Cada vez más, las personas optan por gestionar y recibir sus pagos de forma digital, y está previsto que esta tendencia continúe. Esto gracias a los diferentes tipos de transacciones electrónicas y los beneficios que ofrecen en comparación con el efectivo.
No obstante, estos nuevos avances tecnológicos vienen con sus contrapartes negativas. Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta los riesgos asociados a la seguridad de nuestros datos y dinero, además de tomar medidas adecuadas para proteger la información personal y financiera.
El problema está en que los usuarios mismos son los que le abren la puerta a los riesgos de comprometer su seguridad en la gestión de pagos digitales. A continuación, te mencionamos las amenazas más comunes en este ámbito.
Los ciberatacantes intentan obtener información confidencial de los usuarios haciéndose pasar por entidades legítimas. Las empresas, entidades públicas y personajes públicos pueden enfrentar riesgos reputacionales si sus sistemas de pago digital y los datos de sus clientes o los suyos propios son comprometidos.
Los datos de pago almacenados por las empresas son objeto de robo, algo que resulta pérdidas financieras y daños a la reputación de la empresa, explican desde el 20 minutos.
El robo de información de tarjetas de crédito y débito es una preocupación constante en los pagos digitales. Los delincuentes pueden interceptar los datos de la tarjeta durante una transacción en línea o utilizar técnicas de mencionadas anteriormente para obtener información confidencial.
Los usuarios deben tener cuidado con los sitios web y aplicaciones no seguras que podrían comprometer sus datos personales. Con esta información, los ciberdelincuentes pueden utilizarlos para gestionar pagos digitales.
En ocasiones, los pagos digitales pueden ser objeto de transacciones no autorizadas debido a una brecha de seguridad o a la suplantación de identidad. Esto puede resultar en cargos no deseados o en la pérdida de fondos para los usuarios.
Los sistemas de pago digital pueden experimentar fallos técnicos o errores, lo que puede llevar a la pérdida de datos o a transacciones incorrectas. Estos fallos pueden ser causados por problemas en el lado del proveedor de servicios de pago o por errores del usuario al ingresar información.