La inflación de los alimentos continúa su lenta senda de moderación. Los procesos asociados a la industria alimentaria registraron en mayo una subida de precios de tan solo una décima que permite situar la tasa interanual en el 10,6%. Es el nivel más bajo desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. Se trata de un indicador adelantado y aproximado de la inflación de los alimentos, que según el último IPC se sitúa en el 12,0%.
El Gobierno aprobará este martes, en el último consejo de ministros del mes de junio, la prórroga de la rebaja del IVA en alimentos básicos. La medida caducaba el próximo día 30 de este mes. "El precio de los alimentos sigue estando elevado. Por eso creemos que se tiene que mantener, la rebaja, pero siempre vinculado a cómo vayan evolucionando los precios en los próximos meses", apuntaba la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
La idea es mantener esta ayuda mientras los precios sigan "por encima de lo razonable". El Ejecutivo no ha dado a conocer cuál sería el límite que desactivaría esta medida y los datos apuntan a esa paulatina menor subida --incremento igualmente-- pero cada vez menos intenso. Aun así, el IPC de los alimentos sigue en niveles históricamente muy elevados.
Aunque el ciclo alcista en estos productos de la cesta de la compra parece haber tocado techo en términos medios, existe una elevada heterogeneidad en función del proceso industrial y hay alimentos en los que todavía no se observa ni un atisbo de moderación. Es el caso por ejemplo de la fabricación del aceite de oliva y el azúcar. En los dos casos los sectores se han enfrentado a malas cosechas y siguen instalados en subidas por encima del 50% respecto a los niveles de hace un año.
Este comportamiento contrasta, por ejemplo, con la enorme corrección registrada en la fabricación de otro tipo de aceite como el de girasol o soja. Y es que las mayores correcciones se observan en alimentos directamente relacionados con el conflicto en Ucrania. Si en febrero de 2022 se disparó el precio de todo lo relacionado con los cereales y el aceite de girasol (productos en los que Ucrania es un gran productor a nivel mundial), ahora son precisamente estos productos los que más están retrocediendo en los precios en sus procesos industriales.
El llamado efecto escalón en gran parte explica que el precio de fabricación de la harina o los piensos para animales hayan entrado en terreno negativo.
También hay procesos que no parecen haber tocado techo. Son los relacionados con el procesado de frutas y hortalizas, cacao, zumos o café. En estos casos las tasas interanuales de inflación siguen sin mostrar síntomas de moderación claramente por encima del 10%. Este dato apuntaría a que es pronto para hablar de reducción el ritmo de subidas en el precio que finalmente paga por estos productos el consumidor.
Hay que tener en cuenta que todas las tasas interanuales de precios arrastran dinámicas del pasado. Cuando uno observa solo lo que ha ocurrido entre mayo y el mes de abril, las señales de moderación son más potentes. Los precios industriales relacionados con el procesado de carne, pescado, margarina, quesos, helados o vino habrían entraron en terreno negativo en el mes de mayo respecto al nivel que tenían en abril.
Algunos se refieren a este análisis más limitado en el tiempo como 'inflación instantánea'.
Según los datos de la asociación Aecoc, el 82% de los consumidores ha cambiado sus hábitos de compra en carne y pescado frescos para reducir el coste de su cesta de la compra. La subida de precios está condicionando las decisiones de compra de las familias en estas dos categorías.
En el caso de la carne, la mitad de los consumidores asegura que busca más ofertas y un 26% ha optado por cambiar el tipo de carne que consume por categorías más económicas.
En el caso del pescado, además de la búsqueda de promociones y reducción del volumen de compra, una cuarta parte de los consumidores ha decidido cambiar el pescado fresco por el congelado para ahorrar.