Más o menos era lo que se había anunciado excepto en un aspecto: las cotizaciones sociales. El Gobierno ha tenido que ofrecer a la Comisión Europea más garantías de que la última pata de la reforma de las pensiones cerraba el círculo y garantizaba la sostenibilidad del sistema. Y para eso, la especie de 'derrama' que iba a durar diez años ahora se extenderá hasta 2050. Y además, las aportaciones se incrementarán respecto al esquema inicial.
Aunque quizá no es el cambio más llamativo de la propuesta, ahora explicamos lo de ampliar a 29 años para calcular la pensión, esa 'derrama' tendrá un impacto generalizado entre trabajadores y empresarios, que son los que pagan las cotizaciones sociales. Esto explica por qué la CEOE y el resto de patronales han rechazado "frontalmente" la nueva reforma, que tildan de "regresiva en toda su extensión".
También se plantea otro incremento de las cotizaciones subiendo la base máxima, la cantidad de referencia para calcular lo que se paga a la Seguridad Social. En 2023 subió lo mismo que la inflación y los empresarios lo calificaron de "impresentable". A partir de 2024 habrá una regla: cada año se incrementarán lo mismo que la inflación "más una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales", apuntan fuentes de la mesa de negociación. Eso generará más ingresos para pagar las pensiones.
Para el Gobierno, esta última parte de la reforma -- y de la que dependía el cobro del próximo tramo de fondos europeos-- "supone completar las bases del sistema para los próximos 30 años". Tres décadas de una enorme complejidad para las que había que prepararse: viene la jubilación del baby boom.
Una de los objetivos de esta reforma era diseñar un sistema que no penalizara a las personas que han tenido "carreras irregulares". Trabajadores que quizá han vivido sus peores años laborales más hacia el final de su vida laboral. Para estos casos, cada vez más habituales según el ministerio, se ha ideado una especie de jubilación a la carta:
El trabajador elige. En un principio, la ampliación del periodo de cómputo se quería extender a todo el mundo. Eso habría supuesto seguramente menores pensiones. Pasar de los 15 años de antes a los 25 actuales ha supuesto cobrar un 5% menos de pensión, según los cálculos de un estudio del Banco de España.
Al convertir esta idea en opcional no se perjudica a nadie y se mejora un poco la de algunos casos concretos.
Decíamos que la mayor parte de los cambios vienen por el lado de los ingresos, las cotizaciones sociales. La sostenibilidad del sistema de pensiones dependía mucho de cómo de bien preparada estuviera España para hacer frente al incremento de gasto que va a suponer la jubilación del baby boom. Por empezar a hablar con algo más de propiedad: el nombre oficial de la 'derrama' es MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional). Se lo inventó el Gobierno actual y entró en vigor el pasado 1 de enero. Desde entonces trabajadores y empresas pagan un 0,6% más de cotizaciones sociales (0,1 puntos el primero y 0,5 puntos el segundo, respectivamente).
Además del MEI se añade un nuevo instrumento que antes no figuraba: la cuota de la solidaridad. En este caso la pagarán sólo los salarios más altos. ¿Cobra menos de 4.500 euros brutos al mes en la actualidad? Olvídese, queda fuera. Solo los trabajadores que superen ese umbral aportarán adicionalmente a la hucha. Empezarán en 2025.
El dinero que se recaudará con la aplicación de estas dos medidas irá directamente a llenar la llamada 'hucha de las pensiones', oficialmente 'Fondo de Reserva de la Seguridad Social'. Ahora quedan 2.000 millones de euros, una quinta parte de lo que cuesta pagar una nómina entera mensual a todos los pensionistas. "El objetivo es crear un “colchón” de reserva para afrontar tensiones de gasto, en línea con los que existen en otros países.
Si la Comisión Europea ha dado su visto bueno a estos cambios, es porque entiende que se garantizan ingresos suficiente para lo que se avecina en las cuentas de la Seguridad Social. Desde luego es más de lo que había planteado el ministro Escrivá.
Desde el mundo académico algunos expertos dudan de que el MEI + cuota de solidaridad + aumento de las bases máximas sea suficiente. "El déficit de la Seguridad Social es progresivo y será bastante elevado. A corto plazo da igual, la batalla está perdida", apunta un economista. "El objetivo electoral prima respecto a cualquier decisión razonable a medio y largo plazo".