino declaraba en un comunicado que la investigación “es un acto directamente proteccionista que distorsionará gravemente la industria automovilística mundial y la cadena de suministro -incluida la UE- y tendrá un impacto negativo en las relaciones económicas y comerciales entre China y la Unión Europea”. Un “aviso” también muy claro y directo en el que se añadía que: “China prestará mucha atención a las tendencias proteccionistas de la UE y a sus medidas de seguimiento, y salvaguardará con firmeza los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”.
En estas palabras hay que destacar las palabras “cadena de suministro”, uno de los principales puntos débiles para los fabricantes europeos si se iniciase una confrontación arancelaria entre ambas regiones. Y no sólo en el sector automotriz.
Dicho ministerio instó a la UE a mantener diálogos y consultas con China y a crear un entorno “justo y no discriminatorio” para el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos para China y la UE. De momento, el Comisario de Comercio de la Unión, Valdis Dombrovskis, viajará a Pekín esta próxima semana.
Alemania, poco proclive
El anuncio europeo ha sido entendido por muchos como señal de una creciente tendencia proteccionista que genera diferentes opiniones. Algunos propugnan “defender el libre comercio” como ha afirmado Olla Källenius, presidente de Mercedes en diversas ocasiones. Pero en general son las principales firmas alemanas las que no están muy dispuestas a asumir de buena gana estas actuaciones, pues buena parte de su negocio depende del mercado chino. También la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) apuntó que la UE debe analizar la posible reacción de China. Cree la VDA que los responsables políticos “deben centrarse en crear las mejores condiciones posibles para que las empresas europeas triunfen" y señaló por ejemplo a la reducción de las trabas burocráticas o la reducción de los precios de la electricidad. Sin embargo, el ministro de Economía alemán Robert Habeck se mostraba en sintonía con la presidente europea al afirmar que “por supuesto que debemos de tomar medidas” en el caso de que esta investigación demuestre la existencia masiva de infracciones en las normas de la competencia.
La asociación de los fabricantes europeos ACEA, a través de su presidente Sigrid De Vries, también se alineaba con la presidente afirmando que “El anuncio de Von der Leyen es una señal positiva de que la Comisión Europea está reconociendo la situación cada vez más asimétrica a la que se enfrenta nuestra industria y está estudiando urgentemente la distorsión de la competencia en nuestro sector”. Otros responsables políticos como los italianos, y por supuesto los franceses, aplaudieron la medida.
El futuro
¿Qué podría pasar? Hay ciertos parámetros que parecen claros. El primero es el que indica que sería el consumidor el que podría salir perjudicado por la posible limitación a esa ¿dopada? “libre” competencia. La razón es que los fabricantes europeos tendrían menos motivos para reducir sus precios. Su contraprestación son los puestos de trabajo que pueden verse perjudicados (más de trece millones del sector en la UE), la deriva de las ganancias hacia terceros países, la falta de inversión de la industria europea, la pérdida de poder de decisión etc, que contrapesan en el otro plato de la balanza.
Una posible reacción que ya parece estar produciéndose por parte de las firmas chinas sería la implantación de fábricas dentro las fronteras europeas. Y desde esta perspectiva ¿serían los fabricantes chinos capaces de aplicar sus ventajas en las estructuras de costes fabricando en Europa? Si lo consiguieran posiblemente salvarían la situación y podrían obtener beneficios en nuestro mercado. Lo harían sin sufrir el coste de los aranceles, pero creando en paralelo una estructura productiva dentro de nuestra normativa y legislación, así como una relación de interdependencia. Esto puede ser muy positivo y no sólo por la generación de puestos de trabajo directos e indirectos, sino por la de todo el resto de beneficios tangibles e intangibles -el conocimiento, por ejemplo- que se derivan de las actividades industriales en el sector automotriz, beneficios que en España conocemos a la perfección, sobre todo en zonas como Vigo, Sagunto, Figueruelas, Martorell, Navarra, Vitoria, Sevilla...
También hay que valorar cuánta importancia otorga China a sus ventas de eléctricos en nuestro continente. Y añadir que su régimen comunista de economía dirigida puede reconducir sus operaciones comerciales expansionistas al cada día más pujante sudeste asiático, en el que también la implantación de los coches eléctricos está empezando a acelerar.
Finalmente, otra de las preguntas sobre comercio a nivel internacional de la UE en el tema de los aranceles es si los pasos que la UE está tomando últimamente supondrán también un endurecimiento de las medidas que puedan afectar a las relaciones comerciales con Gran Bretaña tras el Brexit, que han de definirse antes de finales de año.