Hay que mirar ocho años atrás, hasta 2015, para encontrar un año en el que el empleo creciera en junio tan poco como lo ha hecho en este. Los 54.541 nuevos afiliados a la Seguridad Social están muy alejados de la media de los años prepandemia, que ascendía hasta el entorno de los 74.000.
Esta desaceleración de la creación de empleo se produce, además, cuando la foto fija del mercado laboral español ofrece una imagen muy positiva: por un lado, el número de cotizantes está en el máximo histórico, rozando los 20,87 millones y con puntas de 20,95 millones durante los días centrales del mes pasado; por otro, el paro se ha situado en su menor nivel de los últimos 15 años al caer por debajo de los 2,7 millones de desempleados.
Entonces, ¿cómo de preocupante es esta moderación en el ritmo de subida de la afiliación que llega justo cuando se inicia la temporada estival? “Este comportamiento tiene que ver con que el mercado de trabajo está perdiendo el potente componente estacional que ha tenido tradicionalmente. Muchas contrataciones se anticipan y el componente volátil de esas actividades efímeras del verano se va corrigiendo”, valoraba este martes Joaquín Pérez Rey, el secretario de Estado de Empleo.
Esa es la primera razón que apunta el Gobierno para explicar el menor crecimiento del empleo el mes pasado y que se suma a otra que ha expuesto anteriormente: el fuerte incremento que se ha producido en los últimos meses. Esto, defiende el Ejecutivo, hace que se parta de una situación más positiva y complica que se mantengan esos ritmos de aumentos de la afiliación. No hay que olvidar que las cifras del Ministerio dirigido por José Luis Escrivá señalan que en el primer semestre se crearon 448.000 nuevos empleos en términos desestacionalizados, casi tantos como en todo 2022.
El mes de junio ha tenido otras peculiaridades que podrían estar también detrás de un crecimiento del empleo “menos alto de lo que cabría haber esperado”, en palabras del secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez.
La primera tiene que ver con la climatología “muy singular” del mes, ya que las semanas de fuertes lluvias habrían afectado a la actividad económica, especialmente en la construcción, la hostelería y la agricultura. Ya en julio del año pasado, el ministro Escrivá señaló a la ola de calor que se produjo en ese periodo como un “elemento transitorio” que pudo influir en que cayera el número de cotizantes en pleno verano.
Además, la agricultura, donde se ha registrado un aumento del desempleo durante el mes de junio, no solo está acusando los efectos de las precipitaciones del mes pasado, sino también de la sequía que se mantiene en buena parte del país. El efecto se plasma en los análisis del BBVA Research, en los que se destaca cómo la evolución de la afiliación está siendo peor en todos los sectores en aquellas zonas donde la agricultura tiene mayor peso económico.
Y aún hay otro motivo que el Gobierno valora como una circunstancia que habría afectado al mercado laboral el mes pasado: la constitución de las nuevas corporaciones locales tras las elecciones. “Seguramente es más difícil de identificar, pero sin duda ha tenido una incidencia en el empleo en el ámbito de Administraciones Públicas y en concreto de las administraciones locales. Esto ha supuesto una caída en la evolución de ese sector a partir del día 17, coincidiendo con las constituciones de los ayuntamientos, que se irá recuperando en las próximas semanas”, señalaba este martes Suárez.
Las señales de desaceleración del empleo de junio han sido valoradas ya con “preocupación” por la CEOE, que ha reclamado al Ejecutivo que garantice la estabilidad institucional para generar un clima de confianza que estimule la inversión, el crecimiento económico y la creación de empleo.
Y aunque el Gobierno defiende la excelente dinámica del mercado de trabajo y que “antes o después” se alcanzará la cifra de los 21 millones de afiliados, sí reconoce que en términos de afiliación media el comportamiento del segundo semestre del año tradicionalmente es menos positivo que el primero.
Sobre si esta caída en el ritmo de aumento de las afiliaciones puede marcar un punto de inflexión en la evolución del empleo, desde la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) se apunta a que el freno de junio podría, efectivamente, deberse a la anticipación en las contrataciones habituales en este mes, pero señala que puede estar relacionada, también, con una moderación del crecimiento de la economía. “Aún es pronto para hablar de un cambio de tendencia en la evolución del empleo, y será preciso observar la evolución a lo largo de los próximos meses”, concluye.