El consumo de gas sigue bajando por dos razones: ahorro y bajada de producción

  • La demanda de gas de las empresas está un 17% por debajo de la media de los últimos años

  • Según el sector, la caída es un reflejo de "la preocupante realidad que vive la industria gasintensiva española"

  • Sin embargo, un análisis del Banco de España apunta a que parte del descenso podría ser estructural

Todavía no ha pasado un año desde que el precio del gas en España marcara su máximo histórico. El 29 de agosto de 2022 se cotizó en los 225 euros el MWh. A día de hoy se vende siete veces más barato. Sin embargo, la industria gasintensiva no ha vuelto a recuperar los niveles de consumo que tenía antes de la guerra: está un 17% por debajo.

El consumo de este combustible ya se redujo drásticamente el año pasado conforme iban escalando los precios en los mercados y se complicaban los problemas de suministro. De hecho, vimos caídas todavía más pronunciadas que las registradas durante la pandemia en la demanda de gas en las industrias. Las cuentas no salían y cerca de un 11% paró la producción y otras redujeron fabricación.

  • En el primer semestre de 2022 pasado la caída fue del 8%.
  • En la segunda parte, la más complicada para los precios y el suministro, un 34%.
  • Y en el arranque de 2023 seguimos en zona negativa.

Hay parte del gas que no ha vuelto y es posible que no regrese nunca: la caída que se observa está aquí para quedarse. "En parte, este menor consumo se puede atribuir a mejoras de eficiencia energética e inversiones en energías renovables llevadas a cabo por las empresas", explica un reciente estudio del Banco de España. Hablamos de un cambio estructural.

La perspectiva de depender de un combustible que multiplicó su precio y sin esperanza de que pudiera retornar a niveles previos hizo que muchas compañías se replantearan su estrategia energética. La gran mayoría, el 84%, renegoció sus contratos de gas y un 62% repercutió la subida a los precios finales de sus productos.

Pero de cara a poder lidiar mejor con el medio y largo plazo, se plantearon cambios estructurales: el 78% de las empresas mejoró la eficiencia energética de sus procesos y el 59% invirtió en renovables, según el estudio del BdE.

"Situación preocupante"

A la Asociación de 'Gasindustrial' no le termina de convencer este análisis y califican la situación de "preocupante". No niegan que pueda haber algo de cambio estructural, pero la caída en su opinión, "no es un dato bueno".

"Lo que veo es una falta de pedidos. Se han estancado en los últimos meses y se nota la competencia internacional con precios", valora Verónica Rivière, presidenta de la asociación. Los últimos datos de la Encuesta de la Población Activa (EPA) vendrían a corroborar esta tendencia. La industria fue el único sector que destruyó empleo en el segundo trimestre del año.

En opinión de Rivière el cambio estructural es complicado en la medida en la que no hay sustitutos a día de hoy para el gas en las industrias que son muy intensivas en el uso de este combustible para sus procesos de fabricación. Hablamos de azulejeras, siderurgias, químicas, metalúrgicas, fertilizantes, papeleras, empresas del sector agroalimentario... Necesitan generar temperaturas muy elevadas.

"A día de hoy no hay combustible que pueda sustituir al gas en estos procesos industriales a un precio competitivo. No se soluciona instalando unos paneles solares porque no puedes electrificar", opina Rivière.

Parte de esta dificultad en el sector industrial se podría deducir también si uno observa los niveles de producción de las plantas de cogeneración asociadas a las fábricas. El 20% del PIB industrial se alimenta con estas instalaciones que consumen gas y generan calor y electricidad al mismo tiempo.

Muchas de estas plantas se apagaron el verano del año pasado por la subida de precios (y también porque quedaron al margen del tope al gas.) La producción se ha recuperado respecto al año pasado, pero cuando se compara con otro ejercicio como el de 2021 ó 2019, resulta que la cogeneración no ha vuelto a esos niveles.

La situación es bastante heterogénea por sectores. Aunque todos siguen por debajo de los niveles de consumo de gas 'normales', algunos sectores como el refino, el sector textil o la industria agroalimentaria han conseguido salir de zona negativa y registrar incrementos respecto al mes de junio de 2022. Otras, como la metalurgia a la construcción continúan, año y medio después, reduciendo las cifras de consumo de gas.